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El papá también participa en la educación y crianza de los hijos 2>

Anunciación.- El nuevo milenio exige a los varones que son padres de familia, mayor equidad, corresponsabilidad, ternura hacia su esposa e hijos. Se les demanda más cercanía, amor, comunicación, respeto y sobre todo, conciencia de su paternidad.
La participación de los hombres en la construcción de una nueva paternidad no puede esperar ante los cambios que se viven.
Edith Zúñiga Vega, directora académica de Tech Palewi AC. refirió que de la misma forma que la mujer, el hombre, aunque le cuesta un poco más de trabajo debido a que tiene que organizarse es también responsable de la educación y crianza de los hijos. “No debemos olvidar que la parte cultural es un factor importante, porque aunque estamos tratando de modificar la manera de pensar en cuanto a la crianza y a los cuidados de un menor, pareciera que aún sigue siendo cosa de mujeres. Este papel de padre es el de la reorganización sobre su estilo de vida, así también busca su red de apoyo alrededor de la familia de origen, tal como la madre, suegra, tías…”
Al ingresar la mujer al campo laboral la responsabilidad del hombre disminuyó de manera considerable teniendo como efecto que el varón ya no fungía al 100 por ciento en el aspecto de proveedor económico. Sin embargo, empieza al crearse la necesidad de organizarse en los casos de abandono de hogar por parte de la mujer o fallecimiento, viéndose el papá en la necesidad de cumplir con este rol, logrando de manera exitosa el ejercicio de su paternidad.
Asimismo, Zúñiga Vega aseguró que más que hablar de perfiles de un padre, sería importante mencionar que deseamos padres responsables, modelos de sus hijos con fines de creación de un mejor futuro. Esto, relacionado con la educación un excelente maestro de humanidad con ejemplos positivos, los cuales le sean de utilidad para lograr relacionarse con los demás de manera objetiva, que por supuesto será para sus hijos coadyuvante para su futuro como individuo y en el ejercimiento de cada uno de los roles que desempeñará a lo largo de su vida.

Busque el tiempo y el modo de trabajar para estar con mi hijo

Alberto Mercado Ascencio, de 36 años, es padre de familia. Debido a su situación económica, Claudia, su esposa, tuvo que buscar una alternativa para ingresar recursos a su casa. Consiguió trabajo de tiempo completo y Alberto tuvo que cuidar a su hijo Daniel.
En aquel entonces Alberto trabajaba por su cuenta mientras se encargaba de su pequeño. “Yo atendí a Dani desde el primer año de edad hasta los tres, yo era el responsable de levantarlo, darle de desayunar, bañarlo, cambiarlo y realizar labores domésticas, entre otras actividades”.
Mercado Ascencio opinó que el cuidado de los hijos no es solamente responsabilidad de la madre, al contrario es el padre el que tiene que asumir los desafíos, es importante lograr una mayor participación de los hombres en tareas domesticas y en la crianza de los hijos.
“Esto lo puede hacer una mamá y un papá, creo que hoy en día ambos pueden hacer todo salvo tener al hijo. Recordemos que estamos en México, nuestra sociedad es muy rara, pero también ha sido muy cambiante en los últimos años.
Me siento parte de una responsabilidad integral que va más allá de ser el proveedor, hay que ser proveedores de cariño y del cuidado de nuestros hijos”

