¡Mujeres que hacen historia! María de Lourdes Suárez Diez de Márquez

4 noviembre, 2020
Socorro Eugenia Quijano Villanueva

Muchas veces he pensado en este breve artículo como un sencillo homenaje a una gran mujer e historiadora; ahora que lo inicio, no sé qué rasgo de su personalidad destacar más, si su calidad humana, el espíritu alegre y emprendedor a sus casi 90 años, saber ser amiga de gente joven a la que conquista con su sencillez y profundos conocimientos de Historia, Arqueología, Antropología, Museografía, Geografía,…en fin, estas letras las escribo con cariño agradecido a  Lourdes Suárez Diez, esposa de  Rafael Márquez y madre de: Fernanda y Rodrigo.   

Mi maestra de Historia de los miércoles, desde hace 15 años. Una vez por semana un grupo de amigas nos reunimos con ella, antes en el Colegio Yaocalli, ahora en el Club Aster, para aprender, convivir, ir a Museos y templos católicos e intercambiar nuestras experiencias cotidianas con alegría y buen humor.

Mi visión del mundo y de la vida se ha enriquecido muchísimo al escucharla e intentar aprender algo de sus conocimientos, de su privilegiada memoria que tiene mucho de su pasión por el estudio y la investigación científica. Así se explica que a los 89 años de edad acabe de publicar un libro, (Conchas y caracoles en las pictografías de la obra de fray Bernardino de Sahagún) tenga presentaciones de sus obras, de clases, cuide de su esposo y sepa ser una dulce abuela para sus nietos.

Mente brillante

Lourdes, como todos le decimos, es una mujer lo que se dice cultísima, pero se levanta de madrugada los días que da clases, para tener los conocimientos frescos y a la mano. Toma apuntes en unas pequeñas tarjetas amarillas y gruesas que lleva en su bolsa, siempre elegante y femenina. No lleva consigo nunca ni el celular, ni la computadora, aunque, en su trabajo de elaboración de libros, sí la utiliza.

Lourdes es “doctora emérita, pionera en el estudio de la concha prehispánica, ha publicado numerosos libros y artículos sobre la concha en México y en el extranjero. Produjo un DVD sobre los dioses y la concha. Su exposición gráfica Conchas y caracoles: ese universo maravilloso ha recorrido numerosas ciudades mexicanas.

Tiene más de cincuenta años ejerciendo la docencia. Forma parte de la Dirección de Etnohistoria desde su fundación (fue directora de 2003 a 2009) y actualmente estudia la concha en el Códice Telleriano-Remensis.” Así resume la Secretaría de Cultura y el INAH la trayectoria profesional de mi maestra, Lourdes Suárez Diez, en su última obra publicada.

Su curriculum por si solo llenaría el espacio de una plana del periódico, su participación activa en congresos nacionales e internacionales es numerosísima y su pluma prolífica. 

De 1961 a 1974 realizó investigaciones arqueológicas en Teotihuacán: excavaciones y análisis de materiales; salvamento arqueológico en la presa Adolfo López Mateos en el río Balsas, Guerrero y Michoacán; localización de sitios arqueológicos, levantamientos topográficos, excavaciones, análisis de materiales y publicaciones. 

En 1974 y por cuatro años se dedica a la Formación del Departamento de Registro de bienes arqueológicos muebles. Clasificación de piezas y registro de colecciones particulares. Preparación de registradores y clasificación de 250 mil piezas de colecciones particulares registradas y a la preparación de personal de aduanas para identificación de piezas arqueológicas. 

Desde 1977 a la fecha realiza investigaciones en Etnohistoria. Tiene a su cargo proyectos: Templo Mayor 1978-82, Balsas-Arizona, Juchitepec, Edo. de México, Material arqueológico y etnohistórico de concha, en cuanto a la investigación, análisis de fuentes y publicaciones.

“Conchas y caracoles son relevantes en el contexto ideológico de los pueblos indígenas. Con frecuencia aparecen en los códices prehispánicos, donde toman parte en escenas rituales; acentúan la representación del agua; son elementos arquitectónicos, instrumentos musicales, ornamentos característicos de deidades que los usan invariablemente, no sólo como adornos, sino como símbolos cuyo significado brinda abundante información acerca de la ideología de los pueblos; son tributos, joyas y parte del intercambio en la amplia red del comercio prehispánico y forman parte de la concepción cosmogónica de las sociedades del México antiguo.  

