La situación que hemos estado viviendo pone a prueba de qué categoría es el amor entre las personas y qué tan comprometidos estamos para cumplir aquello que libremente decidimos.
Luisina como siempre la llamamos sus amistades y familia, dejó un legado. No fue famosa por nada, si acaso conocida por su trato siempre jovial y alegre. Dejó un legado de enseñanzas a sus hijos Jaime y Luis Eduardo, a sus nueras, Ana Marta Escalante y María José Molina y a sus nietos.
El hombre de familia, no deja toda la carga de la atención y educación de sus hijos a su mujer, sino que, además de trabajar más y mejor para obtener los medios necesarios para su familia, apoya con su presencia en la vida familiar y no se siente el jefe de todos.
La familia es la primera y principal escuela de virtudes y valores. En la familia se consigue que los hijos crezcan en esos valores porque están motivados por el verdadero amor.
Los hijos son, como dijo San Juan Pablo II, “un don preciosísimo del matrimonio, signo de unión conyugal y una síntesis viva del padre y de la madre” Por lo tanto, los hijos deben ser un elemento importante de unidad entre los esposos y no causa de conflicto.