
En México y Latinoamérica floreció la música tropical procedente, sobre todo, de Cuba y Brasil: como la Cumbia, el Cha,, Cha, Cha o el Mambo. Ritmos alegres y contagiosos por naturaleza. Destacaron Celia Cruz (“La Guarachera”), la Sonora Matancera, la Sonora Santanera o Dinamita. Se respiraba un ambiente optimista y lleno de entusiasmo.