
En México, debido a los protocolos de salud, un bebé con parálisis cerebral recibe su diagnóstico después de los dos años de vida. En la primera infancia, que va de los 0 a 2 años, es cuando el cerebro se encuentra en las mejores condiciones para generar habilidades compensatorias o disminuir efectos condicionantes de esta discapacidad, gracias a la plasticidad cerebral.