
Lo más importante es el sentido que se le dé al esfuerzo: primero Dios, luego los demás y en tercer lugar uno. Mientras más útil y desprendido de sí se imagine, mayor será la fuerza interior para superar las dificultades y conseguir el ideal.
Lo más importante es el sentido que se le dé al esfuerzo: primero Dios, luego los demás y en tercer lugar uno. Mientras más útil y desprendido de sí se imagine, mayor será la fuerza interior para superar las dificultades y conseguir el ideal.