Por: Fernando Óscar García Chávez

central de abasto

Fotografía: Fernando Óscar García Chávez

“Si te das una vuelta, seguro encontrarás productos que ni sabías que existen. Entre frutas, verduras, legumbres, tubérculos, hortalizas, frutos secos, y más, hay aproximadamente una variedad de 15 mil productos provenientes de todas las partes del país”.

Paola Alin. Cosas que no sabías de la CEDA.

La Central de Abasto (CEDA) es el mercado de mercados. La central nunca duerme, siempre está en movimiento, 24 horas diarias los 365 días del año para que los alimentos lleguen a su destino. Ofrece a la comunidad, antes que nada, precios bajos, además de calidad, variedad, oportunidad e higiene en los productos que comercializa.

central de abasto

Fotografía: Fernando Óscar García Chávez

El excesivo crecimiento de la población en el siglo XX y la creciente demanda de consumidores que acudían a La Merced, provocaron grandes problemas de salubridad, seguridad y congestionamiento de vehículos en la zona, lo que trajo retrasos en la carga y descarga oportuna de los productos, por lo que dicho mercado resultó insuficiente y era urgente buscar una mejor opción.

En julio de 1969, se hizo del dominio público que el gobierno estaba desarrollando un proyecto para crear un nuevo centro de abasto alejado del primer cuadro de la ciudad y estratégicamente ubicado.

La iniciativa se formalizó el 17 de abril de 1970, cuando se declaró de utilidad pública la construcción de la Central de Abasto para la Ciudad de México, cuya función principal fuera la de mercado de mayoreo de productos alimenticios, decretándose  la expropiación de un predio de aproximadamente 327 hectáreas, conocido como Zona de Chinamperías, ubicado en la delegación Iztapalapa.

El 30 de agosto de 1976 pasará como una de las fechas más significativas de la historia de México en el último cuarto del siglo XX. La devaluación del peso, después de 22 años de mantenerse inalterado su tipo de cambio con el dólar.

En menos de dos meses, el valor de la riqueza, el ingreso y el producto nacional, medidos en términos monetarios internacionales, se deprimió en 512 por ciento. De 8 centavos de dólar que valía el peso, pasó a valer 39 centavos.

A mediados de 1977, varias agrupaciones de comerciantes solicitaron al nuevo Presidente de la República que se iniciara la construcción del nuevo complejo de abasto, justo cuando el gobierno afrontaba severas restricciones económicas y aún se sentían los efectos de la devaluación del peso sufrida meses atrás.

El 29 de junio de 1977 se publicó en el Diario Oficial, un Acuerdo del Ejecutivo Federal, mediante el cual se creó la Comisión de Desarrollo Urbano del Distrito Federal (CODEUR), como un organismo técnico desconcentrado del DDF, al cual se encomendaría más adelante el diseño, la contratación de la construcción, organización y ejecución de los proyectos, planos y obras de la Central de Abasto del Distrito Federal. Asimismo también el otorgamiento de autorizaciones, licencias y permisos, en todo lo relacionado con el financiamiento, construcción y operación de la Central de Abasto.

En 1980, se aprobó el plan para la construcción de la Central de Abasto y en cuanto al precio que tendrían las bodegas se estimó un rango entre 3.5 y 15 millones de pesos, aunque CODEUR argumentó que el costo real por bodega era de veinte millones y que incluía vialidades, áreas de carga y descarga, mezzanine y lugares de almacenamiento; esto a través de un fideicomiso, denominado “Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto de la Ciudad de México”, el cual se constituyó el 7 de julio de 1981.

Con el compromiso de crear un nuevo recinto que conjugara tradición con modernidad, las autoridades encargaron el diseño del proyecto a Abraham Zabludovsky, uno de los mejores arquitectos del mundo, quien realizó una impresionante obra, por su tamaño y funcionalidad, acentuada por su estratégica ubicación geográfica.

La construcción de la Central estuvo a cargo de una empresa llamada Consorcio CEDA, S.A., que surgió de la asociación de cinco constructoras.

