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respeto Archivos - Somos Hermanos

Uso amigable de la tecnología 2>

Para hacer amigables a las nuevas tecnologías hemos de cuidar algunos detalles. El primero será subordinar su uso a la primacía de las relaciones humanas, dando prioridad a nuestra familia. El segundo será seleccionar solamente aquellas que respeten la dignidad de todas las personas y fomenten la colaboración.

Dos sugerencias pueden ayudar. Cuando nos parezca muy interesante algún contenido, comentarlo en el momento más oportuno, con los miembros de la familia. Explicarles por qué nos gustó y cómo lo aprovecharemos. Luego invitarlos a expresar sus opiniones para conocer sus puntos de vista e incluso hacerles ver cómo también ellos se pueden beneficiar.

Si con algunos notamos resistencia para intervenir. Se les podría pedir que ellos sean los que comenten algún programa de su interés. Y así, al conocer mejor sus gustos pueden ser más participativos y el diálogo se enriquece.

En algunos casos surgirán preguntas para las cuales no tengamos respuesta y eso también da oportunidad de que los demás opinen y pueda salir alguna solución.

Es importante respetar las opiniones para fomentar la participación y el respeto. De ese modo los tímidos se atreverán a intervenir y los desenfadados aprenderán a darles la palabra a todos y así descubrir otros modos de enfocar los acontecimientos.

El uso de la tecnología nos afecta a todos y como tema de gran actualidad hemos de enterarnos y formar nuestro criterio. Es vertiginoso el uso de la inteligencia artificial y no podemos desconocer los debates pues son necesarios para tomar postura.

Cuando hayamos consolidado las reuniones familiares o con más personas se podrá plantear la búsqueda de programas cuyos contenidos fomenten la superación de las personas. Un paso más adelante podría consistir en la evaluación de contenidos y el siguiente paso sería hacer ver al público en general lo que siembra y cómo desechar los programas degradantes.

A fin de evitar el peligro de excluir, es necesario poner la tecnología al alcance de todos, utilizándola para unir a las personas, ayudar a los necesitados, mejorar la vida de los enfermos y de quienes poseen capacidades diferentes.

Necesitamos una conciencia crítica para hacer buen uso de las tecnologías actuales y de las que vendrán. Hemos de garantizar el uso responsable para facilitar los beneficios a quienes las utilizan y a la sociedad en general. Y facilitar su acceso a personas desfavorecidas.

Por ejemplo: facilidad de acceso a: recursos educativos en línea; telemedicina y los nuevos instrumentos de diagnósticos; la comunicación para tener contactos alrededor del mundo o para trabajar sorteando las distancias, tecnologías de reciclaje y de energías renovables…

Una nueva perspectiva hacía la discapacidad visual 2>

Para ser un medio educativo que de esperanza, educación y mejor calidad de vida se tiene que ver con el corazón, es ese el caso de Vemos con el Corazón IAP una institución que trabaja en pro de personas ciegas y débiles visuales para mejorar calidad de vida y brindarles la oportunidad de afrontar el mundo de manera independiente.

Teniendo en cuenta los datos sobre las personas con discapacidad visual, el apoyo de la IAP tiene un gran valor. Por mencionar algunas estadísticas, se estima que una persona queda ciega cada minuto, además que un 99% de ciegos tienen de 30 a 60 años y más del 50% no cuentan con acceso a servicios de salud.

Esta institución del Valle de Toluca realiza talleres para cubrir las necesidades de sus beneficiados, además que cuentan con personal capacitado y especializado, este programa también conocido como “Escuela” mejora su calidad de vida, asimismo genera un ambiente de amistad, responsabilidad, respeto y calidez.

Dentro de los talleres impartidos van desde estimulación temprana, desarrollo sensorial, lecto-escritura braille hasta teatro, oratoria, yoga, fotografía, computación, INEA (Certificación primaria y secundaria), entre otras.

Vemos con el Corazón IAP está abierta a recibir donaciones que ayuden a sustentar y llevar a cabo su causa, en su web oficial mencionan que a su vez ayuda el tiempo y las ideas que pueda proponer la sociedad. Los donativos pueden verse representados en tres modalidades, las cuales son “Ángel Guardián”, “Adopta un maestro” y “Se voluntario”. Puedes indagar en estas propuestas en el sitio web, así como en diferentes otras especificaciones.

