La llegada de los Reyes Magos

9 enero, 2020

Por: Ana Teresa López de Llergo
Fotografía: Derechos Reservados

En México la fiesta de los Reyes Magos tiene una gran tradición. Se dan regalos a los niños, muchos juguetes se fabrican para ese día. También entre los adultos se tienen muestras de cariño con regalos o intercambios. Por supuesto no falta la rosca de reyes que esconde varios “niños”, y quien se los saque sabe que le toca organizar una tamalada para celebrar la presentación del Niño Dios en el templo, también llamada la candelaria.

Vamos a recordar el sentido religioso de la fiesta porque encierra un mensaje muy grande, es momento de profundizar. En este país nos gusta hacer fiesta, y es muy bueno conservar ese espíritu que aligera la vida y propicia momentos muy agradables en compañía de personas cercanas. Estos festejos inyectan alegría y renuevan las fuerzas. Pero lo más importante es que esa fiesta se la debemos al acercamiento de Dios con los seres humanos para redimirnos.El nombre litúrgico de la fiesta de Reyes se llama Epifanía, quiere decir manifestación. En la Navidad, el Niño Dios se manifiesta a los pastores de Judea. Estos pastores reciben un aviso de los ángeles. Se enteran del acontecimiento los del pueblo judío. A los magos o sacerdotes en Persia, o sabios que estudiaban los astros, les anuncia el acontecimiento una estrella. Más tarde les llaman reyes por lo importante del suceso.

Entendieron que esa nueva estrella, desconocida para ellos hasta ese momento, les anunciaba el nacimiento de un importantísimo personaje, y se alistan para emprender el viaje y llevarle regalos a la altura de su alcurnia: oro como rey, incienso como deidad, y mirra por su humanidad. Ellos venían del oriente, no se sabe bien de qué lugar, algunos piensan quede Persia, otros que de la India. La importancia de la fiesta es que esos personajes que no eran judíos, a quienes Dios se manifiesta, representan a todas las demás nacionalidades que están sobre la tierra.

Por eso, la piedad popular ha creado la tradición de tres reyes, por los tres regalos que llevan al Niño. Uno blanco que representa al mundo conocido entonces de raza blanca, otro negro que representa a los pobladores de África y el de raza amarilla propia de las naciones asiáticas.

La fiesta de la Epifanía es de las fiestas litúrgicas más antiguas, más que la de Navidad. Su inicio fue en Oriente en el siglo III, en Occidente hasta el siglo IV. Es importante considerar que los magos adoraron al Niño, esto quiere decir que reconocieron en Él a Dios, descubrieron al Salvador, prometido por medio de Israel a todos los hombres.

 

Por lo tanto, la fiesta de la Epifanía nos recuerda que Dios nos llama a todos.

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