En marzo de 1981, iniciaron los trabajos de construcción de la Central de Abasto. Poco después se firmaron los protocolos del contrato de Fideicomiso para la Construcción de la Central de Abasto del Distrito Federal.

Con una vigencia de 99 años, según la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, al término de los cuales la propiedad aportada al mismo sería revertida al hoy Gobierno de la Ciudad de México, conjuntamente con las construcciones que al efecto se hubieran realizado. Este fideicomiso está integrado por el Gobierno del Distrito Federal, la Secretaría de Desarrollo Económico y diversos participantes, que tienen carácter de fideicomitente y de fideicomisario. La institución fiduciaria es Banco Santander.

central de abasto

Fotografía: Fernando Óscar García Chávez

La Central de Abasto fue concebida como una figura hexagonal, ligeramente deformada, cuyo eje central mide 2 mil 250 metros, y en cuyos extremos se localizan las entradas y salidas. Para no repetir los problemas de distribución y espacio que existían en La Merced, se determinó con precisión el número de bodegas que deberían construirse y la superficie de cada una de ellas.

Los trabajos se realizaron en 14 meses y el costo original de la obra se calculó en 16 mil millones de pesos, la mitad por la compra del terreno.
Se construyeron 1,741 bodegas, de las cuales 1,437 fueron destinadas a frutas y legumbres y 304 a abarrotes y víveres. Ambos tipos de bodegas se diseñaron con una doble vialidad: la primera para camiones cargueros con estacionamiento y, la segunda, consistente en un andén de carga y descarga para mercancías.
Las azoteas de las crujías de servicios complementarios se acondicionaron como estacionamientos para automóviles, lo que permitió dar una doble función a esos inmuebles. Cuenta con 3 mil 224 cajones de estacionamiento.

El 21 de noviembre de 1982, fue la fecha prevista para el traslado de los comerciantes de La Merced a la nueva Central de Abasto.

Los operativos se iniciaron a las 12 de la noche de ese día, siendo el momento en que también se estableció un cerco en las inmediaciones de La Merced, con el fin de impedir el paso de los camiones que abastecían a los mayoristas. Gracias a estas maniobras, se logró reubicar a casi 2, 900 bodegueros con tal efectividad, que a las 9 de la mañana del domingo 22, el 60% de los comerciantes al mayoreo, ya se encontraban en la Central de Abasto.

La inauguración de la nueva Central de Abasto se realizó el 22 de noviembre de 1982 por el presidente de la República José López Portillo y el regente del Distrito Federal, Carlos Hank González, comenzando a ofrecer sus servicios como un centro comercial y logístico a la altura de la que era considerada la ciudad más grande del mundo.

La actividad comercial se inició en las áreas de frutas y legumbres, abarrotes y víveres, el andén de subasta y productores, y el mercado de envases vacíos. Para la venta al mayoreo y medio mayoreo, los productos que originalmente fueron aprobados para expender fueron legumbres, hortalizas, frutas y flores; así como abarrotes, granos y semillas, avícolas, pecuarios, piscícolas, lácteos y otros. Debido a que la zona de abarrotes carecía de techos y cortinas en la fecha de inauguración, algunos comerciantes del sector no se cambiaron sino hasta enero de 1983.

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Fotografía: Fernando Óscar García Chávez

Dos meses después de haber sido inaugurada la Central de Abasto, ya se vendían en sus instalaciones 13 mil toneladas de alimentos diariamente, con operaciones monetarias que superaban los 400 millones de pesos y con un flujo diario de 80 mil personas.

La Central de Abasto es un gran centro logístico que vive diariamente con una infraestructura que da empleo a 90 mil personas y recibe más de medio millón de visitantes al día, donde se venden los productos que se consumen en la Ciudad de México y zona metropolitana, así como algunos estados vecinos, siempre lista para proporcionar la seguridad agroalimentaria.

