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Casa Hogar “El pobrecillo de Asis IAP” Un trabajo por y para niños 2>

¿Sabía que el 44 % de la población que radica en Nezahualcóyotl ha manifestado sentirse insegura dentro de su comunidad? Esta cifra corresponde únicamente a la población en general. Sin embargo, si revisamos datos más específicos, tan solo de 2021 a 2023, Protección Civil de la entidad recibió cerca de 652 reportes por casos de violencia infantil. Una cifra que, sin duda, resulta alarmante.

Por suerte, existe una asociación que día con día trabaja para cambiar este panorama: se trata de la Casa Hogar “El Pobrecillo de Asis, I.A.P.”, una institución que desde 1981 se ha encargado de brindar a niñas y niños de entre tres y doce años, que se encuentran en situación de orfandad o riesgo social dentro de la comunidad de Nezahualcóyotl, Estado de México, una alternativa de vida digna, enfocada en el respeto a los derechos humanos.

Pero, cabe aclarar que, para recibir apoyo de la fundación, los menores no deben presentar alguna condición psiquiátrica o física.

Su objetivo principal es que, a través de los valores de amor, dignidad, fraternidad, responsabilidad, honestidad, solidaridad y justicia, los menores puedan recibir atención educativa, espiritual, psicológica, alimentaria, médica, recreativa, cultural, deportiva y familiar, para así desarrollarse física e intelectualmente de manera adecuada, a pesar de sus circunstancias personales.

Cada una de estas actividades está avalada e impartida por personal capacitado, que además sigue un proceso metodológico diseñado para la sana integración de los infantes y se divide en las siguientes fases:

Acogimiento y recepción, donde se da la bienvenida al niño respetando sus límites y brindándole atención personalizada. Integración, mediante actividades grupales. Fortalecimiento, que incluye atención psicológica y apoyo en las áreas emocionales y espirituales. Seguimiento, donde se refuerza lo aprendido y se continúa con las dinámicas grupales.

De igual manera, como complemento a estas fases de trabajo, se imparten cursos y talleres que fortalecen los programas familiares, psicológicos, espirituales, médicos, nutricionales y recreativos.

Si estás interesado en formar parte de esta institución y aportar tu granito de arena a favor de la infancia, puedes hacerlo mediante su programa de donaciones, ya sea de forma económica (con el monto de tu preferencia), en especie, prestando tus servicios como voluntario o realizando tu servicio social dentro de la institución.

Y si te quedó alguna duda o deseas obtener más información, aquí te dejo el enlace a su página web, donde encontrarás todo lo que necesitas saber, así como contactos directos con la fundación: https://elpobrecillodeasis.org.mx/

Recuerda que nunca es tarde para ayudar; hay muchos niños que realmente merecen un cambio de vida.

Reintegra: Segundas oportunidades que transforman vidas 2>

Con más de 40 años de experiencia, Fundación Reintegra AC se ha dedicado a transformar las vidas de niñas, niños y jóvenes que han estado en contacto con el sistema de justicia penal o que viven en entornos donde la violencia y el delito están normalizados. Buscando un México más justo, seguro y en paz, la fundación busca romper ciclos de violencia y brindar segundas oportunidades.

La misión de Reintegra es transformar vidas a través de programas de preventivos y de reinserción social, facilitando que los jóvenes desarrollen un proyecto de vida positivo y se transformen en Agentes de Paz. La meta para 2027 es establecerse como una institución independiente, destacada por sus éxitos en la prevención del delito en la comunidad, fianzas y reinserción social de adolescentes, participando en la elaboración de políticas públicas que fomenten la justicia y una cultura de paz y legalidad.

Reintegra se guía por principios como la equidad social, honestidad, empatía, respeto y dedicación.  Estos principios orientan su trabajo diario y demuestran su dedicación a la transformación social y la dignidad humana.

La fundación proporciona varios programas orientados a la reintegración de adolescentes, prevención en la comunidad y otorgamiento de fianzas de libertad para individuos de bajos recursos.  Además, dispone de talleres de producción de panadería y serigrafía, en los que forma y emplea a jóvenes, proporcionándoles recursos para su crecimiento personal y laboral.

Durante sus 40 años, Reintegra ha conseguido reintegrar a más de 4,529 jóvenes y tener un impacto en más de 7,753 familias. Su programa de Prevención Comunitaria ha tenido un beneficio directo para más de 100,000 individuos y de manera indirecta para más de 400,000. Adicionalmente, ha concedido más de 100,000 garantías de libertad, favoreciendo a 58,000 individuos.

Reintegra anima a la comunidad a colaborar con su causa, tanto a través de donaciones, adquisiciones en sus talleres como a través de su participación en sus programas y eventos. Cada aportación contribuye a proporcionar segundas oportunidades y a edificar un México más equitativo y confiable.