En su último libro así titulado Conchas y caracoles en las pictografías de la obra de fray Bernardino de Sahagún, Lourdes Suárez Diez y Martha Alicia López Díaz estudian e ilustran el material conquiológico plasmado en los Primeros Memoriales (cfr Nota) y el Códice Florentino, y establecen un rico y estimulante diálogo con el material pictográfico de fray Bernardino de Sahagún, el cual es testimonio fiel de las costumbres y creencias de los grupos del Altiplano”.(Contraportada de su último libro publicado en 2017 por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia).

En la introducción de su última obra explica la Dra. Suárez: “El estudio de los documentos escritos o pintados, especialmente de los siglos XVI y XVII en el área del Altiplano de México, es un camino para la interpretación y reconstrucción de sus culturas, sobre todo cuando estas crónicas han sido recopiladas por testigos cercanos a los acontecimientos que nos relatan. Por esta razón fray Bernardino de Sahagún es uno de los cronistas más importantes de los pueblos mexicas asentados en Tenochitlan, dentro de la laguna de Texcoco, ya que tuvo acceso al conocimiento de éstos de manera cercana y fidedigna, pues sus informantes vieron funcionar la cultura y estuvieron inmersos en ella.

Entre la enorme información que recibió el cronista se encuentra mencionado el material de concha, al que los grupos del Altiplano dieron múltiples usos, y muchas veces formó parte de su complejo sistema religioso, con una fuerte carga simbólica.”

Para entender la importancia de la figura y del trabajo de Lourdes, basta contemplar el panorama cultural en el México de hace 50 años en el que muy pocas mujeres estudiaban carreras universitarias como la de Arqueología y la maestría y el doctorado en Antropología, lo que ha llevado a Lourdes a viajar por todo el mundo y a visitar los principales museos. Sus clases son una delicia, es la historia encarnada en la comprensión profunda de nuestro modo de ser y por qué no decirlo, también de nuestra ignorancia en muchos temas que ella domina.

La línea del tiempo histórico la hemos recorrido varias veces en estos años de mayor cercanía y amistad. Lourdes conoce también el sufrimiento y el dolor de la enfermedad, pero se sobrepone con una voluntad y una entrega admirable. En el paseo a la exposición de Pedro a Francisco, el comentario de las asistentes fue que se le veía el cansancio y desde que salió de su casa estaba indispuesta, pero, se sobrepuso y llevó al grupo a gozar de las mejores obras artísticas de la exposición del Vaticano. 

En la docencia

La conocí hace unos 30 años en el Colegio Yaocalli donde ella daba clases de Historia, aprovechando la vuelta de ir a dejar a su hija Fernanda a la escuela e invitada por su amiga la Dra. Lucina Moreno-Valle (autora de la Colección Lafragua), otra historiadora de mucho prestigio que dirigía la institución en donde yo también trabajaba.

Lourdes ha dado cátedras en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de: Arqueología de Occidente a nivel maestría; Seminario de Occidente de México, Materiales arqueológicos, especialidad concha, a nivel licenciatura y maestría; en la UNAM en Filosofía y letras (Colegio de Estudios Latinoamericanos) la de Estudio de los pueblos Precolombinos de 1981 a 1995.

En la universidad de Paris-Pantheon-Sorbonne- U.F.R. D´HISTOIRE DE L´ART ET ARCHAEOLOGIE la cátedra Material arqueológico de concha, a nivel maestría y doctorado, materia que también impartió en la Academia de Ciencias de Cuba.

En la Universidad Panamericana en Ciudad de México, dictó: Culturas Prehispánicas de México de 1986-2009 e Historia Universal de 2000 a 2009. 

La Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas la tuvo como su catedrática en el Curso Superior de Materiales Prehispánicos de Concha, diferentes usos de la concha, rutas de intercambio y la concha en los Códices y la concha en los museos.

Medio centenar de Congresos nacionales e internacionales con ponencia ilustran su amplio curriculum y no dejan duda de su vibrante participación en los aerópagos donde se gesta la cultura de nuestro pueblo. Sus 14 libros publicados, todos agotados y cuatro reeditados, las obras coordinadas y los más de 30 artículos científicos publicados nos confirman que estamos ante una autoridad en el estudio de la Concha.