Padres más activos

Francisco Torres Olmos, presidente Fundador de Mejores Familias AC, aseguró que hoy en día es común ver a muchos padres haciéndose cargo de sus hijos, llevándolos a la escuela, cuidándolos, sin embargo aún estamos lejos de afirmar que nuestra sociedad ha modificado radicalmente las actitudes de los hombres hacia las actividades de atención, crianza y educación de las y los menores.
Refirió que históricamente las actividades del hogar han sido consideradas propias de las mujeres, pero además son tareas muy devaluadas por su naturaleza común, cotidiana, y fácil.
“La situación social y económica actual ha motivado a muchos hombres a desempeñar un papel más activo en estas labores, algunos probablemente obligados por el desempleo, o alguna situación laboral de inestabilidad.
Agregó que la crianza afectiva y efectiva de los hijos, es una responsabilidad que la pareja actual debe de compartir. Los beneficios de esta crianza responsable y con amor, producirá personas más seguras, con alta autoestima y capaces de reproducir este modelo cuando venga el momento de ser padres.
Asimismo, destacó que el nuevo padre tiene que ser educado por un nuevo sistema que no refuerce el sexismo ni la violencia. La forma en que se aprende y se llega a ser padre, así como en la que se educa y convive con los hijos según su edad, nos demuestra que la paternidad no es una experiencia acabada o definida desde el principio, sino un proceso en el que los hombres se van construyendo desde que son hijos.
La paternidad debe sustentarse en el amor
En opinión de José de Jesús Aguilar Valdez, responsable del área de Radio y Televisión del Arzobispado de México, la preparación fundamental para enfrentar la paternidad debe sustentarse en el amor. Dijo que no importan los conocimientos científicos, ni los títulos universitarios o la posición económica de los papás. “Tenemos que pensar que la paternidad es aquella que Dios ha dado a las personas como un instinto de conservación para que no solamente se protejan a ellas mismas, sino también a los seres a quienes les van dando vida”.
Aseguró que un padre de familia verdadero no es solamente quien sigue los mandamientos, sino aquél que se entrega a sus hijos plenamente, los comprende, busca lo mejor para ellos, dialoga y los corrige cuando cometen un error.
Aguilar Valdez expresó que cuando un hombre ha crecido siendo responsable en su vida como hijo, hermano, estudiante y ciudadano estaría capacitado para ser un buen padre de familia. Mientras un varón que no haya crecido humanamente con lo antes mencionado será muy difícil que en la paternidad pueda llevar a cabo bien su misión.
Tiempo y flexibilidad
De acuerdo con Mónica Cerda, directora general de Regus en México, a los padres de familia, lo que menos les entusiasma en estos tiempos, es tener un espacio dentro de su lugar de trabajo para colocar la famosa taza con la leyenda “Papi”.
El regalo que más les gustaría a los papás en México es tiempo libre, para disfrutarlo la máximo con sus hijos y esposa. No podemos olvidar, que hoy en día, muchos de ellos, tienen que desplazarse desde y hacia su trabajo invirtiendo en promedio más de cinco horas a la semana, ya sea sentados en su automóvil o peor aún parados y apretados en el metro o microbús.
La experta informó que el trabajo flexible consiste en ayudar a todos los papás a laborar con una completa flexibilidad, lo que se traduce en horarios y lugares que se adaptan a las necesidades de cada estilo de vida. En la actualidad, quedan muy pocas personas a las que todavía les agrada trabajar desde las 9 de la mañana y hasta las 6 de la tarde en una oficina fija, con un tiempo de traslado desde y hacia el trabajo de más de 30 minutos y más aun tomando en cuenta que la mayoría de los padres trabajadores necesitan más tiempo libre.

Tech Palewi AC. Número telefónico: 5523 7444.
Mejores Familias AC: Número telefónico: 5619 7072.
Regus México: Número telefónico: 5668 2718.

¿Qué esta ocurriendo con el matrimonio y la familia en nuestra época? 2>

Anunciación.- Hoy en día el matrimonio está sufriendo uno de los peores embates de su historia. De igual forma, en siglos pasados, diversos pensadores sostenían que para destruir los valores de la civilización occidental, antes habría que aniquilar el concepto de familia. Esas ideologías actualmente han vuelto a la carga con particular virulencia. 

Ante la creciente propaganda de algunos políticos, figuras relevantes, intelectuales y ciertos medios de comunicación, existe el peligro que en los que sí creen en el matrimonio y en la familia les sobrevenga un estado de profundo desánimo,  tristeza,  de queja interna y concluir de manera pesimista que: “Esta situación social y pérdida de valores no tiene remedio”.

