
Cuando una nación pierde el espíritu de servicio, deja de ser democrática y cede el paso a una autoridad pública que permite los peores excesos: la corrupción y la dictadura.
Cuando una nación pierde el espíritu de servicio, deja de ser democrática y cede el paso a una autoridad pública que permite los peores excesos: la corrupción y la dictadura.
Cuando Platón escribió esto, lo hizo en tono de broma o con el propósito de llamar la atención o de ridiculizar a quienes se comportaban de esas maneras.