Presentan Censo sobre Bullying por apariencia física

5 junio, 2025

“Como tengo baja estatura a veces me molestan, me han dicho enana, hormiga, etc. Me molesta, pero siempre callo porque no me gusta hacer problemas”. Este es solo alguno de los muchos testimonios que fueron escritos por estudiantes de diversos grados escolares que se encuestaron por el “Censo sobre Bullying por apariencia física” que presentó la Fundación en Movimiento AC.

El acoso escolar (bullying) basado en la apariencia física se refiere a la forma de acoso que tiene como objetivo la apariencia de una persona, como su tamaño, altura, aspecto físico o cualquier característica que se perciba como diferente.

Al tener como recinto el Museo de Memoria y Tolerancia, ubicado en la Ciudad de México, Reyna Monjaraz Gutiérrez, directora de Fundación en Movimiento, destacó que el primer censo sobre bullying por apariencia física, se enfoca en identificar y analizar el acoso escolar (bullying) buscando promover una cultura de paz y prevenir la violencia.

Apuntó que el bullying por apariencia física puede causar graves daños psicológicos y emocionales, además de provocar baja autoestima, ansiedad, depresión, problemas de salud mental y trastornos alimenticios.

¿Qué es?

Acoso por apariencia:

Es un tipo de acoso que se centra en características físicas de la persona, como el tamaño, la altura, el color de la piel, el sobrepeso o cualquier otra característica que se desvíe de lo que se considera “estándar” o “normal”.

Burlas y humillaciones:

Incluye comentarios despectivos, burlas, insultos, y cualquier conducta que busca desestabilizar la autoestima y el bienestar emocional de la persona.

Consecuencias:

Puede tener un impacto significativo en la salud mental y emocional de la víctima, afectando su autoestima, confianza en sí misma, y generando sentimientos de ansiedad, depresión o aislamiento.

La directora de Fundación en Movimiento AC, informó que en este primer Censo sobre Bullying por apariencia física, se entrevistó a más de 45 mil estudiantes en edades de secundaria y preparatoria de 298 escuelas de ocho estados del país.

Los testimonios entregados por los 45,612 adolescentes son confidenciales y reflejan la mayoría de los casos (60.9%) de este tipo de violencia ocurre dentro del aula y que el 21.6 por ciento de los que la sufren ha dejado de asistir a clases por esa causa.

Del mismo modo, los valientes testimonios de los adolescentes le permitieron a la fundación conocer que solo el 15.6 por ciento de ellos recibió apoyo por parte de su escuela.

“Este censo es un llamado urgente a las autoridades educativas, docentes y familias para reconocer y atender una forma de violencia que suele normalizarse, pero que tiene consecuencias graves en la salud mental y el rendimiento académico”, declaró Reyna Monjaraz.

El censo también mostró que el 35.7 por ciento de los docentes encuestados dijo no saber cómo actuar ante el bullying, lo que dificulta el control de clase y expone a los estudiantes a ser víctimas de sus propios compañeros de aula.

“Cuando los maestros actúan, las familias recuperan la confianza en la escuela”, afirmó Monjaraz, quien subrayó que los resultados del censo deben verse como un punto de partida para transformar las aulas en espacios seguros e inclusivos.

Además de recabar datos, impartieron Talleres presenciales y virtuales sobre autocuidado, autoestima y habilidades socioemocionales, dirigidos a estudiantes, docentes y familias.