Con 325 parágrafos y una oración a la familia de Nazaret, tiene como eje los capítulos 4, 5 ,6, 7 y 8.
Anunciacion.- “Es una ayuda para la madurez personal y no para formar autómatas, sino personas maduras en amistad con Cristo. Sólo ahí donde ha madurado el discernimiento personal, madura también el discernimiento pastoral, del que habla el octavo capítulo, de gran interés para la opinión pública eclesial, pero también para los medios de comunicación. Les aconsejo leer el cuatro y el quinto capítulos, para profundizar en el amor conyugal y familiar. Nada motiva más que la experiencia positiva del amor, esto despierta una gran alegría. Papa Francisco habla con gran vivacidad del amor. Así dijo Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, al presentar el documento esta mañana 8 de abril y firmado por Papa Francisco el 19 de marzo, Día de San José. La Exhortación ha sido traducida a varios idiomas.
Federico Lombardi reunió a la prensa en la presentación, junto con el secretario general del Sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn y un matrimonio: Francesco Miano, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Estudios de Roma Tor Vergata y Giuseppina De Simone in Miano, profesora de Filosofía en la Facultad Teológica de Italia Meridional de Nápoles.
El documento llamado “Amoris Laetitia” por el bien de todas las familias, mismo que fue entregado en manuscrito por Papa Francisco, y presentado hoy, es según Lorenzo Baldiseri una explicación al amor y la alegría, que sale en el jubileo de la misericordia, y supone el final del recorrido sinodal sobre la familia. El jubileo de la familia es una buena noticia para las familias de todos los continentes, sobre todo las familias, heridas y humilladas.
Amor y Alegría, Amoris Laetitia, dijo Baldiseri, ofrece orientaciones familiares muy importantes, desde las distintas realidades. El tiempo es superior al espacio, necesitamos tiempo y modalidades distintas para situaciones diversas; destacó Baldiseri. El texto presenta 13 situaciones en las que el tiempo es necesario para vivir el matrimonio, la paternidad, la vejez y el luto, entre otras. El enfoque de este documento es la lógica de la misericordia pastoral. La doctrina sobre el matrimonio es un ideal imprescindible, al que la Iglesia no puede renunciar como proyecto de Dios, y se hace énfasis en la formación al matrimonio. El Papa, dijo, hace incapie en la fragilidad de la familia. Hay que acompañar con paciencia y misericordia para hacer el bien. La Exhortación se compone de nueve capítulos, con más de 300 parágrafos y una oración final. La introducción sienta las bases del documento, y en el cuerpo del documento se ofrecen temas importantes como el amor y orientaciones pastorales.
La longitud y articulación del texto suponen una lectura lenta e interrumpida, necesaria de revisar según las situaciones concretas. Es un resumen que deriva en otros horizontes y que se fundamenta en los dos sínodos sobre la familia. Contiene 52 citas del sínodo de 2014 y 84 del de 2015. Además cita autores antiguos y contemporáneos, así como autores profanos, por así decirlo; además de otros documentos, catequesis papales y la catequesis de la Iglesia Católica.
Antes que nada, dijo Baldiseri, el documento, considera en forma positiva la belleza del amor conyugal y la familia, por encima de todos los conflictos; tiene un gran espacio dedicado al amor, y hace una meditación espiritual y existencial para la vida de los cónyuges, y una guía espiritual que empuja el crecimiento del amor conyugal.
El obispo y los agentes pastorales, tienen en esta Exhortación, principios para ejercer su servicio a favor de la formación para el amor conyugal y acompañar a las familias en diversas situaciones. Hay que tener un discernimiento específico, y los matrimonios de segundas nupcias deben ser integrados y no excluidos. Analizar formas de exclusión que existen para resolverlas. Los pastores deben mirar a la cara de estas personas para acompañarlas en el recorrido del discernimiento según las enseñanzas de la Iglesia.
