Socorro Eugenia Quijano Villanueva

Quienes buscan buen teatro tienen aquí una oportunidad de comprobar lo que son capaces los jóvenes estudiantes y maestros con el apoyo de todas las áreas de este centro de estudios que ha vibrado al ritmo y entrega de Michelle.

Así es ella, viajando con frecuencia por motivos de su trabajo profesional y también para pedir, como lo ha hecho esta mañana de Pentecostés que desde muy temprano salió a la Villa de Guadalupe y regresó a comer con su familia que la esperaba.

Podríamos decir que es una mujer de nuestro tiempo, de las que querríamos presumir por su talento y calidad humana. Formada en nuestros mejores hospitales de la Ciudad de México, hoy funge como médico particular y maestra que no ha dejado de estudiar e investigar.

Más que predicar en templos semivacíos o centros de convenciones, tendremos que vivir con más fidelidad lo que creemos para atraer a otros a esta senda del valorar a la persona humana desde el momento de la concepción y hasta su muerte natural.

Con motivo del centenario de su natalicio, su familia del Opus Dei le organizó una sorpresa, la visita de varios de sus alumnos; la Dra. Rodríguez hizo escuela en el ámbito de la medicina, y, al festejo de sus cien años, estuvo presente. Ahora, con un actuar silencioso que permitió a sus alumnos más fieles ser más sinceros en sus palabras de agradecimiento por su entrega diaria como amiga, maestra, compañera de trabajo.

Leer sobre un tema conocido nos permite un poco de mayor comprensión del hombre y del mundo en que vivimos. Fazio se apoya y comparte el pensamiento de otros historiadores y teólogos como San Juan Pablo II y Benedicto XVI.