La verdad de las cosas es que es un error llegar a esta deducción. Desde el punto de vista antropológico y a través de muchos siglos en la historia de la humanidad, el matrimonio ha sido y sigue siendo la unión más estable por excelencia, la célula fundamental de la sociedad, en la que un hombre se une para toda la vida con una mujer en orden a tener hijos, a fundar una familia.

Es en el hogar donde se crían y educan a los hijos; dónde se recibe el afecto y cariño de los padres y hermanos; dónde se forjan los caracteres y personalidades; dónde aprenden los hijos a vivir las virtudes y valores para que, en el futuro, sean personas de bien; para que con un quehacer profesional prestigioso aporten un beneficio directo a la sociedad como ciudadanos responsables y participativos.

Sabemos que en la familia se juega el futuro de la humanidad, porque los valores que se transmiten van de generación en generación y de ese bagaje de virtudes, de positivos ejemplos y formativos conceptos, es lo que se denomina con el nombre de cultura. Y a esta “cultura familiar”, que ama y respeta la vida humana, pertenecemos.

Pero nadie nace sabiendo cómo ser buen padre o madre. Para cumplir adecuadamente con esas importantes funciones es necesario dedicar tiempo a los hijos y prepararse bien, por ejemplo, tomando cursos de orientación familiar o leyendo libros sobre cómo mejorar en la educación de los hijos.

Otro aspecto destacado es que unas familias pueden ayudar a otras familias que lo necesiten o requieran. Se puede brindar formación a los papás sobre los fines del matrimonio (unidad e indisolubilidad); sobre la importancia de la fidelidad conyugal; acerca de dar buen ejemplo a los hijos (“Fray ejemplo, es el mejor predicador”, dice el proverbio); experiencias enriquecedoras que unos padres pueden pasar a otros sobre cómo explicaron a sus hijos la sexualidad, el noviazgo; cómo educaron a sus hijos en la fe; en la práctica de determinadas virtudes humanas, etc.

Pero quizá lo que más conmueve a las otras familias es cuando unos matrimonios con sus hijos les ofrecen, con naturalidad, un testimonio de alegría, de unión, de cordialidad, de buen humor y optimismo y es que el ejemplo arrastra.

Me gusta ver con detalle esas fotografías en las aparecen los abuelos -que cumplieron 50 años de casados (o más)- y figuran sus hijos, sus nietos y varios bisnietos. Los semblantes de alegría de todos los integrantes de esa familia, comenzando por el gozo y el sano orgullo de los abuelos, lo dice todo. “Un ejemplo dice más que mil palabras”, se suele decir, y una familia unida y feliz hace un bien enorme a otras familias y a la sociedad entera.

