
La familia es la primera y principal escuela de virtudes y valores. En la familia se consigue que los hijos crezcan en esos valores porque están motivados por el verdadero amor.
La familia es la primera y principal escuela de virtudes y valores. En la familia se consigue que los hijos crezcan en esos valores porque están motivados por el verdadero amor.
Además de las crisis habituales de nuestra vida, ahora todos sufrimos una pandemia. Para salir mejor de esta crisis hemos de ayudarnos, ejercitando la solidaridad, esto implica mucho más que unos cuantos actos esporádicos de generosidad: requiere estar atentos a las necesidades de los demás y dispuestos a llevar a cabo actos concretos de ayuda mutua.
Por ejemplo, tenemos la oportunidad de acercarnos a Dios y poner delante de Él la multitud de nuestras faltas, de nuestros pecados, de nuestras faltas de virtud en lo humano y en lo sobrenatural.
Es sorprendente la capacidad que tenemos los humanos para acostumbrarnos a lo más trascendente en vez de solucionar prioritariamente los cuestionamientos anteriormente mencionados, como auténticos chiquillos en la infancia nos llenamos de juegos y diversos entretenimientos; en la adolescencia nos atraen las fiestas, los deportes, las chicas; luego viene la edad de los grandes ideales y metas para estudiar las carreras universitarias, obtener un título.
Esta crisis nos da la oportunidad de revisar ciertas costumbres que hemos adoptado y que ahora vemos cómo nos afectan y la imposibilidad de resolver con ellas los problemas actuales, porque no han forjado virtudes sino todo lo contrario, nos han llevado a una vida confortable y blanda.