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En la CDMX, robot exoesqueleto permitirá movilidad a pacientes con daños severos en la columna 2>

Anunciación.- En un comunicado de prensa, la Secretaría de Salud (SEDESA) informó que la Clínica de la Columna de la Ciudad de México cuenta con un robot exoesqueleto, el cual es utilizado en el tratamiento de personas con graves problemas de columna vertebral. La herramienta ya superó un primer periodo de pruebas mecánicas y ahora será validado en 25 pacientes con paraplejia.  El robot fue fabricado por el Instituto Politécnico Nacional. 

El robot exoesquelético nació en el Walk Again Poject, un proyecto de investigación sin fines de lucro de varias universidades dirigido por el brasileño Miguel Nicolelis (quien inició todo a partir de experimentos en ratas y monos), de la Universidad de Duke.  Fue creado para rehabilitar a pacientes con daños en la columna vertebral, incluso los más severos.

La primera vez que se vio públicamente el exoesqueleto del Walk Again Project fue en la inauguración del Mundial 2014 celebrado en Brasil, cuando un joven parapléjico dio la patada inaugural del evento.

Este robot tiene la apariencia de dos piernas metálicas que se unen a través de un soporte trasero que cubre una parte de la espalda del paciente; el robot se sujeta a sus piernas y su torso por medio de bandas ajustables de seguridad; su diseño permite que sus brazos queden libres ante cualquier movimiento, pero cuenta con un par de soportes que sirven de sostén en caso de ser necesario. El robot realiza los movimientos ordenados neuronalmente por el paciente, es decir, traduce sus pensamientos en acciones.

Actualmente la empresa neozelandesa, Rex Bionics, ha puesto a la venta robots exoesqueléticos. Promete que adaptarse a REX -el nombre que le ha dado al robot-, es muy sencillo, y que éste permite que los pacientes puedan caminar, sentarse o hacer cualquier flexión de cadera y piernas. El aparato puede ser utilizado en sesiones de fisioterapia o en el uso doméstico y evitará que el paciente sufra lesiones en las articulaciones por falta de movimiento.

Los testimonios de los usuarios del robot que la empresa muestra en su página de internet son favorables: “Me sorprendió lo rápido que aprendí a pararme y caminar en REX. Desde que lo uso, mis espasmos han disminuido, estoy durmiendo mejor y el ejercicio que hago al usar REX le da a mi cuerpo el entrenamiento que necesita”, dice Sophie Morgan.

Como ya se mencionó, el robot exoesqueleto con el que se cuenta en la Ciudad de México fue fabricado por un equipo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y se trata del único que existe en el país. Esta innovadora tecnología es sin duda un gran paso en el avance médico en México, pues, si las primeras pruebas en humanos resultan favorables, el robot representará una nueva alternativa en el tratamiento de los problemas más graves de columna vertebral y, por tanto, una esperanza más para la rehabilitación de los pacientes.

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Si te interesa conocer más sobre los robots exoesqueléticos, te invitamos a que visites la página de Rex Bionics: https://www.rexbionics.com/y un artículo del Washington Post sobre el tema: https://www.washingtonpost.com/national/health-science/mind-controlled-prostheses-offer-hope-for-disabled/2013/05/03/fbc1018a-8778-11e2-98a3-b3db6b9ac586_story.html?noredirect=on&utm_term=.d5ca2766d509

Más cerca del Infierno 2>

Anunciación.- La violencia, sin duda, es atributo esencial del ser humano. La historia de la humanidad acusa plaga de violencia; cualquier mundo feliz tuvo cimiente en ella, o terminó de manera súbita con violencia.  Siempre han existido asesinatos, fratricidios, masacres que nos manchan.  En nombre de una religión, de la ambición de poder, de un instinto sexual o, incluso, de la paz, nuestra historia se hidrata con la sangre, se abigarra con la carroña, con el sepulcro.

En consecuencia, el hombre, cada día, inventa más sofisticadas formas de matar.  Cada vez las dota de efectos aún más letales, con operación más simple.  La versión recargada de la carrera armamentista de la guerra fría es parte de nuestra realidad presente.

Grandes genios mercenarios se prostituyen con contratos millonarios para dedicar su vida a inventar esas nuevas formas de matar, a dar más poder destructivo a las armas existentes, a generar armas inusitadas cuya crueldad parece trivializarse por un mundo decadente  y frívolo.

Modalidades, las hay todas, como las armas biológicas, que permiten exterminar a toda una comunidad sin la engorrosa molestia de romper un solo vidrio.

El 9/11, el 11/M, el 7/J, Manchester, París, Bamako, Estambul, Peshawar…, son exactamente eso, el producto de meses –quizá años- de trabajo de uno o varios grupos de malnacidos que amalgamaron de manera creativa formas viejas de asesinar: los conceptos del Kamikaze, del hombre bomba, la inmolación personal, y la cobardía del terrorismo que utiliza civiles inocentes para regar el olor a sangre y regodearse con la desgracia ajena.

En cualquiera de estas fechas o ciudades (tantas otras en la lista), groseramente célebres con torres derruidas, estaciones de tren o metro destruidas, multitudes acribilladas o arrolladas, fosas clandestinas descubiertas con miles de cadáveres, ante nuestros ojos, atestiguaremos también un colapso de las supuestas civilizaciones modernas que indolentes han intercambiado progreso tecnológico, globalización y mercados financieros por dignidad, sentido de la vida.

Es doloroso ver como miles de personas mueren en un instante, pero más doloroso es saber que nuestra indiferencia a la muerte de los demás en el devenir cotidiano del planeta, es el signo ominoso del futuro, que nos revela una destrucción devastadora de miles de cuerpos y millones de almas.

La guerra seguirá, abierta o camuflajeada, reconocida abiertamente o cobardemente recaracterizada en la retórica. Seguirá porque la venganza también es natural al hombre.  No sabemos cuántas personas inocentes habrán de morir en este episodio de la humanidad que parece seguir en el comienzo del nuevo milenio. Violencia, genera más violencia, y crece en espiral la capacidad sanguinaria del vengador.

El chacal que organiza cada una de estas masacres morirá eventualmente, de manera violenta, o putrefacto en su madriguera, no sin antes sentenciar a muerte a otros muchachos inocentes, y llevar, a los que sobrevivan, aún más cerca del infierno.
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Facebook: Alfonso Villalva P.