Por lo tanto, esta Institución de Asistencia Privada nos enseña que para poder ver que hacemos el bien, tenemos que hacerlo desde los ojos del corazón y así entender que una discapacidad visual no es un límite.

Concepción Béistegui: Un trabajo por el adulto mayor 2>

La Fundación para Ancianos Concepción Béistegui IAP es una casa hogar con más de 40 años de trayectoria y se ha encargado de brindar cuidados geriátricos de calidad a adultos mayores. Su trabajo consiste en ofrecer un ambiente de calidad, digno y humano para aquellas personas mayores que por enfermedad o por demás cuidados no pueden valerse por sí mismas.

Bajo los valores de amor, vocación, respeto, integridad e igualdad es que han trabajado para poder lograr ser una institución reconocida que brinda atención especializada y que enfoca en el cuidado del adulto mayor.

Esta fundación trabaja bajo las manos de personal profesional altamente capacitado, con las instalaciones y el equipo adecuados.

Dentro de Concepción Béistegui IAP se brindan servicio médico, trabajo social, enfermería, alimentación, terapia física y ocupacional, actividades recreativas, lavandería, intendencia, vigilancia y mantenimiento.

Además, se ofrecen modalidades de atención, ya sea de 24 horas, centro de día, asilo de día, asilo temporal, asilo mixto y la opción de invitando familiares con la opción de que si resides lejos puedas quedarte unos días cerca de tu familiar.

Cabe recordar que el predio en el que se ubica la Fundación Concepción Beistegui IAP hasta el siglo XVI fue un convento de religiosas Concepcionistas, así como un cuartel y ministerio de defensa en 1870.

En épocas del ex presidente Porfirio Díaz Mori en el año de 1890 adaptó las instalaciones como hospital y llegó a ser uno de los más prestigiados de México. El predio se ubica en la calle de Regina número 7 del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Esta casa hogar fue posible gracias a Doña María Concepción Máxima Béistegui y García, mujer altruista que tenía la voluntad de cuidar a personas de bajos recursos, bajo esta premisa se creó una organización que llevaría su nombre Fundación Concepción Béistegui IAP.

LA ALEGRÍA DE CONVIVIR CON TODOS 2>

La actitud de aprender continuamente a ser personas abiertas y que saben escuchar, nos abre las puertas para convivir con todos. Todos deseamos hacer y mantener amistades profundas.  Por ello, necesitamos estar dispuestos a comprender y disculpar, sin juzgar las intenciones de los demás.

Tratar bien a nuestros semejantes, nos hace afables, tanto en el pensamiento como en los hechos y en las palabras, y así hacemos la vida más grata a los demás: y desarrollamos  una convivencia tranquila y confiada,   que  permite  vivir la  caridad que reside  especialmente en comprender al otro.

La alegría nace de ser y de sentirnos hijos de Dios, y se manifiesta en la sonrisa oportuna y en un gesto amable: que permite el diálogo y la conversación. Anima y enriquece a todos.

Otras virtudes que ayudan a hacer amable la convivencia cotidiana son: la generosidad, el buen humor, el orden, la lealtad, la fidelidad, la sonrisa, etc. teniendo en cuenta los gustos de los demás.

Mirar a los demás como imágenes irrepetibles de Dios. “Venerar” la imagen de Dios (lo Bueno) que hay en cada hombre. Ello contribuye a la mejora de los demás. Cuando se avasalla se hace ineficaz el consejo, la corrección o la advertencia.

Comprender a los demás, mirarlos con simpatía inicial y creciente: aceptar a los demás: con optimismo, con sus virtudes y sus defectos. Tratar a todos sin detenernos en los defectos y deficiencias de los demás (porque todos tenemos estas cosas). Cada uno somos únicos e irrepetibles y tenemos nuestras personales peculiaridades.

“Ante todo debéis guardaros de sospechas, porque este es el veneno de la amistad” (San Agustín, 354 – 430. Obispo, filósofo y Padre de la Iglesia).

Marco Tulio Cicerón (106 – 43 a. C) “Qué cosa tan grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo”.

“Amistades que son ciertas, nadie las puede turbar” (Miguel de Cervantes)

Aristóteles define la virtud, argumentando que no es una facultad ni una pasión de la persona humana, sino un hábito que busca la perfección.

