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Sobre la juventud: la tarea profunda de educar (1 de 3) 2>

El futuro pertenece a todos. Pero son los jóvenes los que lo van a forjar, estén bien o mal preparados. Los jóvenes son los que ocuparán los puestos que dejen los adultos de hoy. Es necesario poner los medios para formar a la juventud, de modo que pueda afrontar los retos o problemas del mundo del mañana, en algo que todos suponemos que se hace, pero que no es así.

Es preciso verificar si se está educando a los jóvenes en la dirección correcta. Se trata de una tarea real, que ninguna persona responsable puede soslayar. Por el sencillo hecho de la ley del cambio de generaciones. Esta ley de forjar el porvenir del mañana, corresponde a quienes ahora estudian. Pues donde están hoy los adultos, mañana  estarán los que hayan nacido después del año 2000., y así sucesivamente.

La juventud recibirá una sociedad que no eligió, que no construyó., de la cual forma parte, y de la que debe hacerse responsable, por sacarla adelante de la mejor manera. Por eso necesariamente debe tenerse presente a Dios, en todos los ámbitos de la sociedad, porque todo lo bueno viene de Él.

No me refiero sólo al progreso técnico, sino al sentido de la vida con el que se educa. Lo que en primavera se siembra en otoño se cosecha.

Si se da a los jóvenes un sentido de trascendencia de la realidad y de la vida. Si se les habla de lealtad, sinceridad, docilidad, generosidad, optimismo, alegría, esperanza, de trabajo bien hecho y de obras de servicio, tendremos toda la razón en esperar que quienes vengan, detrás de nosotros, harán las cosas bastante mejor que como las estamos haciendo hoy, aprovechando nuestra experiencia.

Si a los niños y jóvenes se les educa en un ambiente materialista, de comodidad, protesta, egoísmo, imposición, será difícil pensar que vendrán tiempos mejores. Si los que vengan después de nosotros se encuentran con un mundo mejor, es porque hemos  hecho  las cosas con esperanza y con amor.  Es decir, las hemos hecho bien.

Con justicia y amor apoyan a comunidades indígenas y vulnerables 2>

La Fundación Justicia y Amor IAP, creada en 1950, busca brindar el apoyo necesario a jóvenes, comunidades indígenas y grupos vulnerables que se encuentran en situaciones de pobreza y lograr que ellos influyan de manera positiva a las personas que lo rodea, para así crear comunidades donde haya empatía, resiliencia y amor.

Este proyecto fue creado gracias a la iniciativa de Adela Maqueo de Oliveros que, junto a otras mujeres, ayudaban a mejorar las condiciones de familias que vivían de una manera deplorable en las colonias Tacubaya, Nápoles y Escandón.

Tiempo después, decidió que quería que hubiera un espacio permanente donde estas personas pudieran acudir y seguir ayudándoles; fue así que se creó la Asociación Protectora del Pobre de la Colonia Nápoles.

Esto fue solo el inicio de lo que se avecinaba, pues, con la ayuda de diversas mujeres, en 1983 se constituyó con el nombre de Fundación Justicia Amor y Paz, el cual ha logrado un aporte y ayuda grandísima a las familias, jóvenes y a los más necesitados.

Cuentan con tres programas esenciales para cumplir su objetivo, que son: 

Salud: con este programa se ha logrado la accesibilidad gratuita a medicamentos del cuadro básico de salud; un mejoramiento en las condiciones de higiene y salubridad en las personas.

Educación: ayudan al desarrollo integral de los jóvenes y que puedan hacer uso de las tecnologías de una manera fácil e inteligente. Asimismo, se incrementan los conocimientos y las habilidades sociales y la gestión; todo esto para que puedan adaptarse en contextos sociales, laborales y educativos. Se imparten diversos talleres, entre ellos, matemáticas, fomento a la lectura, computación, etcétera.

Reconexión: logra que los valores se difundan y las personas puedan sentirse integradas y esperanzadas. Alcanzando que en ellos se almacene el amor, el respeto, la justicia y lo promuevan. Así como también se busca que se fortalezcan los factores de protección de adolescentes, jóvenes y sus respectivas familias mediante espacios culturales, deportivos, artísticos y psicoeducativos; pues viven una realidad donde la drogadicción y la delincuencia están latentes todos los días.

El compañerismo que llevó a brindar educación a jóvenes necesitados 2>

Era el año de 1991, un grupo de ex alumnos del Colegio Tepeyac en conjunto al padre benedictino Burton Blooms le dieron vida a Fundación Burton Blooms. La idea central fue, es y será brindar de educación a jóvenes que se encuentren en situación de bajos recursos o vulnerabilidad, siguiendo una educación en valores morales e intelectuales.

La Fundación Burton Blooms no sólo busca educar a los jóvenes beneficiados, esto es porque se espera que esta ayuda “abra la puerta” a mejores oportunidades en el futuro; algunos de los valores que predican son la disciplina, la excelencia académica, actividades deportivas y una orientación en valores cristianos.

Dentro de las acciones que realizan, resaltan las becas para los niños que reciben de 10 a 13 años, dichas becas son para estudiar en la Escuela Fundación Mier y Pesado, de la misma manera ofrecen un programa de alimentación balanceada y asesoría en los estudios, así como tener actividades deportivas y de recreación.

En la web oficial de la fundación están expuestos datos duros sobre la cantidad exacta de sus ingresos y egresos, además de ofrecer una pestaña que permite a los interesados unirse a la fundación.

Aunque para apoyar también funciona dándole visibilidad compartiendo a la fundación en redes, aquí te comparto algunas de sus perfiles en redes sociales como lo son Facebook, Instagram, YouTube y Twitter/X.

Las historias de las IAP siempre comienzan con un sueño, Fundación Burton Blooms le dio un giro a esta premisa, pues en lugar de soñar por sí sola, se centra en cumplir los sueños de los jóvenes que beneficia.