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Ana Teresa López de Llergo

Capitalizar el tiempo 2>

El mes de junio se inauguró en Roma con el “Jubileo de la familia, niños y ancianos”. Incluye a todas las familias del mundo sean de cualquier credo, porque la humanidad proviene de una primera familia en la que todos nos hermanamos. Aunque con el paso del tiempo hayamos adquirido distintas costumbres, estar dispersos y haber producido variadas culturas, tenemos un ADN de origen idéntico.

El futuro de la humanidad, esto es de la suma de todas las personas depende de la familia. Quien encuentra cobijo, seguridad, compañía, comprensión en ese entorno, es porque también esa persona es un elemento que cuida y practica esas cualidades. Esta descripción no es un sueño iluso sino una realidad que puede deteriorarse, pero con la buena voluntad de los miembros que la componen se puede rehacer. Quien se sale de tono rectifica y pide perdón, los demás le perdonan y todos se ayudan a mejorar. La unidad de los miembros de una familia es un auténtico escudo que protege de todo tipo de males que dividen o matan.

Al inicio la vida humana es muy frágil en todos los aspectos, aunque el más fácil de detectar es el físico, también el psíquico requiere de la estabilidad de las mismas personas y eso queda garantizado con la presencia del padre y de la madre. Esos contactos dan los primeros indicios de la comprensión de su identidad sexual, así el bebé niño intuye identidad con su padre y diferencia con su madre, y el bebé niña intuye identidad con su madre y diferencia con su padre.

El Papa León XIV en el Jubileo dijo a las familias que al nacer necesitamos de los demás para vivir, continuó: “Solos no lo hubiéramos logrado. Se lo debemos a alguien más, que nos salvó, se hizo cargo de nosotros, de nuestro cuerpo y también de nuestro espíritu”, y agregó: “Todos nosotros vivimos gracias a una relación, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo. Es cierto que, a veces, esta humanidad se ve traicionada. Por ejemplo, cuando se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir”.

Somos testigos de el bien o el mal que se puede realizar dentro de las familias y hemos de poner los medios para fomentar el bien y desterrar el mal. Nuestra dedicación a esta finalidad es una forma de capitalizar el empleo de nuestro tiempo.

Otro modo de capitalizar el tiempo es dar a conocer la siguiente propuesta de Su Santidad: “el mundo de hoy necesita la alianza conyugal”. Especialmente en dos frentes, “conocer y acoger el amor de Dios, y superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades”.

El pontífice se dirigió a los esposos para remarcar que “el matrimonio no es un ideal, sino el modelo de verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo” que capacita a los esposos “para dar vida a imagen de Dios”.

Maternidad y paternidad 2>

Estamos en el mes de mayo y nos preparamos para celebrar el día de las madres. Es mucha la deuda que tenemos con nuestra madre y es natural dedicar oficialmente un día para meditar en esta realidad. Ella nos llevó en sus entrañas y puso todo su empeño a costa de mucha entrega y sacrificios para que la criatura pudiera ver la luz. Y no terminan sus atenciones en el parto, nos acompañará durante toda su vida.

Así es el diseño de nuestro Creador para la propagación de la humanidad y es una maravilla. Sin embargo, conviene detenernos en el título de este artículo. El hecho de la maternidad está íntimamente relacionado con la paternidad. No se da una sin la otra. No hay madre sin padre, ni padre sin madre. Y desgraciadamente esta relación está desdibujada por enfoques destructivos que no debemos permitir, porque son muy graves sus consecuencias.

Un enfoque destructivo ancestral es la perversión del instinto sexual al buscar el placer como fin primordial y único. Esto cosificó a las personas y se alteró el orden de la creación. Ya no importaba la procreación ni el amor ni la fidelidad a una única persona a quien se cuidaba como compañera y amiga para toda la vida. Él a ella y ella a él.

Otro enfoque destructivo que recientemente se agravó con las corrientes feministas ha provocado la emancipación de la mujer con el empeño de que los hombres en la actualidad paguen todas las injusticias que las mujeres han soportado durante todas las épocas. Con lo cual se ha sembrado el odio y el afán de venganza.

Por último, la ideología de género está empeñada en presentar el sexo no como un distintivo fundamental del modo de ser de las personas, y por eso desde su nacimiento son hombres o mujeres. Apoyándose en los avances de la tecnología aseguran que el sexo depende de lo que la persona quiera ser, y si no están de acuerdo con su biología pueden cambiarla con medicamentos y cirugías.

Todo esto ha causado mucho desconcierto, sufrimientos innecesarios y miedo al futuro. Eso no es lógico ni alentador. Son planteamientos ideológicos porque hay resistencia a admitir la realidad y a alabar al Creador.