La alegría se consigue siendo sinceros y confiando en los demás. Quien da ejemplo, influye positivamente y  va adquiriendo en las personas un liderazgo de confianza

También se ha dicho, que la virtud es un hábito que perfecciona al hombre para buscar la verdad y el bien. Y muchas otras definiciones, que no mencionaré por falta de espacio.

Todas coinciden en que la virtud actúa sobre la persona de dos maneras: 1) le hace ser mejor persona; y 2) le convierte en buen operario en sus quehaceres diarios.

Respecto al valor es todo aquel bien que le hace ser útil al hombre, para la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales. Pongamos optimismo y buen humor a nuestras vidas, la pasaremos mejor.  Sale siempre ganando quien toma las cosas con optimismo y buen humor, viendo el lado positivo de las cosas.

Podemos diferenciar entre valor y virtud, sabiendo que el primero existe en si mismo y es permanente. En cambio, la virtud, es cuando se utiliza el valor y se lleva a la práctica. Entonces el valor se convierte en una virtud y hace a la persona humana buena y feliz.

La aplicación en la vida de los actos humanos virtuosos (que hacen feliz al hombre) permite a la persona ir alcanzando la madurez en el trato con sus semejantes. Acudamos a lo que nos hace felices. Decía León Tolstoi (1828 – 1910): “El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer siempre lo que se hace” Querer el bien de los demás y estar olvidado de uno mismo.

“Media humanidad se levanta todos los días dispuesta a engañar a la otra media” (refrán popular). “El hombre es un lobo para el hombre” (Hobbes). “No te fíes ni de tu padre” (frase popular). Esta posición negativa ante la vida, nos llevaría directamente al pesimismo y a una terrible incomodidad.

El mundo no es tan malo como lo pintan. El mundo es bueno y lo hacemos malo los hombres con nuestras tonterías. Necesitamos un hogar luminoso y alegre: donde se mira a los ojos, donde se trabaja, se ríe, se vive la alegría.

El don de la sencillez es lo cotidiano, donde cada uno cumple su cometido y se preocupa por los demás. La caridad bien entendida comienza por uno mismo, pasando inadvertido, tratando de comprender al prójimo.

La única manera de vivir la alegría consiste en estar uno gozoso y participar esa alegría a los demás. Esta alegría, los cristianos la tenemos que dar y enseñar a vivir, porque viene de Dios.  La alegría es el lubricante que hace más llevaderos los roces en el trato.

Hemos de vivir la alegría en el trato. Se trata de decir las cosas como son, objetivamente, y en el tono correspondiente, según las circunstancias.  Así, un “por favor”, que bien cae. Vivir la objetividad: las cosas son como son, y vienen una detrás de otra.

Vivir el equilibrio en las relaciones con los demás, ser cordiales, humanos, felices… Respetar el punto de vista ajeno: saber escuchar. Todos nos necesitamos los unos a los otros, por ello, se aprende más escuchando, que hablando.

Sólo unas cuantas cosas no son opinables. Las demás son verdades parciales que hay que aprender. Hablando se entiende la gente.  Convivir en una pluralidad de opiniones o criterios. Para llegar a esta convivencia alegre, antes hay que respetar la libertad de las conciencias.

Actuar pensando que la gente es buena, hasta que no demuestren lo contrario. El piensa mal y acertarás es pesimista y conduce al recelo y a la desconfianza. Sonreír es acertado y lubrica el trato mutuo.

La amistad, realidad de muchas caras 2>

La amistad

Sea como haya sido nuestra experiencia, con el paso del tiempo necesitamos revisar nuestra actitud frente al perdón, pues tiene una importancia grande y beneficia a quien lo pide y a quien lo recibe. Además, ese doble papel nos corresponde vivirlo según haya sido nuestra conducta, y no sólo una vez sino muchas veces durante nuestra vida, y con muchas personas.Sea como haya sido nuestra experiencia, con el paso del tiempo necesitamos revisar nuestra actitud frente al perdón, pues tiene una importancia grande y beneficia a quien lo pide y a quien lo recibe. Además, ese doble papel nos corresponde vivirlo según haya sido nuestra conducta, y no sólo una vez sino muchas veces durante nuestra vida, y con muchas personas.

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