Para más información, puedes visitar sus redes sociales:

Sitio web: https://reintegra.org.mx/

Instagram: fundacionreintegramx

Twitter (X): Reintegra

Facebook: Fundación Reintegra

Teléfonos: (55) 5536 7174 , (55) 5536 3130, (55) 5535 1701, (55) 5566 2246

Correo electrónico: contacto@reintegra.org.mx

Con justicia y amor apoyan a comunidades indígenas y vulnerables 2>

La Fundación Justicia y Amor IAP, creada en 1950, busca brindar el apoyo necesario a jóvenes, comunidades indígenas y grupos vulnerables que se encuentran en situaciones de pobreza y lograr que ellos influyan de manera positiva a las personas que lo rodea, para así crear comunidades donde haya empatía, resiliencia y amor.

Este proyecto fue creado gracias a la iniciativa de Adela Maqueo de Oliveros que, junto a otras mujeres, ayudaban a mejorar las condiciones de familias que vivían de una manera deplorable en las colonias Tacubaya, Nápoles y Escandón.

Tiempo después, decidió que quería que hubiera un espacio permanente donde estas personas pudieran acudir y seguir ayudándoles; fue así que se creó la Asociación Protectora del Pobre de la Colonia Nápoles.

Esto fue solo el inicio de lo que se avecinaba, pues, con la ayuda de diversas mujeres, en 1983 se constituyó con el nombre de Fundación Justicia Amor y Paz, el cual ha logrado un aporte y ayuda grandísima a las familias, jóvenes y a los más necesitados.

Cuentan con tres programas esenciales para cumplir su objetivo, que son: 

Salud: con este programa se ha logrado la accesibilidad gratuita a medicamentos del cuadro básico de salud; un mejoramiento en las condiciones de higiene y salubridad en las personas.

Educación: ayudan al desarrollo integral de los jóvenes y que puedan hacer uso de las tecnologías de una manera fácil e inteligente. Asimismo, se incrementan los conocimientos y las habilidades sociales y la gestión; todo esto para que puedan adaptarse en contextos sociales, laborales y educativos. Se imparten diversos talleres, entre ellos, matemáticas, fomento a la lectura, computación, etcétera.

Reconexión: logra que los valores se difundan y las personas puedan sentirse integradas y esperanzadas. Alcanzando que en ellos se almacene el amor, el respeto, la justicia y lo promuevan. Así como también se busca que se fortalezcan los factores de protección de adolescentes, jóvenes y sus respectivas familias mediante espacios culturales, deportivos, artísticos y psicoeducativos; pues viven una realidad donde la drogadicción y la delincuencia están latentes todos los días.

Multipliquemos nuestros talentos 2>

Vivir quiere decir enfrentarse a dificultades. Y enfrentarse a dificultades es lo natural: este afrontar la realidad es quizá el primer acto de alegría en la vida del hombre. Porque o estamos siempre alegres o nos aniquila la tristeza.

Admitir que podemos estar tristes es un acto de madurez; pero admitir la tristeza como hábito, nos lleva a la autodestrucción si no reaccionamos a tiempo, retornando a la alegría. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y Dios es un ser infinitamente alegre, que reparte sus dones a quienes están abiertos a Él.

Es cierto que alcanzar nuestros objetivos, implica trabajo. Y el trabajo solemos asociarlo con el esfuerzo, con el dolor del aprendizaje, pero también con el gozo y la felicidad, porque trabajo significa poder, crecimiento personal, multiplicación de nuestros talentos, forja de la personalidad, fuente de sustento, contribución al progreso de la humanidad, servicio a los demás.

Con el trabajo construimos nuestro futuro, de tal modo que el trabajo bien hecho, viene a convertirse en nuestro principal capital. Más aún, lo que hacemos en el presente, eso cosecharemos.

Es preciso responder a las dificultades con actitudes equilibradas: amor, sabiduría, lealtad, sinceridad, firmeza, justicia, amabilidad, paciencia, constancia, fortaleza, prudencia.

El trabajo implica un buen manejo del tiempo, de tal modo que hagamos más, con menos recursos. En muchas ocasiones se comienza a trabajar con lo que se tiene, sabiendo que pronto vendrá la multiplicación a causa de nuestros esfuerzos.

Paradójicamente, las personas que objetivamente no tienen tiempo, son las que sacan tiempo para todo lo que implique mejora personal o ayuda al prójimo. Tal parece que tienen el prejuicio psicológico de pensar siempre en los demás, y su generosidad las hace eficaces y felices.

No postergan sus deberes ni compulsivamente posponen las cosas. Estas personas prevén, planean, están al corriente y las motivan los valores. Saborean el éxito. Deliberadamente eligen lo positivo, como actitud profundamente arraigada. Se sienten satisfechas, dueñas de sí, guías de su propio destino. Confían en el prójimo, por ello pueden delegar y llegar a más.

Sus emociones positivas les ayudan a reafirmarse en la realidad: a desear el bien de los demás, saben esperar, poseen fe, su risa es inteligente y alegremente contagiosa. Son leales y cercanos al prójimo. Con gran deseo de vivir… No les desanima haber sido machacados por situaciones de pérdida, ven la muerte como un servicio de la vida.

