
Nosotros mismos y la realidad no los podemos separar. El espíritu de conquista está en perfeccionarnos, para perfeccionar a las personas y a las cosas. Concéntrese en lo que pueda hacer en vez de pensar en lo que no puede hacer.
Nosotros mismos y la realidad no los podemos separar. El espíritu de conquista está en perfeccionarnos, para perfeccionar a las personas y a las cosas. Concéntrese en lo que pueda hacer en vez de pensar en lo que no puede hacer.
La creatividad se consigue estudiando mucho el aspecto que interese –sin perder la visión de conjunto-, para encontrar nuevos modos y/o caminos para hacer las cosas. No apresure la creatividad, la impaciencia es enemiga de la innovación.
Mantenga la congruencia entre lo que piensa, dice y hace. Los auténticos líderes hacen lo que dicen que harán, cumplen sus promesas, dan seguimiento a sus compromisos, tienen un sólido sentido de responsabilidad.
Para saber si nuestro ideal es algo que valga la pena –por el esfuerzo y las cosas que dejamos para hacerlo realidad-, es preciso las propias posibilidades con las necesidades de los demás, porque todos requieren recibir ayuda: nadie se puede sostener solo.
La audacia depende de la mayor o menor esperanza del bien: cuando la esperanza es firme, ésta a superar y destruir los impedimentos. La esperanza cuando el poder propio del hombre (común o gremio) y el que tiene de otra persona, son mayores. (La audacia como pasión, no entra en el campo de la moralidad.