Su familia era de religión anglicana. En su casa paterna existía una amplia biblioteca y se aficionó a la lectura fantástica. A los nueve años falleció su madre de cáncer y con el paso de los años su fe se fue enfriando. Luego se interesó por la mitología nórdica y griega, así como por el ocultismo.
Con el paso de los siglos, España fue perdiendo territorios y hubo un año dramático, 1898, en el que acabó de perder sus últimos dominios de ultramar: Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Con estas derrotas, España mostró que no tenía un ejército moderno y bien equipado.
Los papás seguían muy de cerca la formación académica y humana de sus hijos. Y ellos mismos participaban en convivencias especialmente destinadas a proporcionarles cursos para que desempeñaran mejor su labor como padres y esposos.
Ante estas circunstancias resulta fundamental el pensar en positivo porque de nada sirve angustiarse o sobredimensionar los hechos objetivos. La cuestión es mantener el buen ánimo, la serenidad, la alegría y transmitirla a nuestros seres queridos y a quienes nos rodean.
Contra lo que se dice que este escritor era caótico y desordenado, hay que señalar que fue perfeccionista en sus textos, muy exigente consigo mismo; comenzaba sus textos y volvía a reiniciar sus novelas.