ASPECTOS DE LA AUTÉNTICA AMISTAD

28 septiembre, 2021

Los amigos se miran a los ojos. La amistad es un tesoro: es uno de los modos de manifestarse el amor. El amor es bastante más que una aprobación. Amor es poderle decir a alguien: “¡Qué bueno que existas!”.

Pobre del que está solo, que, si se rompe un pie, no tiene quien le levante.

Preguntémonos: en vez de tener un amigo, acaso no sería mejor no necesitar a nadie. Si nuestra respuesta es no, es porque sí necesitamos al menos de alguien, y hemos acertado. La idea de amar más, reside sobre todo en darse y comprenderse.

Sólo Dios no necesita del amor de alguien: porque Él es Amor.

¿Cómo vencer la antipatía? Cuando se den cuenta que de verdad les quieres. Depende de uno.

La amistad “es la premisa indispensable para lograr captar la realidad de la vida y alcanzar la consiguiente plenitud existencial” (J. B. Torelló. Psicología Abierta).

El hombre es un ser indigente e inacabado, abierto a Dios y a los demás. El hombre como ser creado, necesita perfeccionarse (vocación). Ningún hombre se hace sólo, intervienen en su vida las cosas, los hechos, los demás hombres.

Dios busca colaboradores de Él.

Dios mismo se vale de los hombres para que colaboren con Él, en la tarea de nuestra salvación. Si cada uno de nosotros no es Dios, es lógico que no nos bastemos, para alcanzar la perfección a la que hemos sido llamados. No basta saber esto, es imprescindible vivirlo.

Quien no ama a su prójimo a quien ve, ¿cómo amará a Dios a quien no ve?.

Está claro que un amor a las creaturas, sin amor a Dios es absurdo. Porque, para ser creado depende en última instancia del Creador.

Dios mismo “contempló cuanto había hecho y vio que era bueno” Dios creó al hombre a su “imagen y semejanza”, el Hijo nos redimió a cada uno: luego hay algo por lo que el hombre merece ser amado.. Nuestra actitud ante los demás debe ser presentir –para poder ayudar- lo que debe de haber de verdadero y profundo en el interior del otro.

La amistad se encuentra, pero no se descubre hecha. Se trata de preocuparse por el amigo como persona a la que se ama, hasta el punto de dar la vida por él (s. Jn 15, 13 – 14)..

Necesitamos tener amigos, porque así nos hacemos mejores personas. Buscando la felicidad del amigo, encontramos la nuestra. En esto consiste el amor: no busco mi felicidad sino la del otro. Se trata de un amor sin cálculos..

El amor es el hábito por el cual la voluntad se identifica y se reúne con la alegría y bienestar del otro. La amistad auténtica, es la que sabe compartir la alegría del otro sin el más leve rastro de envidia.

El amigo es el otro yo, la felicidad y el dolor ajenos, pero hechos propios.

Esta felicidad es algo maravilloso que Dios nos otorga. Dios es feliz para ser dichoso en sí mismo, porque no necesita de nadie. En cambio, el hombre necesita de los otros para ser dichoso. Amar al amigo es desearle que viva en el bien y en la verdad.

El amor es exigente, por eso se prefiere lo bueno a lo cómodo. Querer a las personas como son, incluso sus defectos. Pero si las queremos de verdad, desearemos que superen esos defectos. Manifestarle al amigo esos defectos, en una conversación sincera e íntima, es una gran ayuda.

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