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Central de Abasto Archivos - Somos Hermanos

Cuando comer se vuelve un acto de resistencia 2>

El pasado 18 de junio no fue un día cualquiera. En un mundo que enfrenta crisis climáticas, hambre y desigualdad, esta fecha marcó un recordatorio urgente: la forma en que comemos importa. En el marco del Día de la Gastronomía Sostenible, impulsado por la ONU, el llamado fue claro: repensar nuestras prácticas alimentarias para que dejen de ser parte del problema y se conviertan en parte de la solución.

Ya no se trató solo de celebrar la diversidad culinaria o el placer del buen comer; se trató de transformar la comida en una herramienta de cambio profundo.

En México, cada año se tiran millones de toneladas de alimentos que podrían nutrir a comunidades enteras. Esa pérdida no solo refleja un sistema roto, también representa un impacto ambiental descomunal: metano en la atmósfera, agua desperdiciada, tierras usadas en vano. Frente a esto, organizaciones como Alimento Para Todos dieron una respuesta concreta.

En lugar de permitir que esa abundancia mal distribuida terminara en la basura, recuperaron alimentos que aún eran aptos para el consumo y los canalizaron hacia quienes más lo necesitan. Su labor no se limitó a entregar comida: transformaron excedentes en productos como tortillas o totopos, y con ello, dignificaron cada alimento rescatado.

Además, su comedor “Una Comida Para Todos”, ubicado en el corazón de la Central de Abasto, demostró que una cocina nutritiva, local y con conciencia ambiental es posible. Ahí, cada platillo servido fue un acto de respeto hacia la tierra, hacia los agricultores y hacia las personas que se alimentan.

La sostenibilidad no fue una moda ni una etiqueta gourmet: fue una práctica diaria que empezó en casa, con decisiones simples como comprar local, aprovechar al máximo lo que se tiene y evitar tirar comida que aún puede ser consumida.

En esta fecha, más que conmemorar, tocó actuar. La gastronomía sostenible no fue tarea exclusiva de chefs o activistas; fue una responsabilidad compartida que se ejerció en cada refrigerador, en cada tianguis, en cada comida que decidimos preparar o salvar. Desde Alimento Para Todos lanzamos una invitación abierta: súmate al cambio. Dona, participa, comparte. Porque en cada alimento rescatado hay una oportunidad de cuidar el planeta y alimentar con dignidad.

APT: Acciones contra el hambre en beneficio de las y los mexicanos 2>

En un país donde millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria, la organización Alimento para Todos se ha consolidado como un actor clave en la lucha contra el hambre. A través del modelo de bancos de alimentos, esta institución se inserta en las cadenas de valor alimentarias, actuando como un agente de resiliencia e inclusión social.

Como miembro de la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX), la más extensa del país, Alimento para Todos contribuye al fortalecimiento de más de 55 bancos de alimentos distribuidos en todo el territorio nacional. Su trabajo no se limita al acopio y distribución de alimentos; también impulsa el desarrollo comunitario mediante proyectos locales orientados a erradicar el hambre de manera sostenible.

Su compromiso con la transparencia ha generado confianza entre productores, marcas, organizaciones y voluntarios que comparten una visión común: un futuro sin hambre. Entre sus programas más destacados se encuentran:

Atención Alimentaria: Este programa beneficia tanto a productores como a personas en situación vulnerable. Recupera alimentos en buen estado que de otro modo serían desperdiciados, y los canaliza a quienes más los necesitan. De esta manera, se reduce el desperdicio de comida, se protege el medio ambiente y se aprovechan recursos valiosos.

Una Comida para Todos: En colaboración con la Fundación del Dr. Simi y comerciantes locales, se ha establecido el primer comedor comunitario en la Central de Abasto (CEDA), con el objetivo de ofrecer comidas nutritivas a personas en situación de calle o vulnerabilidad.

Backpack Program: Esta iniciativa, apoyada por Global Foodbanking Network (GFN), busca garantizar la alimentación de estudiantes en riesgo durante fines de semana y días festivos. A través de mochilas llenas de alimentos nutritivos y fáciles de preparar, se asegura que los menores continúen recibiendo sustento más allá del horario escolar.

Existen tres formas principales de apoyar a esta organización:

Donaciones: Aportando productos o servicios, especialmente alimentos no perecederos o artículos de primera necesidad.

Voluntariado: Brindando tiempo y esfuerzo en distintas áreas operativas de la organización.

Difusión: Ayudando a dar visibilidad a su labor para que más personas se sumen a esta causa solidaria.

Alimento para Todos demuestra que el combate al hambre requiere no solo voluntad, sino también organización, alianzas estratégicas y participación ciudadana. Su labor es un recordatorio de que la solidaridad puede transformar realidades.

La Central de Abastos de México – Centro neurálgico del comercio (Parte 5) 2>

En apoyo al proceso de comercialización, la Central de Abasto fue dotada de un Mercado de Envases Vacíos, que inició sus operaciones en 1982, con 180 locales otorgados a los comerciantes. En este sitio es posible encontrar cajas de cartón o de madera, huacales utilizados en la compra-venta de abarrotes, frutas, verduras, flores y hortalizas. Las cajas más solicitadas son las limoneras, con capacidad de 15 a 18 kilogramos; las jitomateras, para 25, y las de mangos, que permiten el embalaje de 35 kilogramos. En 1987 se amplió con 176 locales más.

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