La tanatología como conductora para procesar la muerte

5 noviembre, 2018

Por: Eugenia Islas Arroyo

El ser humano presenta un inevitable miedo a lo desconocido y, no hay nada que le resulte tan curiosamente inquietante como su propia muerte. En todas las culturas la muerte es un tema sumamente complejo y que obtiene un tratamiento particular de acuerdo a la cosmovisión de cada una. Lo que sí es una realidad, es que el desprendimiento de la vida se reduce a una experiencia que requiere asistencia profesional, tal y como la tanatología ofrece a sus pacientes.

La tanatología, según Alfonso M. García Hernández, Presidente de la Sociedad Española e Internacional de Tanatología, es una disciplina de ayuda profesional, en la que la persona es vista con un enfoque holístico, con capacidad de vivir con plenitud. Proporciona ayuda profesional al paciente en situación terminal, a sus familiares y amigos y a personas que han sufrido pérdidas significativas en su vida.

Elizabeth Kübler Ross, de origen suizo, trabajó en Nueva York durante los años 60’s dando atención a moribundos, enfermos terminales y sus familiares al darse cuenta del seguimiento tan superficial que existe ante tales diagnósticos. Es conocida como la pionera en estudios sobre la muerte y cuenta con una vasta obra que funge como legado hasta el día de hoy con títulos como: Los niños y la muerte, Sobre la muerte y los moribundos, Vivir hasta despedirnos, entre muchos otros más.

La herencia con la que los mexicanos contamos ante el legado que Elizabeth Kübler nos dejó como humanidad, se descubre a partir del tiempo de la experiencia que su alumno, el Dr. Alfonso Reyes Zubiría -Psiquiatra especialista en el estudio y prevención del suicidio en el Centro del Suicidio en Los Ángeles, California y quien fundó el Centro de Prevención del Suicidio en México en 1988- comparte en el país tras haber recibido cátedra en Indianápolis es el referente más importante con el que se cuenta a nivel nacional. Primer país en el que se hace la Maestría en Tanatología en la Facultad de Filosofía y Ciencias en la Universidad de Tamaulipas.

La Dra. Alicia Guzmán Hernández, especialista en Medicina Familiar y Metabolismo Óseo, quien cuenta con el Diplomado y la Certificación en Tanatología y Suicidiología Clínica, fue alumna del Dr. Alfonso Reyes, pionero de la Tanatología en México. Tras su experiencia en el campo profesional del acercamiento a la muerte desde una perspectiva más sana compartió parte de su experiencia y enunció las múltiples perspectivas de las que se vale la tanatología para fortalecerse a través de la enfermería, psicología, trabajo social e incluso desde la mirada de la antropología.

El objetivo principal de la tanatología no es el bien morir, se refiere a curar los dos dolores más grandes que tiene el ser humano: el dolor a la muerte y el dolor a la desesperanza (el suicida). Los duelos ante el suicidio y por la pérdida de un hijo representan unos de los más difíciles que hay por el sentimiento de culpa que sufren los seres cercanos, queda una sensación de frustración ante las posibilidades que pudieron haber sucedido pero que no llegaron a ser. El dar un acompañamiento profesional permite justamente que esta se supere.

Barreras en México para ejercer la Tanatología

La capacitación del personal clínico para poder hacerle frente al diagnóstico de una enfermedad terminal sin cura es importantísimo para lograr dar un servicio verdaderamente eficiente y necesario como lo es el acompañamiento de pacientes con diagnósticos terminales. La realidad es que en México pocas personas se encuentran preparadas desde la profesionalización que un tanatólogo requiere, inclusive se ha desprestigiado por los practicantes que se hacen llamar expertos, pero que carecen de bases firmes que sostengan la metodología de la que parten.

El IMSS cuenta con el servicio de atención tanatológica de acuerdo a enfermeras o personal de trabajo social, muy pocos doctores que cuenten con algún estudio o diplomado al respecto y a pesar de ello, el diagnóstico del desahuciado sigue siendo externado con poco tacto y no se le da seguimiento con el personal correspondiente.

Finalmente, quienes debieran de considerar ampliar su formación como especialistas en tanatología, desde luego son los especialistas en temas de salud. A pesar de ello, muchos profesionales no terminan de comprender la importancia de la disciplina, por lo que el sector se ve minimizado y la capacitación es mínima para actualizar y estudiar continuamente los procesos a seguir según las exigencias del entorno lo demanden.

Importancia de acudir con un especialista ante la pérdida

Los estados emocionales que se entremezclan antes, durante y después de la pérdida no tienen un orden puntual y pueden reaparecer de maneras caóticas si no se guarda un cuidado especial para el entendimiento de los mismos. El duelo anticipatorio es una de las etapas en las que la persona debe comenzar a recibir acompañamiento ante los próximos meses que acontecerán.

Para ello el llanto es un recurso natural del ser humano para nivelar su tristeza. Existe una condena social ante llorar por perder a un ser amado, cuando en realidad debiera de ser entendido como algo completamente natural y benéfico para aquel que vive el dolor. Incluso, puede ser referido desde la Tanatología como un recurso importante e imprescindible para mejorar la crisis por la que se atraviesa y poder finalmente sanar y llegar a la etapa de aceptación.

De acuerdo a las declaraciones de la Dra. Alicia Guzmán Hernández, las mujeres acuden con mayor naturalidad a la ayuda tanatológica. Esto refiere precisamente a la socialización masculina que impide al hombre mostrar sus emociones, sin que estas puedan ser tratadas desde una postura profesional y se respete su lado emocional. El mexicano requiere apoyo para entender la partida de sus seres amados y, por supuesto, su propia muerte.

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