
La experiencia señala que un pueblo se sostiene en pie, únicamente si el número de los hijos es de tres o cuatro por familia; el número ha de ser mayor si se quiere que aumente la población.
La experiencia señala que un pueblo se sostiene en pie, únicamente si el número de los hijos es de tres o cuatro por familia; el número ha de ser mayor si se quiere que aumente la población.
Es preciso renovarse cada uno -cada día- con la renovación interior, ser mejores, perfeccionar las virtudes humanas: lealtad, sinceridad, sencillez, laboriosidad, amistad, amabilidad, etc. y pedirle a Dios que nos aumente las virtudes sobrenaturales: fe, esperanza y caridad.
Cuando un padre de familia le pregunta a su hija adolescente cuáles son esas ventajas y le responde con vaguedades, entonces le hace ver que no se deje llevar por el consumismo porque el celular que usa quizá no sea tan reciente, pero le funciona bastante bien.
Se debe apreciar a todos los integrantes de una familia y quererlos de todo corazón. En ese ejercicio cotidiano, hay que aprender a perdonar, comprender y disculpar. Esto se dice fácil, pero en muchas ocasiones, hay que hacer un esfuerzo particular para lograr ese objetivo.
Por ese grave planteamiento, necesitamos revisar qué significa para cada uno la Navidad, cuál habría sido mi respuesta, de qué lado me hubiera colocado. Cuáles son mis argumentos. Los hay sentimentales y otros profundos, teológicos. Importa descubrirlos y recuperar los segundos.