Por Raúl Espinoza Aguilera 

Mamá Digital IAP: Un salto a la brecha digital 2>

Anunciación.- Si naciste en el periodo que va entre los últimos años de la década de los sesenta hasta los postreros años de los años setenta, seguro tu rango de edad comprende de los 40 a los 57 años y perteneces a esa generación que tuvo que adaptarse a las grandes transformaciones sociales que se han dado en últimos cinco lustros: el hombre llega a la luna, la caída del bloque comunista, la crisis del sistema capitalista y… efectivamente, el advenimiento de las computadores con su internet y tecnologías de información y comunicación. Te convertirse en un “inmigrante digital”. Y justo cuando pensabas que ya estabas inmerso en la era tecnológica, llegan tus hijos y tus nietos, los “nativos digitales”  y te dan la vuelta. Conclusión: se abre una brecha tecnológica entre generaciones y te conviertes en un ser primitivo digital.
Es más, en el contexto del acceso a estas Tecnologías de la Información y Comunicación, que en atención de la brevedad denominaremos TIC’s, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) estima que existen 200 millones de mujeres en línea menos que hombres, es decir, es menor acceso a herramientas de productividad, acceso a información y plataformas de comunicación para las mujeres.
El desarrollo no se detiene, la vida avanza, la era digital, está aquí. Y las mujeres requieren acceder a estas tecnologías de una forma consistente para beneficio de las familias y de la sociedad en general, pues en medida que se cierre la brecha digital de equidad, mayor será la participación de las mujeres en desarrollo económico y de oportunidades, así como empoderamiento social y político.
Con este objetivo en mente, en junio de 2013, escasamente hace cuatro años, se constituyó Mamá Digital, I.A.P. con el propósito de ser un instrumento que se sume al esfuerzo de nuestro país por reducir la “Brecha Digital”, para que las mujeres, dentro de un proceso natural, puedan por una parte, transmitir conocimientos, habilidades, reglas y normas de comportamiento en línea a sus hijos y por otro lado, puedan aprovechar de manera individual, los beneficios y utilidades de las TIC’s tanto en el proceso educativo, en las relaciones familiares, así como, en la incorporación a la vida productiva y económica del país. Mamá Digital, I.A.P. contribuye al desarrollo social a través de programas de educación y empoderamiento para la mujer en el ámbito digital.
Para ello, los primeros martes de cada mes, en el Centro TelmexHub, (ubicado en Isabel La Católica No. 51, en el Centro Histórico de la Ciudad de México) se lleva a cabo el curso gratuito de Inclusión Digital,  todos los participantes cuentan con una computadora que proporciona el centro y de manera amena y sencilla, se aprende desde los componentes de una computadora hasta la creación de una cuenta de correo electrónico.
La brecha digital en México es grande;  23  de los 46 millones de mexicanos en Internet son mujeres, pero sólo el 13% son mujeres mayores de 34 años; menos de 3 millones de mamás entre 34 y 65 años están en internet. El trabajo de Inclusión Digital de Mamá Digital, I.A.P. ha contribuido en reducir un 0.15% la brecha digital del país. El camino por recorrer aún es largo, más no imposible. Mamá Digital, I.A.P. ya está presente en siete estados de la República. Y sigue avanzando. ¿Y tú? ¿Ya eres una Mamá Digital?

Por Heidy Morales: JAPEM 

Vivieron felices y este cuento se ha acabado 2>

Anunciación.- En las novelas románticas, en las películas que narran el amor entre dos personas o en los sueños por alcanzar la felicidad estable, para siempre, para siempre, el final feliz es contraer matrimonio en una ceremonia de sueño, donde los contrayentes se conviertan en el príncipe y la princesa de los cuentos.

Pero resulta que somos testigos de una realidad muy diferente, el matrimonio no es el final feliz. Esto supone una ensoñación totalmente fuera de la realidad, propia de personas inmaduras. Quien desee salir de ese estado necesita poner los pies en la tierra y darse cuenta que la vida tiene desafíos y que la felicidad depende del modo de afrontarlos.

Nuestra individualidad es relacional, dicho de otro modo: cada persona es un modelo exclusivo pero no se desarrolla en soledad. Por eso, de alguna manera, contraer matrimonio si es un paso a la felicidad porque cada contrayente ve al otro de manera exclusiva, tienen el inmenso gozo de haberse elegido, quieren estar juntos para siempre, por eso, destierran la soledad.

Después de la entrega mutua sigue el esfuerzo por conservar y por mejorar ese proyecto, si a ese esfuerzo se le ve de modo positivo traerá felicidad, si al esfuerzo se le ve como algo negativo y se evita la persona no será feliz. Porque la felicidad consiste en superar obstáculos. Hay un dicho: quien bien te quiere te he te hará llorar.

Tomás Melendo, experto en educación familiar dice: es primordial atender al otro, dejando a un lado lo propio, es la regla más importante en educación y para toda la vida humana. La tendencia más común es satisfacerse y, si la persona tiende a ser generosa después ayudará a quien lo necesite. Si es egoísta y no la han educado, no captará lo que les sucede a los demás.

La educación contradice las tendencias egoístas, por eso, Melendo también dice: la categoría educativa de los padres, viene dada por su capacidad de sufrir y por hacer sufrir a quienes quiere: sus hijos, cuando esto es necesario. Y, es necesario corregir los defectos, esto cuesta porque los padres pasan un mal rato y los hijos también. Pero dos contrayentes bien educados sí garantizan un futuro feliz porque antes de pensar en sí ayudarán al otro.

MIRAR EN LO PROFUDO

Ana Teresa López de Llergo