La dignidad del ser humano requiere de un entorno proporcionalmente digno a la dignidad de cada persona. Esa dignidad del entorno se ha de construir en la familia.
El aprendizaje de la reclusión del año pasado por supuesto nos influirá. Las guerrillas desatadas en los pueblos influirán porque habrá heridos que repudiarán a quienes les han hecho daño.
La memoria conserva la identidad de la persona y sus raíces, también es necesaria para configurar la identidad de un país. A veces se habla de la memoria histórica para honrar a los héroes patrios o sucesos donde la patria ha destacado.
La incertidumbre impregnó todo. En ese estado, nuestra interioridad se afectó con el primer impacto de la sorpresa, luego con el poco espacio para realizar todo lo que hacíamos en distintos sitos adecuados a cada actividad.
La patria, esa porción de Tierra, es madre y nos ofrece sitio donde estar, donde trabajar o donde descansar. Allí nos arraigamos y hay sentido de pertenencia.