Desde su época de Prefecto, durante el Pontificado de Juan Pablo II, el entonces Cardenal Ratzinger comenzó a dar pautas de actuación para atender a las víctimas y procesar a los abusadores, pues hasta ese momento la política de la Santa Sede era que “la ropa sucia se lava en casa”.Destacó que uno de los nuevos proyectos, es crear vínculos con una cadena de restaurantes de hamburguesas para que formen parte de la plantilla laboral.
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