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CREATIVIDAD Y VERDAD, CON SENTIDO COMÚN 2>

Vivir significa enfrentarse a problemas, y los problemas requieren solución. Y estas reclaman creatividad.  La creatividad al parecer es una cualidad rara, pero no debería serlo. Quizá el 80% de la población tiene la capacidad de impulsarse   a niveles excepcionales, pero se encuentran anclados e incapacitados por el miedo de ver más allá de sus narices.

Vivir con mente abierta y sin dar por supuesto nada, porque el cambio es algo de ordinaria administración. Lo que ayer era adecuado para una situación concreta, ya no lo es para hoy, excepto los principios, que son lo permanente.

 Si queremos avanzar en la vida, somos nosotros los que tenemos que cambiar para modificar el mundo. de acuerdo a unos principios ciertos y verdaderos. Como, por ejemplo: Nadie da lo que no tiene.

La creatividad, la verdad y el sentido común para resolver problemas deben permanecer inseparables. Es claro que si nos encontramos con un obstáculo –al parecer insalvable- en la realización de nuestros proyectos, jamás hemos de dar marcha atrás. Sencillamente le damos vuelta al problema, y seguimos hacia adelante. 

Cualidades básicas para actuar inteligentemente

La primera cualidad para actuar inteligentemente es el amor a la verdad, es decir, adecuar nuestro entendimiento a la cosa, no importa si esta nos agrada o no; si nos facilita el llegar a nuestro objetivo o no, Sin duda, que si amamos apasionadamente la verdad podremos acceder a la segunda cualidad de la persona que actúa inteligentemente.

La segunda cualidad es la apertura de mente, es decir, optar y desarrollar una mente abierta, flexible, reflexiva, ello permite actuar muy brillantemente.

Si actuamos con una mente cerrada, rígida, mecánica, quisquillosa, nos dispersaríamos picoteando en un problema y en otro, sin llegar a resolver ninguno, nos fatigaríamos inútilmente y nuestra actitud sería más gris que brillante, faltaría comprender el punto de vista del otro y el entorno.

La tercera cualidad es la capacidad para concentrarnos en una sola cosa a la vez y permanecer en ella hasta que se resuelva, mediante preguntas y respuestas sencillas. 

La cuarta cualidad es la capacidad para afrontar sistemáticamente los problemas; ello evita que nos hagamos “bolas”, caminando en círculos, sin lograr progresos. 

¿Cómo pensar sistemáticamente?

Con el siguiente método usted podrá actuar tan creativamente como si fuese muy inteligente, pero amando siempre la verdad:

-Acéptese a sí mismo –con sus virtudes, habilidades, defectos y limitaciones- y mantenga una fe grande en usted. No se venda barato, sabiendo que usted es tan capaz como los demás. No se compare con nadie, todos somos distintos y cada quien es inteligente en lo suyo.

-Su autoimagen debe ser real, nadie es “Superman”, pero tampoco es un enano, a menos que uno lo desee. Lo que pasa es que los gigantes de la humanidad han sabido concentrarse en sus tareas, haciendo lo que deben y estando en lo que hacen, durante años. Para ellos, los fracasos han significado situaciones que les permitían adquirir experiencia, y cuando han sido “machacados” por la pérdida, han sabido encontrar caminos inéditos para volver a remontarse. Sólo la muerte tiene carácter de definitiva.

-Cambie su lenguaje de negativo a positivo. Mientras más positivo se torne su lenguaje, más optimista se sentirá usted. Optimismo, optimismo, y más optimismo es una actitud que nos sacará adelante de cualquier situación difícil y adversa. Fe, optimismo, verdad y alegría, siempre. Tal como sea nuestra fe, será lo que nos ocurra. El buen humor le hará que lleve con alegría los momentos indeseables o adversos. Escribió san Josemaría que el buen humor hasta en el momento de la muerte.

-Defina con claridad su dificultad o situación. ¿Qué es exactamente el reto que enfrento? ¿Qué es lo que me provoca tensión y ansiedad?  ¿Por qué estoy descontento?  Escríbalo claramente y con detalle. 

-No se conforme con una respuesta superficial, llegue al origen o causa del problema y aplique el principio “divide y vencerás”, es decir, divida su problema en partes y vaya solucionándolas. Enfoque el problema desde diversas direcciones, y pregúntese cuál es el camino para lograr la solución. Compare las diversas soluciones posibles, y pregúntese: ¿Cuál es el peor resultado posible si la decisión es equivocada? Actúe. Ello le dará la valentía, para empezar e ir hacia adelante.  Sobre todo, si se pregunta: ¿Qué es lo mejor que puede ocurrirme? 

-Acepte la responsabilidad completa por la decisión tomada y establezca una fecha límite. Si la decisión es importante, puede tomar más tiempo. Es útil establecer fechas límite de corto plazo, que le vayan llevando a su objetivo. Póngase a trabajar en el plan de acción. Ocúpese. No se preocupe, porque eso le puede destruir la personalidad y su salud psíquica. 

-Periódicamente compare lo logrado con lo planeado.

DOS COMUNICADORES QUE BUSCARON AFANOSAMENTE LA VERDAD 2>

Pocas veces vemos en el mundo del periodismo, a dos comunicadores que dejaron de lado “el qué dirán” para ir tras la Verdad.

Ellos son el periodista alemán, Peter Seewald (nacido en 1954 en Bochum) y el comunicador italiano Vittorio Messori (nacido en Sassuolo en 1941).

