
A veces en un comunicador se puede presentar la tentación de ser un protagonista que cause impacto, que sorprenda con lo que dice, que su trabajo le sirva como palanca para ser famoso a costa de lo que sea.
A veces en un comunicador se puede presentar la tentación de ser un protagonista que cause impacto, que sorprenda con lo que dice, que su trabajo le sirva como palanca para ser famoso a costa de lo que sea.
Había un divertido ganadero en el Valle del Yaqui que cuando ocurrían este tipo de acontecimientos imprevistos, solía repetir la frase: “No, hombre, si es que cuando te toca, te toca”. Me hizo recordar el lamentable accidente aéreo de cuando se desplomó la aeronave “Learjet 45”.