
Los jóvenes de hoy están abiertos a Dios, a lo sobrenatural, a algo más allá, pero muchas veces no conectan con el modo de transmisión que utilizan los pastores de la Iglesia, los catequistas y los propios padres de familia.
Los jóvenes de hoy están abiertos a Dios, a lo sobrenatural, a algo más allá, pero muchas veces no conectan con el modo de transmisión que utilizan los pastores de la Iglesia, los catequistas y los propios padres de familia.
Para que el odio no sea el protagonista de las relaciones entre las naciones, hace falta que todas las personas que han sufrido la violencia pueden perdonar de corazón y que las personas que hacen el mal cambien y pidan perdón.