No haga caso a las dificultades, amenazas, críticas y al “qué dirán”. Pero tampoco las ignore, porque conviene a aprender a manejarlas de modo que nos sirvan como catapultas (oportunidades de mejora).
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No haga caso a las dificultades, amenazas, críticas y al “qué dirán”. Pero tampoco las ignore, porque conviene a aprender a manejarlas de modo que nos sirvan como catapultas (oportunidades de mejora).
No existen soluciones “mágicas” o “fáciles”, pero empiece por usted mismo: respétese y piense dignamente y así tendrá un comportamiento digno. Dignidad es sentir un gran aprecio por uno mismo y por los demás.