Anunciación.- El próximo 7 de octubre de 2015, en la Segunda Sala de la Suprema Corte, se decidirá sobre los Amparos en Revisión (241/2015, 270/2015 y 410/2015), que se generaron por unos amparos presentados or las autoridades tradicionales mayas de Campeche, en contra de la siembra de soya transgénica que se le otorgó a Monsanto. 

“En 2012, las apicultoras, los apicultores y las comunidades mayas consideraron que el permiso para liberar soya transgénica  vulneraba sus derechos a la consulta, libre, previa, informada y culturalmente adecuada; al medio ambiente sano; y hacía caso omiso al principio precautorio;  argumentos que les fueron reconocidos en  por jueces federales mediante sentencias emitidas en 2014.”

Las sentencias se encuentran impugnadas y han llegado ante la Suprema Corte de Justicia debido a la posible afectación o alteración de valores sociales, la convivencia y bienestar para las comunidades apícolas mayas que habitan en la Península de Yucatán. Estas acciones por parte de Monsanto atentan contra la identidad cultural de estos pueblos originarios, la cual se encuentra protegida por el principio de pluriculturalidad de la Constitución (art. 2º Constitucional y en el Convenio 169 de la OIT), en la que se dictamina que cualquier entidad e incluso el Estado mexicano tiene prohibido tomar cualquier acción que pueda conducir o comprometer la vida y florecimiento de los pueblos originarios del país.

“Al respecto, la Secretaria encargada de los asuntos agrícolas (SAGARPA) y la tercera perjudicada (Monsanto), mediante recursos de revisión en contra de las sentencias de los Jueces federales, pretenden  mantener los actos que transgreden de manera trascendental la vida del pueblo maya, pese a que las autoridades están obligadas a respetar y garantizar los derechos fundamentales del pueblo maya como pueblo originario, atentando contra sus derechos humanos y el principio de pluriculturalidad;  transgrediendo sus obligaciones constitucionales y convencionales en perjuicio de sus derechos humanos de naturaleza colectiva”,afirmó el abogado integrante de  LITIGA OLE, Luis Miguel Cano.

“Mientras que la autoridad encargada de los temas agrícolas en México expidió permisos de soya transgénica (actos reclamados) que afectan la actividad histórica del pueblo maya consistente en la apicultura y la meliponicultura, a través de la cual expresan el ejercicio de derechos fundamentales como son: identidad cultural, la autonomía, el territorio y el acceso a los recursos naturales tradicionalmente manejados; el Gobierno de Yucatán reconoció la posible afectación por la siembra de soya transgénica al Patrimonio Biocultural y a los derechos humanos del pueblo maya y tomó medidas legales y administrativas para su protección “,señaló Jorge Fernández, abogado de la organización de promoción y defensa de los derechos humanos.

“Aprobar la siembra de soya genéticamente modificada en la Península de Yucatán terminaría con un círculo virtuoso en una región en la cual la apicultura ha fomentado un desarrollo humano sustentable durante años.  La apicultura se sostiene en la riqueza cultural y ambiental de la selva maya, entonces, las comunidades protegen la selva, que les genera ingresos. El romper el círculo tendría consecuencias nefastas. Ya se han deforestado más de 38,000 hectáreas tan sólo en Campeche, en parte para la siembra de soya. También existe el riesgo de desertificación de las cuencas hídricas por la siembra de extensas parcelas de soya. Por último, no podemos olvidar los riesgos para la salud de las comunidades por las fumigaciones con glifosato, mismas que ya se han visto en otros países como Argentina”,comentó el Colectivo MA OGM.

La sentencia es fundamental ya que la agricultura transgénica afecta de manera irreparable los derechos humanos de las comunidades mayas, algunos de ellos: la identidad cultural, la autonomía, la alimentación, medio ambiente, territorio, acceso a los recursos naturales tradicionalmente manejados, entre otros.

Para la comunidad maya, la sentencia de la Suprema Corte es importante ya que permitiría proteger su patrimonio biocultural y su forma de vida. “Culturalmente no conocemos la soya transgénica, y este cultivo no genera empleo para la gente. También nos va a afectar por la pérdida de nuestros bosques, esos bosques les sirven a las abejas, tenemos diversidad de especies todo el año para que se alimenten. La soya transgénica requiere grandes áreas de desmonte. La apicultura es una actividad ancestral, es el patrimonio de la cultura maya y también permite cuidar el medio ambiente. Además, los mecanizados están siendo fumigados con avionetas y eso nos trae consecuencias. Aun así, a nosotros nadie nos preguntó sobre la siembra de soya transgénica.”, señaló Leydi Pech, integrante del Colectivo Apícola Chenero.

Diversos estudios científicos muestran que el declive de las abejas en el mundo se debe primeramente a la extensión de los monocultivos y al uso de plaguicidas. En México, estamos a tiempo para elegir un modelo de agricultura que no retome estas tendencias, y que respete primero a la sociedad y al medioambiente. El debate en torno al cultivo de soya genéticamente modificada es una parte pequeña de esta gran discusión en torno al modelo de agricultura y de país que queremos”, expresó el  Dr. Rémy Vandame de la UCCS.

“A corto plazo, se debe garantizar zonas libres de transgénicos, petición a la que se ha negado la SAGARPA, lo que representaría una medida definitiva para proteger el campo mexicano, a las comunidades, a los productores y a los consumidores de la imposición de soya, maíz o cualquier otro cultivo transgénico, en nuestro campo, en nuestra mesa, en nuestra dieta, dado que nos está vedado el etiquetado de transgénicos”,concluyó María Colín, representante legal de Greenpeace México.

La comunidad maya espera y demanda que la Suprema Corte de Justicia de la Nación garantice los derechos humanos del pueblo maya, confirmando las sentencias obtenidas en los Juzgados federales y, por lo mismo, declarando como infundados los recursos interpuestos por las autoridades y Monsanto, y que esto resulte en la protección favorable para las comunidades mayas, garantizando el principio de pluriculturalidad.

Las organizaciones que respaldan esta demanda son: Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh); Centro Mexicano de Defensa Ambiental (Cemda); Colectivo Apícola Chenero; Colectivo MA OGM (Colectivo sin transgénicos); Comunidad de Pack-Chen y Comunidad de Cancabchen; Educe Cooperativa; Greenpeace México; Indignación, Promoción de Defensa de los Derechos Humanos (Indignación); Litiga, Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos (Litiga OLE); Muuch-Kambal; Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS); Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (Unorca)

Sociedades Cooperativas, Sociedades de Solidaridad Social y empresas mieleras:

Apicultores Lol Jabin de Tekal de Venegas, Chun Jabin, Flor Xtabentun, Lol Cab de Cholul, Lol Cha-kaa, Lol Dzizilché de Nenelá, Lol Kanchunub de Teabo, Lol K’aax, Lol Jabin de Mayapán, Lol Soolen a’ac de Chuchub, Productores Kaabi Uh Lool Xthobil, Productos de Miel Real el Panal de Suc-Tuc, Sociedad de Solidaridad Social “Apícola Maya de Yucatán”, Unión de Apicultores Indígenas Cheneros, Tumben Caab, Tumben Llal Caab, Xjon-ha’ac de Sudzal y Miel Integradora

Informes:
CENTRO MEXICANO DE DERECHO AMBIENTAL
Atlixco 138, col. Condesa  Deleg. Cuauhtémoc
México, D.F.
Tel. 52 (55) 52 86 33 23
Correo: contacto@cemda.org.mx
http://www.cemda.org.mx/