Anunciación.- Existen 60 millones de refugiados en todo el mundo, huyendo de conflictos armados y sociales en su país, de hambre y pobreza, de persecución y violaciones a los derechos humanos; también en México.
Para dar su testimonio de vida al regresar de Siria, Irak y Líbano, países que viven en conflicto y donde las personas se refugian en campamentos con la esperanza de algún día volver a casa, Julieta Appendini, directora de la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre México (AIS), platicó su experiencia del viaje donde pudo constatar la fe y las necesidades de miles de refugiados, en una comida
“He podido corroborar que es su fe la que los mantiene ahí, la esperanza de regresar a sus casas, es por ello que soportan discriminación y vivir en lugares muy reducidos. Esta visita me deja mucho compromiso para seguir trabajando, tenemos que concentrarnos en nuestro país para trabajar por la paz y seguir mirando a otros necesitados para conseguir la paz en el mundo”, mencionó Julieta Appendini.
Recientemente se conmemoró el Día del Refugiado, la Convención de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados los define como “las personas que tienen un temor fundado de persecución debido a su raza, religión, nacionalidad, membresía a un grupo social específico u opinión política”.
“Tuvimos la oportunidad de estar en los campamentos de refugiados y visitar la zona de Siria, Líbano e Irak que es la zona de persecución más fuerte, principalmente por el tema del petróleo y el gas, ese es el núcleo central de la situación. Tenemos dos países en guerra que son Siria e Irak, en el caso de Siria tenemos 4 millones de desplazados de los cuales muchos se han ido al Líbano y en este momento tenemos otro problema muy fuerte por que la mitad de la población de ese país son refugiados”.
En Líbano uno de cada tres habitantes es refugiado, desde el 2011 no han dejado de ingresar personas a ese país procedentes de Siria, el país del mundo con mayor número de refugiados: 4 millones, a ellos se suman los 7.6 millones de desplazados internos que sobreviven en su país, entre los escombros.
“Es la iglesia la que está llevando todo el tema de los refugiados, ella los está acogiendo y cabe destacar que hay muchas organizaciones atrás de ella pero ha sido tanto el dinero que se ha invertido que se terminan por ir y es la iglesia la que se ha mantenido como ha podido”.
El año 2015 registró la cifra más alta de desplazados por la fuerza en el mundo, 59.5 millones una cifra jamás registrada desde la Segunda Guerra Mundial.
“Tenemos que unirnos más para apoyar esta situación porque no solo es del Medio Oriente, también se podría extender a los demás países. En mi visita por esa zona son muchísimas historias las que uno puede escuchar de personas que tenían una estabilidad y que desgraciadamente lo ha perdido todo de un día para otro”.
Las cifras de los refugiados tienen su drama humano el 51 por ciento son niños, las mujeres y los menores los más vulnerables y perjudicados por los movimientos de población. Cada día 42 mil 500 personas tienen que dejar su hogar de repente, corriendo, huyendo. Esta cifra se ha cuadruplicado en los últimos años, primero buscan seguridad y cobijo, luego trabajo, educación y desarrollo.
“La manera en cómo podemos ayudar es informándonos de todo lo que está pasando para realmente conocer la situación, como fundación AIS el tema de la oración es muy importante y tenemos que unirnos en ella para pedir por toda la gente que está sufriendo. Asimismo, se puede apoyar de manera económica para apoyar a toda la gente desprotegida de esa zona”.
En el comienzo de una nueva vida para los desplazados, en sus países de origen o en las regiones limítrofes, está esa iglesia local que se hace también refugiada y peregrina y con ella, con esa iglesia de campaña está AIS.
“Principalmente se están refugiando en Líbano, Irak, Jordania, pero se están yendo a países europeos como España, Alemania, Francia y muy pocos a Latinoamérica, la idea es que se mantengan en su lugar de origen por el simple derecho que tenemos todos de permanecer en nuestro hogar hecho”, finalizó Julieta Appendini.