Poseen y mejoran una personalidad madura, cuidando especialmente las siguientes virtudes: la lealtad, fidelidad, sinceridad, humildad, alegría, fidelidad, laboriosidad, generosidad, fortaleza, prudencia, justicia, templanza, etc.
Mientras trabajamos y nos concentramos en infinidad de quehaceres, el tiempo parece que acelera su paso, porque se nos va sigilosamente, sin dejar huella ni rastro. Salvo en nuestros organismos que se van desgastando con el ese paso de los años y aparecen enfermedades y achaques propios de la edad.
No hay recetas iguales para todos, pero, algo hay en común que nos puede servir a todos ¡La transformación interior! Es, en definitiva, el alfa y la omega de las enseñanzas de Jesús. Metanoete, esa palabra griega del Evangelio, no es solo “Haced penitencia” sino “Transformaos”.
Hace algunos años hubo una campaña en medios de comunicación con la finalidad de promover el uso responsable del agua, el slogan decía así, “Dios da el agua, pero no la entuba” ¡Sólo eso faltaba, que Dios tuviera que hacer llegar el agua hasta la regadera o la llave del fregadero!
La CONCORDIA, aunado a lo antes mencionado con la CARIDAD, permitirá redirigir caminos equivocados, disentir positivamente para corregir, tolerar y aceptar, sin imponer y llegar a acuerdos positivos para moverse hacia adelante como sociedad.