Entre sus trabajos especiales tenemos el Rescate del Monumento a Ramses II, Abusimbel, Egipto; análisis de 22 mil objetos manufacturados en concha procedentes de la presa Adolfo López Mateos, Guerrero-Michoacán , la Asesoría en la catalogación de 46,147 piezas de colecciones particulares para registro arqueológico de bienes muebles y el programa para la declaratoria de zona arqueológica patrimonio de la humanidad: a) Levantamiento topográfico de la zona arqueológica de Teotihuacan y b) Levantamiento topográfico de la zona arqueológica de Tula. 

Múltiples comisiones arqueológicas y académicas. Es miembro: del Colegio Mexicano de Antropólogos, Sociedad Mexicana de Antropología, Biologist Archaeologist Institute, Nederland; International Council for Archaeozoology ICAZ, Estados Unidos; Society for American Archaeology, Estados Unidos; Sistema Nacional de Investigadores desde 1985 a la fecha; International Biographical Centre Cambridge CB. England y de la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas desde 2006.

Reconocimientos recibidos:

Premio Maestro Rafael Ramírez, SEP, 2006; Premio Rey Juan Carlos I de España. 5º. Centenario 1492-1992; Hija predilecta de Juchitepec, Estado de México; Reconocimiento del INAH en 2011 por 35 años de trabajo; Premio Coatlicue, a la mujer más distinguida del año 2012; Premio Mariano Altamirano y reconocimiento por 40 años de trabajo en la investigación, INAH, 2015 y actualmente, Profesora-Investigadora Emérita del INAH a partir del 28 de febrero de 2012. 

Quiere morir dando clases, nos lo ha dicho y, para quienes sabemos lo que esto supone, no tenemos más que reconocer en ella a una mujer que ha trascendido su época, porque ella ha escrito en buena parte la historia de nuestro pueblo y conociendo nuestro pasado y nuestro presente no le teme al futuro ni a la muerte. Sabe que al final está Dios y que el cielo la espera.

Deseamos tener a Lourdes aún por mucho tiempo y que nos explique más sobre sus últimos hallazgos y que con su sabiduría nos devuelva el optimismo cuando alguna lo pierda, con su agradable sonrisa nos diga: el mundo no es peor que antes ¡vamos caminando!

Nota: Fray Bernardino nació en España en la población de Sahagún, dentro de la provincia de León, posiblemente en 1499. Llegó a la Nueva España en 1529 y permaneció en ella hasta su muerte, acaecida en 1590. Desde su llegada, Sahagún quedó impactado por el mundo que se le presentó. Todo lo vio, todo lo indagó, todo lo contempló, todo lo estudió, todo lo registró. Estudió el náhuatl para poder entenderse con la sociedad que lo rodeaba. Reunió ancianos, intérpretes y discípulos de Tlatelolco para recopilar datos; consultó manuscritos indios y elaboró documentos en los que describió minuciosamente las cosas del Nuevo Mundo. Por ello se le considera el primer gran etnógrafo, lingüista y recopilador de la literatura nahua. El trabajo del fraile franciscano posee un valor científico y una belleza excepcionales, tanto como obra etnográfica e histórica como literaria, sin paralelo en la cultura americana del siglo XVI. 

En 1558 fue nombrado provincial de la orden franciscana fray Francisco Toral, quien ordenó a Sahagún que escribiera en lengua mexicana lo que considerara útil para el acrecentamiento del cristianismo entre los indígenas. Obedeciendo la orden del provincial, Sahagún inició su obra posiblemente ese mismo año en Tepeapulco, cabecera sujeta al reino de Texcoco; allí compiló el documento que más tarde se llamaría Primeros Memoriales. 

La selección que hace Francisco del Paso y Troncoso de 88 folios del Manuscrito del Palacio (folios 250r al 303v) y del Manuscrito de la Academia (folios 51r a 85v) representa la primera etapa de las investigaciones de Tepeapulco, las cuales, corregidas y organizadas constituyen los Primeros Memoriales.

(Tomada de las p. 15 y 16 de Conchas y caracoles en las pictografías de la obra de Fray Bernardino de Sahagún).

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