El poder de la autoafirmación

Cinco prácticas que le ayudarán:

1) Utilice técnicas de relajación, para implantar técnicas de autoafirmación. Cuando estamos relajados nos encontramos más abiertos al aprendizaje. Por ejemplo, durante los ratos que anteceden o siguen al sueño crepuscular –o en cualquier otro tiempo del día-, podemos hablar con el Creador.

2)  Utilice la repetición para lograr el éxito. Para iniciar un cambio o disponerse para un suceso futuro, repita afirmaciones propias que le lleven a crecer o a conseguir un cambio en la dirección deseada.

3) Utilice la imaginación y la visualización para ver el cambio. Véase usted mismo cambiado. Cuánto más sentidos empleé, más fácil cambiará. Lo visual, sonidos, tacto, olores, etc.

4) No haga caso de la imaginación negativa.  Ábrase a lo positivo. Solemos vivir demasiado de los recuerdos y muy poco de nuestra imaginación positiva. Si usted lo puede imaginar, usted lo puede hacer.

5) Identifique su defecto dominante, y anótelo para que lo recuerde cuando lo haya olvidado, y continúe cambiando viendo la vida de modo positivo, abierto a la alegría y al olvido de sí, que le llevarán a actitudes creativas e innovadoras.

Con madurez y criterio podemos resolver los problemas 2>

Comienza a manifestarse el criterio cuando sentimos que nuestra preocupación es cada vez mayor por los demás que por nosotros mismos. Madurez en lo espiritual, en lo familiar, en lo profesional y en las relaciones sociales. La madurez va unida al criterio.

Para adquirir criterio necesitamos preguntar y aprender de los demás, y sacar experiencia de las cosas y de los acontecimientos negativos y positivos.

La capacidad de valoración y de juicio, aumenta en proporción a la profundidad de juicio de la persona y a la seriedad con que afronta la vida. De nada nos sirve lamentarnos de las cosas que van mal, porque siempre es posible mejorarlas.

Han perdido la capacidad de juicio: los que se pierden en detalles, los que viven fuera de la realidad, los que no hacen nada, los que hacen demasiado y los que se les va el tiempo en cosas que no son necesarias.

Los signos de quien posee un buen criterio siempre llevan el ingrediente de la veracidad. Las cualidades de su crítica es que ésta es positiva, constructiva, amable y oportuna. Es una crítica respetuosa que salva a las personas y a sus intenciones.  Por la sencilla razón de que es necesario amar a los demás como uno se ama a sí mismo.

Los límites de la capacidad de criterio residen en la ley natural y la ley divina.

Existen diversos tipos de juicios:

  • La crítica del fracasado: querría arrastrar a todos en su propio fracaso.
  • La crítica irónica: mordaz, ligera, superficial: más se parece a una burla que a una crítica lógica.
  • La crítica del envidioso: es ridícula y vanidosa.
  • La crítica del orgulloso y avasallador: es despiadada, formada con los peores ingredientes.
  • La crítica del ambicioso: es desleal, porque tiende a iluminar su persona con menoscabo de los demás.
  • La crítica del sectario: es apriorística, parcial, injusta y mentirosa.
  • La crítica del ofendido: es amarga y punzante.
  • La crítica del honrado: es constructiva.
  • La crítica del amigo: es amable, positiva y oportuna.
  • La crítica del cristiano que practica: es santificante.

La persona con criterio: respeta a la persona y sus intenciones; no juzga ni critica a quien no conoce.

Expresar un juicio, formular una crítica, supone el perfecto seguimiento en todos los aspectos: seriedad, rectitud, justicia, veracidad, etc.   de lo que es objeto de atención.

El juicio del superficial: habla de lo que no conoce; se apropia de la crítica que ha oído decir a otros, sin tomarse la molestia de verificarla. El juicio del ignorante: es siempre injusto y funesto.  El que no hace nada: no recibe ninguna crítica

El crítico con rectitud de intención: se expresa con caridad, y desea del bien de los demás. Asegura a su crítica todas aquellas buenas cualidades, con la que debe estar adornada.

Defenderse de la crítica injusta y mala es virtud y hasta un deber. Pero también puede ser algo muy positivo no decir nada, porque la verdad se impone siempre.  Aceptar la crítica buena, es prueba de sabiduría.

Es necesario saber-dejarse-decir las cosas: con alegría y con agradecimiento. El que aprende a escuchar y preguntar, llegará muy lejos con sus talentos. Tener siempre presente que las cosas que hacemos mal:  se pueden corregir y hacer mejor.

El que hace algo casi siempre es criticado por algunos, aunque no por todos. Es importante   no hacer caso al “que dirán”: sobre todo de la crítica envidiosa, superficial, etc.

Ese que hace algo positivo, aprende a hacer las cosas mejor porque todo es mejorable. Los que disfrutan resolviendo problemas, saben que las crisis nos hacen más inteligentes.