Es urgente que reaccionemos y recordemos los principios cristianos que tienen la respuesta a todos los errores mencionados. Y además nos ayudaran a recuperar el orden social reconstruyendo a las familias. Pero para reconstruir la familia es necesario reconstruir a cada persona.

Lo urgente es que cada persona valore y cuide su vida. Entendiendo la vida como un regalo de Dios a cada uno. El don de la vida humana es el fruto del amor de un hombre y una mujer que al engendrar hace al primero padre y a la segunda madre. Y han de disfrutar de ese poder que han recibido. Si no lo disfrutan es que no lo valoran y acabarán desorientados y frustrados.

Es necesario valorar más el don de la vida humana y mucho más maravilloso es tener el poder de propagar la vida humana en los hijos. Urge recapacitar y de ese modo tener la decisión de admirar al cónyuge, admitirlo como es y empeñarse mutuamente en mejorar para beneficio de todos, especialmente de los pequeños.

 La sensatez destierra la insensatez.

Uso amigable de la tecnología 2>

Para hacer amigables a las nuevas tecnologías hemos de cuidar algunos detalles. El primero será subordinar su uso a la primacía de las relaciones humanas, dando prioridad a nuestra familia. El segundo será seleccionar solamente aquellas que respeten la dignidad de todas las personas y fomenten la colaboración.

Dos sugerencias pueden ayudar. Cuando nos parezca muy interesante algún contenido, comentarlo en el momento más oportuno, con los miembros de la familia. Explicarles por qué nos gustó y cómo lo aprovecharemos. Luego invitarlos a expresar sus opiniones para conocer sus puntos de vista e incluso hacerles ver cómo también ellos se pueden beneficiar.

Si con algunos notamos resistencia para intervenir. Se les podría pedir que ellos sean los que comenten algún programa de su interés. Y así, al conocer mejor sus gustos pueden ser más participativos y el diálogo se enriquece.

En algunos casos surgirán preguntas para las cuales no tengamos respuesta y eso también da oportunidad de que los demás opinen y pueda salir alguna solución.

Es importante respetar las opiniones para fomentar la participación y el respeto. De ese modo los tímidos se atreverán a intervenir y los desenfadados aprenderán a darles la palabra a todos y así descubrir otros modos de enfocar los acontecimientos.

El uso de la tecnología nos afecta a todos y como tema de gran actualidad hemos de enterarnos y formar nuestro criterio. Es vertiginoso el uso de la inteligencia artificial y no podemos desconocer los debates pues son necesarios para tomar postura.

Cuando hayamos consolidado las reuniones familiares o con más personas se podrá plantear la búsqueda de programas cuyos contenidos fomenten la superación de las personas. Un paso más adelante podría consistir en la evaluación de contenidos y el siguiente paso sería hacer ver al público en general lo que siembra y cómo desechar los programas degradantes.

A fin de evitar el peligro de excluir, es necesario poner la tecnología al alcance de todos, utilizándola para unir a las personas, ayudar a los necesitados, mejorar la vida de los enfermos y de quienes poseen capacidades diferentes.

Necesitamos una conciencia crítica para hacer buen uso de las tecnologías actuales y de las que vendrán. Hemos de garantizar el uso responsable para facilitar los beneficios a quienes las utilizan y a la sociedad en general. Y facilitar su acceso a personas desfavorecidas.

Por ejemplo: facilidad de acceso a: recursos educativos en línea; telemedicina y los nuevos instrumentos de diagnósticos; la comunicación para tener contactos alrededor del mundo o para trabajar sorteando las distancias, tecnologías de reciclaje y de energías renovables…

Reinicio de una etapa anual 2>

Cada año tenemos variadas etapas y esas secuencias tienen la finalidad de situarnos en acontecimientos muy variados. Los relacionados con la naturaleza nos preparan para convivir con cambios de clima como las cuatro estaciones del año. Y de ese modo tener en cuenta cómo será nuestro modo de vestir o el tipo de alimentos. También influyen en las actividades laborales o escolares.

Hay otras etapas relacionadas con la Historia Universal o la Regional, y eso propicia recuerdos de sucesos o de personajes. Los hay dolorosos como la guerra o algún evento climático. Otros heroicos como los resultados positivos de un buen gobernante o los descubrimientos científicos que mejoran la salud o la agricultura.

Algunos están relacionados con la religión y a estos me voy a referir con el fin de conocerlos mejor para aprovecharlos mejor. Obviamente tienen un sentido que sobrepasa al de la memoria. Se trata de recordar no sólo lo sucedido sino el mensaje de ese suceso y poder aprovechar la lección de ese acontecimiento. Porque por algún motivo importante se rememora.