La CEDA recibe más de 15 mil productos procedentes de todo el país e inclusive del extranjero. Cuenta con una capacidad de almacenamiento de 120 mil toneladas.

Los productos que con mayores volúmenes se comercializan en este mercado son el nopal, la col, el rábano, la cebolla de rabo, el cilantro, el perejil, las flores y el follaje, las lechugas, zanahorias, elotes y coliflores. Dos terrenos situados al norte, sirven como estacionamiento y sede de romerías de temporada, siendo las más importantes las del Día de Muertos y la de Navidad.

La creación de oportunidades laborales como parte del proceso logístico de recepción y salida de productos, genera una gran cantidad de empleos directos e indirectos, como aquellos que siembran, cosechan, trasladan, cargan, descargan y venden.

La movilidad para el traslado de los productos resulta vital para la operación, por lo que el enlace entre el campo y la CEDA es el transporte que une al campo con los comerciantes. La cantidad de camiones que recibe la CEDA, que se estima es de 62 mil, de los cuales 2 mil son tractocamiones (tráilers), mil 500 camiones torton y 57 mil vehículos para el abasto de productos. Cuenta con 13 mil 800 carretilleros que prestan servicio de carga a los compradores.

¿Quién acude a la Central de Abasto?
-Generalmente las empresas que proveen de mercancías a los centros mayoristas.
-Compradores medio mayoristas que surten a restaurantes, hoteles, hospitales, tianguis, comedores industriales, mercados públicos y tiendas de barrio.
-Las amas de casa que vienen a realizar las compras para sus hogares.
-Todos ahorrando hasta un 60 por ciento en relación con otros puntos de venta.

La Central de Abasto se divide en ocho diferentes sectores, que van desde los abarrotes y víveres hasta la zona de pernocta, pasando por la de frutas y legumbres, la de los envases vacíos (huacales de madera, plástico y unicel), las bodegas de transferencia (cada una cuenta con cámara de refrigeración), aves y cárnicos, las flores y hortalizas, la zona norte y la zona de subasta.

Con su infraestructura la CEDA es el mejor impulsor del campo mexicano, trabajando directamente con los productores, comerciantes y consumidores. Es un referente de los precios de los productos a nivel nacional.

El Coordinador General y Administrador de la Central de Abasto, Héctor Ulises García Nieto, está decidido a renovar este gran mercado mayorista a través de un histórico Plan Estratégico a corto y mediano plazo. Dentro de sus múltiples responsabilidades se tiene el vigilar y hacer cumplir los servicios públicos para los que fue concebida la Central de Abasto.

El Presidente de Grupo Carso, Carlos Slim Domit, recibió hace unos días el reconocimiento al empresario del año. El Ing. Slim inició su trayectoria comercial en las naves de la Central, donde aprendió y entendió las formas de comercialización de los participantes. La Central, dijo, es una escuela donde aprendió lo que realmente es la operación de todos los días, lo que son las operaciones sofisticadas y lo que es estar en contacto con los clientes y con todo el mundo de operaciones comerciales que suceden todos los días beneficiando a pequeñas, medianas y grandes empresas.

La CEDA tiene una superficie total de 327 hectáreas, siendo considerada por la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, como la más grande del mundo (www.wuwm.org).

Entre los 216 mercados mayoristas del mundo, la Central de Abasto de la Ciudad de México ocupa el primer lugar por tamaño y capacidad de almacenaje, de acuerdo con la Unión Mundial de Mercados Mayoristas (WUWM por sus siglas en inglés).

Le sigue en tamaño el Mercado Internacional de Rungis, Francia, con 232 hectáreas, y el Merca Madrid con 176 hectáreas.
“La Central de Abasto, en Ciudad de México, es el mercado más grande del mundo. En los últimos años, la central, como muchos la llaman, ha experimentado varios cambios. Uno de los principales, quizá, es la recuperación del espacio público y la transformación de sus paredes exteriores en la galería de arte al aire libre más grande de América Latina”.

Paola Alin. Cosas que no sabías de la CEDA.

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