Su legado dejó huella en la colonia Doctores de la CDMX

29 agosto, 2018

Por Jesús Arizmendi Valdez

Somos Hermanos.- Sus padres le inculcaron ayudar y servir al prójimo. Desde pequeña mostró gran compasión y se lanzó espontáneamente en entrega a los demás. A los cuatro años de edad, en compañía de su mamá, visitaba enfermos en diferentes hospitales de la Ciudad de México. En su adolescencia, acudía al dispensario de las Madres de la Caridad para realizar obras de beneficencia. Fue tanto su amor y devoción que pensó en irse al continente africano como Misionera de la Caridad. Fue madre de diez hijos y pionera de acciones altruistas.

Carmelina Ortiz Monasterio de Molina nació el 21 de febrero de 1930 y murió el 23 de noviembre del 2008 a los 78 años de edad.

 

APAC IAP

Carmelina fue uno de los pilares más importantes en la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (Apac) IAP, fundada en 1970 por un grupo de padres de familia. Su motivación: Beaty, su hija, con parálisis cerebral. 
En el año de 1999 se le entregó el Premio Nacional al Altruismo. Ahí dijo que ella hacía lo que quería y lo que amaba, sin reflectores.

En el año 2002, Beaty murió a consecuencia de una neumonía y en el 2004, tras 27 años en la presidencia de APAC, Carmelina anunció su retiro.

Desde el 2004 y hasta el final de sus días, veló con ahínco por sus instituciones favoritas: la Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados (Fhadi), Fundación Vida Independiente, Centro de Atención a la Discapacidad La Gaviota, Fundación Obdulia Montes de Molina, el Instituto Pedagógico para Problemas del Lenguaje (IPPLIAP) y Fundación para la Promoción del Altruismo.

El 7 de octubre de 2008, fue la última aparición en público de Carmelina. Ese día, más de 60 personas en silla de ruedas lograron su inclusión para trabajar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. En el acto, Margarita Zavala, ex presidenta del DIF Nacional,  reconoció la labor de Ortiz Monasterio al señalar que “Carmelina hizo mucho para que la sociedad mexicana ganará. Le agradezco que esté aquí y sobre todo que siga motivándonos y recordarnos lo importante que es para un país el que todos estemos integrados. Sin duda, es la Reina del Altruismo”.

La gente buena jamás muere

“Carmelina representó una amistad entrañable. Ella creó el Grupo a favor de los sordos y organizó tres encuentros en el marco Internacional del Día del sordo que se conmemora cada 28 de noviembre. Ella fue el claro ejemplo de entrega, desinterés, y sobre todo una mujer comprometida con las instituciones a las que apoyaba”, señaló Mercedes Obregón, directora de IPPLIAP

“Uno de mis mayores anhelos era conocer a Carmelina. Nos conocimos en un evento hace muchos años y desde entonces, iniciamos nuestra lucha por integrar a las personas en silla de ruedas.

“Era una gran amiga, me aconsejaba y siempre tenía una sonrisa para todos. Recuerdo que, gracias a Carmelina hicimos un pacto entre FHADI y Vida Independiente, del que nació el Programa de Integración Laboral para Personas en Sillas de Ruedas, con lo cual se han beneficiado muchas personas.

“Nos dejó una gran responsabilidad para seguir luchando”.

Santiago Velázquez Duarte, presidente de Vida Independiente

“Conocí a Carmelina un día que visitó nuestras instalaciones, para ofrecer sus servicios como voluntaria. Ese día, yo estaba con Tony, fundadora de la institución y le pregunté: “¿Qué hace Carmelina aquí?”, ella entró y nos dijo: “Me gusta la labor que realizan y quiero dar mi tiempo”. Desde entonces, todos los miércoles asistía con nosotros para apoyarnos.

“Siempre la llevaré en mi corazón y me he comprometido a seguir sus pasos”.

Lourdes Sarvide, directora de Fhadi

“La vida de Carmelina me recuerda la filosofía de los egipcios. Al ver que la propia muerte se acerca, se hacen dos preguntas para comprobar si han cumplido con su misión en este mundo. La primera es: “¿Encontraste la felicidad?”, y la segunda que parece confrontante: “¿Fuiste fuente de felicidad para otros?” Carmelina sale más que airosa de las dos: amiga, esposa, madre y abuela feliz.

“Para Carmelina, ser feliz era conseguir que los problemas no anularan la alegría del alma y, así, poder dársela a los demás”.
Lorena Amaro, directora del Centro de Estimulación Temprana La Gaviota.

“Carmelina era una mujer única, aprendí a comprometerme con la sociedad, a ser solidaria y a ayudar al prójimo. Le agradezco mucho sus enseñanzas, ya que hizo de mí, una persona luchadora por las causas sociales”.
“En México deberían existir más Carmelinas que lo dan todo sin recibir nada a cambio”.
Marcela Macías Ortega, presidenta de la Fundación Obdulia Montes de Molina

“Con su llegada a la presidencia del Patronato de Apac, se inició en una marcha acelerada no sólo para atender cada vez a más personas, sino para encontrar e inventar soluciones que dieran respuesta a las muy diversas necesidades de las personas con discapacidad. Creo varios centros y programas.

 Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (Apac) IAP. Número telefónico: 9172 4620.

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