Las etapas en las que quiero detenerme traen para nosotros muy valiosas enseñanzas y es una lástima que las desconozcamos o pensemos que lo poco que sabemos no es importante. Se trata de la Cuaresma y de la Pascua. Pero antes del inicio de la Cuaresma con el miércoles de ceniza hay unos días de Carnaval.

Al carnaval, en algunos lugares, les dedican unos días de fiesta imparable en lugares públicos y privados. Es buscar diversión y más diversión con bastante desenfreno, antes del tiempo de Cuaresma que es todo lo contrario. En el carnaval se da rienda suelta a todo tipo de pasiones antes de la llegada de la Cuaresma que es tiempo de recogimiento y de reparación con el fin de pedir perdón a Dios por los desmanes que cometemos.

El tiempo de Cuaresma comprende cuatro domingos y termina con la Semana Santa. Es un tiempo de penitencia y de oración para implorar a Dios el perdón por nuestros pecados. A la vez es el recordatorio de la misericordia divina que viene a pagar las deudas cometidas y que impiden nuestra salvación. Dios Padre envía a Dios Hijo para rescatar a todas las personas de la tierra que quieran aceptar tal regalo para poder entrar al cielo.

La Pascua inicia con el domingo en que se conmemora la Resurrección de Jesucristo, así vence a la muerte y abre las puertas de Paraíso. Son cincuenta días que terminan con la fiesta de Pentecostés. En ella conmemoramos la venida de Dios Espíritu Santo a cuidar a la Iglesia fundada por Jesucristo quien ya subió al cielo en cuerpo y alma y allí espera que ocupemos el lugar que nos preparó.

Si nos informamos adecuadamente podremos disfrutar con más precisión y admiración de todas las ceremonias litúrgicas.

Tras la amistad 2>

El título de este artículo puede verse desde dos puntos de vista: qué hay detrás de la amistad y el hecho de vivir personalmente la amistad. Estas dos cuestiones surgen pues estamos en el mes donde tenemos un día dedicado a la amistad, y año con año festejamos la relación con nuestros seres queridos.

Por este motivo podemos hacernos varias preguntas y sus respectivas respuestas nos medirán la madurez en nuestras relaciones. ¿Permanecen las mismas amistades y desde cuándo están? ¿Se han incorporado otras y por qué motivo? ¿Por qué ya no están otras?

Es lógico que cuando celebramos esta fecha incluyamos a las personas cercanas de nuestra familia: los padres, los abuelos, hermanos, tíos, primos, amigos entrañables que para nosotros están siempre. Luego añadimos otras personas conforme entramos a nuevos ambientes. También desaparecen algunas y aquí es necesario profundizar en la razón para ver si eso se justifica o no se justifica

Nuestras respuestas han de llevarnos a revisar qué significa para mí la amistad.

La amistad es una manera de vivir la relación con los demás y muestra nuestro grado de madurez en la dimensión social. Se caracteriza por la reciprocidad pues la amistad es el resultado de un sentimiento mutuo, debido a puntos de vista semejantes, coincidencia en modos de ver la vida o de tener proyectos en común.

No es posible explicar la amistad con parámetros formales pues cada amistad es única y propone un camino irrepetible. Algunas surgen muy pronto, otras tardan mucho más. Las hay estrechas y cercanas, otras son más específicas y por lo tanto sólo coinciden en aspectos muy definidos.

Pero toda amistad es un tesoro por basarse en concordancias. Y la concordancia es semejanza en aspectos que anida el corazón, aspectos que amamos, que valoramos, que deseamos perfeccionar, que nos dolería perder.

Por eso. Si al responder las preguntas planteadas al inicio nos damos cuenta que nuestras amistades varían en exceso, hemos de rectificar pues es muy probable que nuestras relaciones humanas sean frívolas y superficiales. Por este motivo podemos concluir que no valoramos como de debe a las personas en toda su profundidad y eso mismo nos lleva a vivir de modo infantil.

La madurez de la persona se alcanza cuando se valora la amistad y se cultiva. Esta actitud lleva a cuidar y mejorar todas nuestras relaciones tanto familiares como extrafamiliares, respetando los modos de ser y respetándonos porque mejoramos en el trato con los demás.

Todos los esfuerzos que hagamos en este terreno redundarán en fortalecer nuestra madurez y en la capacidad de establecer relaciones humanas sólidas y mucho más gratas.

El día de la amistad es una oportunidad para pasar del romanticismo adolescente a la consistencia de adultos que se respeta y respeta a los demás.