Volvemos a marchar a favor de la mujer y de la vida, porque unidos encontramos la fuerza para ser siempre solidarios y apreciar y defender la vida, con especial sensibilidad, si cabe, de las mujeres y de los hijos que llevan en su vientre, comentó una de las voceras de la marcha.
En circunstancias raras pero difíciles el parto implica un holocausto, de modo que provoca que nos inclinemos, reverentes, ante la madre; no sin razón “ser mamá es ser mártir”, dice un refrán italiano. Mientras el niño abre los ojos a la vida, la madre los cierra para siempre.
Todos debemos unirnos y encontrar la fuerza para volver a confiar en los demás, volver a ser solidarios y apreciar y defender la vida siempre, con especial sensibilidad a las mujeres y a los hijos que llevan en su vientre, comentó una de las voceras de la marcha.
Se debe apreciar a todos los integrantes de una familia y quererlos de todo corazón. En ese ejercicio cotidiano, hay que aprender a perdonar, comprender y disculpar. Esto se dice fácil, pero en muchas ocasiones, hay que hacer un esfuerzo particular para lograr ese objetivo.
La fidelidad de los cónyuges es lo que más los llena de alegría, lo mismo que los hijos y los nietos. Paladean todos esos años que vivieron juntos, desde que se conocieron. Luego cuando se pusieron de novios e iban a fiestas y bailes.