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Una luz que abraza a la infancia que vive con Síndrome de Dravet 2>

En el marco del Día Internacional del Síndrome de Dravet, la iluminación del frontispicio de la Cámara de Diputados se convirtió en un símbolo de esperanza y memoria, y en un espacio de encuentro entre familias, pacientes, legisladores, profesionales de la salud y sociedad civil, unidos por el reconocimiento de esta condición, el diagnóstico oportuno, el apoyo familiar y la atención integral, para las personas que viven con esta forma de epilepsia de difícil control.

Esta iniciativa fue posible gracias al impulso de AMENA (Asociación Mexicana de Epilepsia en Niños y Adultos) en alianza con la Diputada Mónica Herrera quienes se han unido para visibilizar una causa que aún permanece en la sombra y a hacer un llamado a la acción colectiva.

El Síndrome de Dravet, es una enfermedad rara que forma parte de un grupo de epilepsias poco comunes pero severas, conocidas como Encefalopatías Epilépticas y del Desarrollo. Esta condición suele manifestarse entre los 4 y 12 meses de vida y se caracteriza por crisis epilépticas frecuentes y difíciles de controlar, así como por un deterioro progresivo en el desarrollo cognitivo, motor y conductual[3].

En más del 80 % de los casos, es causada por una mutación en el gen SCN1A, responsable de codificar un canal de sodio esencial para la correcta transmisión de señales eléctricas en el cerebro. Se estima que afecta aproximadamente a 1 de cada 20,000 niños.[4]

En las primeras etapas, el Síndrome de Dravet suele presentarse con crisis epilépticas prolongadas asociadas a fiebre, que pueden afectar todo el cuerpo o solo una parte. Con el tiempo, estas crisis se diversifican y se vuelven más difíciles de controlar, incluso sin fiebre, y pueden ser desencadenadas por estímulos como cambios de temperatura, luces intermitentes o emociones intensas.

A partir del segundo año de vida, es común observar un retraso en el desarrollo cognitivo y motor, dificultades para hablar, problemas de coordinación (ataxia), trastornos del espectro autista, alteraciones del sueño y problemas de alimentación o crecimiento, lo que refleja el profundo impacto de esta condición en la vida de quienes la viven y sus familias.[5]

Desde el acceso limitado a servicios de salud especializados, tratamientos multidisciplinarios, y diagnóstico oportuno, hasta las barreras para la inclusión educativa, social y laboral.

La Diputada Mónica Herrera destacó, “Detrás de cada diagnóstico hay un rostro, una familia y una historia de lucha cotidiana. Esta fecha invita a sensibilizarnos para combatir el estigma social asociado a la epilepsia y al Síndrome de Dravet, así como abrir espacios de diálogo que respondan a las necesidades reales de niñas y niños que viven con esta condición. Expresó.

Por su parte, la Asociación Mexicana de Epilepsia en Niños y Adultos (AMENA) organización comprometida con mejorar la calidad de vida de las personas que viven con epilepsia en México, continúa su labor para visibilizar estas condiciones y fomentar la educación médica y social en torno a las epilepsias raras, por una sociedad más consciente e inclusiva.

“En AMENA nos llena de esperanza contar con el respaldo de la Diputada Mónica Herrera, quien se suma como una aliada por las epilepsias de difícil control de la infancia, como el Síndrome de Dravet, que no solo afecta cuerpos: toca a familias enteras, a comunidades que se ven obligadas a convertirse en expertas, cuidadoras y defensoras de derechos.

Que, en esta conmemoración, nuestra causa púrpura permita unirnos en un compromiso para transformar realidades con empatía, conciencia y solidaridad, promoviendo una atención integral que responda a las necesidades médicas, emocionales y sociales de quienes viven con el Síndrome de Dravet y sus familias” destacó Norma Hernández Vanegas, Directora Ejecutiva de AMENA.

No sólo afecta la memoria, también margina a quienes lo padecen: Alzheimer 2>

La falta de información y educación en torno de las demencias limita el diagnóstico temprano y tratamiento oportuno, lo cual merma la calidad de vida de quien lo vive, pero también del entorno familiar, comparte Laura Elena Cortés, cuya madre vivió varios años con demencia, lo cual la animó a ser parte de la organización Alzheimer México IAP.

Actualmente, Cortés Gómez es vicepresidenta del patronato de la organización que recientemente cumplió 20 años, desde donde lanza un llamado a informarse a profundidad sobre el Alzheimer toda vez que -dijo-, “erróneamente se piensa que es parte del envejecimiento cuando no es así. Se trata de una enfermedad que no sólo afecta la memoria, sino que también margina a quienes lo padecen”.

Incansable luchadora por visibilizar el Alzheimer y su impacto, Laura Elena destaca que “la desinformación y el estigma agravan la enfermedad, retrasan el diagnóstico y dejan a las familias solas en el proceso”.

Ante ello, los integrantes de la organización realizan mesas de trabajo y análisis para buscar soluciones que coadyuven al abordaje de la problemática de forma integral para, con ello, desarrollar propuestas claras que permitan un mejor entendimiento de la enfermedad desde diversos puntos de vista como el del cuidador, la familia, y el médico tratante, pero también de las instituciones tanto públicas como privadas.

Al ofrecer un balance sobre las mesas realizadas, Laura Elena Cortés detalló que recientemente se analizaron los principales obstáculos en la atención de esta enfermedad, entre los que destacaron que, además de la falta de información, el Alzheimer enfrenta un fuerte estigma social, que empuja a las personas que viven con la enfermedad al aislamiento y genera barreras para que las familias busquen ayuda.

“En muchos casos los cuidadores primarios –que suelen ser mujeres– cargan con la responsabilidad en solitario, sin acceso a redes de apoyo ni reconocimiento a la labor que realizan”, apuntó Cortés y añadió que “enfrentar la enfermedad no solo implica un reto médico, sino también social y cultural, por lo que necesitamos romper la percepción de que es un destino inevitable y sin solución”.

En el marco de la mesa de trabajo, recapituló tres acciones prioritarias:

  • Capacitar a profesionales de la salud para garantizar que médicos generales y especialistas puedan detectar la enfermedad en etapas tempranas y orientar adecuadamente a pacientes y familias.
  • Desplegar campañas de información y concientización, enfocadas en eliminar mitos sobre la enfermedad con un lenguaje preciso y respetuoso.
  • Generar redes de apoyo para cuidadores que incluyan espacios de contención emocional, acompañamiento psicológico y recursos económicos para aliviar la carga del cuidado.

Y es que la sobrecarga emocional de los cuidadores fue otro de los temas centrales en la discusión porque muchas familias enfrentan la enfermedad sin información ni recursos suficientes, lo que no solo impacta su bienestar psicológico, sino que también aumenta el riesgo de aislamiento y desgaste físico.

Estrategias como la distribución equitativa de roles dentro de las familias, la capacitación en el manejo del Alzheimer y la integración de voluntarios especializados podrían ayudar a reducir esta carga y mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan este padecimiento de cerca, dijo.

“La información generada en estos espacios busca consolidarse en propuestas concretas que contribuyan a mejorar las políticas públicas y garanticen un entorno más digno e inclusivo para las personas que viven con algún tipo de demencia y sus familias”, concluyó Laura Elena Cortés.