
Dentro de Fundación para la Promoción del Altruismo, Raúl Espinoza Aguilera fue un luminoso columnista y magnífico miembro del patronato, siempre pacifico, conciliador y sereno en sus diálogos y propuestas.
Dentro de Fundación para la Promoción del Altruismo, Raúl Espinoza Aguilera fue un luminoso columnista y magnífico miembro del patronato, siempre pacifico, conciliador y sereno en sus diálogos y propuestas.
La perseverancia es un requisito indispensable para consumar dichos ideales. A modo de ejemplo, podríamos decir que cada quien está realizando su propia pintura, su obra de arte. Pero esta obra nos es fruto del entusiasmo pasajero sino del esfuerzo continuado a lo largo de toda la existencia.
Ante estas circunstancias resulta fundamental el pensar en positivo porque de nada sirve angustiarse o sobredimensionar los hechos objetivos. La cuestión es mantener el buen ánimo, la serenidad, la alegría y transmitirla a nuestros seres queridos y a quienes nos rodean.
Al observar tanto dolor y la crudeza de la guerra, ya de regreso a Estados Unidos, decidió escribir su célebre obra “Adiós a las Armas”, con la que se dio a conocer como escritor, y en la que propone poner fin a tantos enfrentamientos bélicos que ocurrían en Europa y el resto del mundo.