El primero se afilió a diversos grupos marxistas-leninistas alemanes de los años sesenta. Y Messori procedía de centros de formación masónicos teniendo como bandera las ideas de la Ilustración de la Revolución Francesa en la que se consagra a la “diosa razón” y, posteriormente, se convirtió en un ferviente seguidor del Positivismo, corriente de pensamiento fundada por Auguste Comte, en que proponía que la Religión estaba superada y que el hombre se encontraba en un estadio superior.

Seewald funda un semanario de extrema izquierda y abandona todo contacto con la Iglesia Católica. Posteriormente, en los años ochenta, fue nombrado director de “Der Spiegel”, luego fue reportero de “Stern”. En 1990, se trasladó a la revista del diario “Suddeutsche Zeitung”.

Cuando sus colegas en los medios de comunicación donde había trabajado, se enteraron que Seewald estaba en plena búsqueda de Dios, de inmediato vinieron las críticas, como: “se trata de un trastorno mental”, “perdió la sensatez”, “terminará en una clínica psiquiátrica”, etc., pero Seewald -consciente de su decisión- no les hacía el menor caso ya que realmente buscaba la Verdad.

Cierto día, cuando el Cardenal Joseph Ratzinger, era Prefecto de la Doctrina de la Fe en la Santa Sede, durante el Pontificado de Juan Pablo II, este periodista tuvo el acto de audacia de telefonearle al Cardenal para solicitarle una larga entrevista.” 

Su sorpresa fue mayúscula cuando Monseñor Ratzinger se puso al teléfono y de la manera más cordial aceptó la cita y, no sólo eso, sugirió tenerla en un castillo de una orden de religiosos para no tener interrupciones. 

Luego tuvieron otra larga entrevista y de ella surgieron los libros “La sal de la tierra” y “Dios y mundo”. Cuando leí este par de publicaciones, me impresionó el tono que le dio Seewald a la larga entrevista. Sus preguntas parecían” bombas” o granadas las que le lanzaba al Prelado, y se notaba que su actitud de francotirador eran cuestionamientos que se había hecho contra el cristianismo desde que era un joven comunista.

No esperaba las respuestas del Cardenal llenas de serenidad, ecuanimidad, y con un sentido lógico impresionante, propias de un maestro universitario que le había tocado lidiar con jovencitos comunistas exaltados, como así había sido, en varias universidades alemanas.

Recuerdo que le soltó la típica pregunta capciosa:

-Monseñor, si usted se dice cristiano, ¿cómo es posible que no conozca a fondo a la Santísima Trinidad?

Con una sonrisa y de modo muy amable, le contestó:

-Pero Peter, sólo Dios puede conocerse a sí mismo. Si tú o yo conociéramos a fondo a Dios, seríamos otros “dioses”, lo cual es un contrasentido.

En ese período de tiempo, el entrevistador (Peter Seewald) fue estrechando lazos de amistad con el Cardenal. Y al concluir, le pidió que fuera su director espiritual para que le preparara un buen retorno a la fe.

Después de estas entrevistas, el periodista alemán, se convirtió en un biógrafo del Papa Benedicto XVI y presentador de un importante libro del Papa: “La Luz del Mundo”.  

VITTORIO MESSORI:LA METAMORFOSIS DE UN INTELECTUAL DE IZQUIERDA

En sus memorias reconoce que vivía como si Dios no existiera, como si la fe fuera algo indiferente o ajena a él.

Procedía de la anticlerical región italiana Emilia-Romagna y tanto la formación recibida por su familia como su educación académica se oponían abiertamente contra la existencia de Dios. Y concluyó que toda la formación catequética recibida en su infancia eran leyendas o meros cuentos de niños.

Pero cierto día, en la universidad de Turín, un Catedrático les encargó a todos los que llevaban la misma materia, un ensayo sobre “Pensamientos” del filósofo y científico Blas Pascal.

En su texto, Pascal cita numerosos pasajes de los Santos Evangelios. Messori se resistía -por sus prejuicios- a consultar ese libro sagrado que tenía desde hacía años en su pequeña biblioteca. Hasta tomó la firme determinación que debería ignorar “el qué dirán” de sus conocidos (profesores, colegas, familiares), ser honrado en su trabajo de investigación porque se percató que, ante todo, tenía que encontrar la Verdad en ese libro fundamental.

Así que comenzó a realizar una lectura meditada, con calma, y se percató que una fuerza interior le estaba pidiendo que hiciera un examen sobre su vida y pusiera en claro sus errores y aciertos. Lloró por sus faltas a Dios. “Todos mis prejuicios, mis argumentos contra la fe estallaron en mil pedazos. Fue una experiencia tremenda y dulce a la vez.”-confiesa Vittorio. Desde entonces, Messori no tuvo ninguna duda de fe. Había ocurrido dentro de él una metamorfosis interior. En adelante, se dedicó a difundir el cristianismo, como: “Las Leyendas Negras de la Iglesia”, “Cruzando en el umbral de la esperanza”, una interesante entrevista al Papa Juan Pablo II, etc.

Cómo combatir la tristeza 2>

Reconocer lo doloroso es importante, aunque no es lo mismo que ignorar su padecimiento, eso es adecuado, pero se ha de combatir para que no paralice el actuar en el futuro. La pandemia actual supera cualquier acontecimiento anterior, por eso ahora es preciso afrontar la tristeza, pero tratar de salir de ella lo más pronto posible.

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