La Exhortación destaca la formación que facilita los elementos ejes para establecer en forma estable la vida familiar, con recorridos prácticos con base en la experiencia y la psicología humana. El documento habla de la situación específica de matrimonios civiles y sus diferencias con uniones de hecho que alcanzan estabilidad en el cariño, el amor y la responsabilidad; y esta unión se puede considerar para alcanzar el sacramento del matrimonio.
Todos tienen que ser integrados en la vida de la comunidad, y a nadie se puede condenar, porque esta no es la lógica del Evangelio, así que la Exhortación toma en cuenta un amplio abanico de asuntos y todas las situaciones, frente a los acontecimientos actuales. Para el hombre se necesita el apoyo y Dios ofrece la Misericordia. De ahí, dijo, la exigencia de ir más allá de la justicia humana para tomar decisiones a partir del amor.
Finalmente citó la oración con la que termina el documento, y que dice así:
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
Por su parte, el cardenal Christoph Schönborn, inició agradeciendo a Papa Francisco el amor con el que habla de la familia. Este texto es una maravilla, dijo. Normalmente los textos eclesiales son muy difíciles, sin embargo a pesar de la longitud de este texto, es muy accesible. Lo he leído con suma alegría y gran emoción. En el discurso especial sobre el matrimonio y la familia, veo por un lado las familias regulares, pero decirlo de un modo; y luego, las situaciones irregulares. Pero la palabra misma de irregular nos hace pensar en algo distinto, y por lo tanto el que se encuentra en el lado de los irregulares se siente en otra parte de los regulares, y lo difícil que es esto, pero el papa Francisco ha puesto en su Exhortación el lema: se trata de integrar a todos, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Todos estamos en camino, incluso el matrimonio que está bien, va en camino, y a lo largo del camino necesita reconciliación y nuevos comienzos.
El Papa Francisco ha conseguido hablar de todas las situaciones con una mirada e benevolencia, con la mirada de Dios y el corazón de Jesús, y a todos concede la alegría del evangelio. Por eso esta Exhortación llega a todos, y nadie se siente condenado. Es una invitación a la alegría del amor, y no excluye verdadera y sinceramente a nadie. Se trata de un acontecimiento lingüístico como lo fue Evangelli Gaudium. Este cambio de lenguaje ya se percibía en el camino sinodal de octubre de 2014 y octubre de 2015.
Se reconocen situaciones de la vida sin juzgarlas. Hay un profundo respecto a cada persona, que no es en ningún caso un asunto problemático, sino alguien a quien amar y acompañar. Deberíamos quitarnos los zapatos ante la tierra sagrada del otro, y esta frase es el centro de toda la Exhortación, junto con discernir y acompañar, no sólo a las situaciones llamadas irregulares, sino para todas las personas, cada matrimonio y cada familia, todas están en camino y todas necesitan discernimiento y acompañamiento.
Esta Exhortación no favorece una cierta laxitud, sino una misericordia severa y exigente. El Papa Francisco nos deja una tarea importante: No podemos renunciar al matrimonio, frente al descalabro moral y humano. Y Papa Francisco motiva, porque sabe muy bien que la motivación es la que permite favorecer el amor al matrimonio y la familia que tiene hoy en día una fuerza de atracción, pero también advierte que es necesaria una saludable autocrítica respecto de cómo la Iglesia lo ha presentado. “hemos presentado un ideal teológico de matrimonio demasiado abstracto y lejos de la realidad concreta”. Esta idealización excesiva no ha despertado la confianza en la gracia, ni ha hecho que el matrimonio sea más deseable y atractivo. Y por eso la Exhortación apostólica sitúa a las familias con una perspectiva alentadora frente a todas las realidades aun más difíciles.
Los pastores han de presentar, gracias a este documento, el matrimonio como un camino y no como un lastre a soportar. Habla del corazón humano y la nostalgia de la humanidad. Se percibe la gran tradición educacional de la Compañía de Jesús. Habla de dos peligros: la libertad mal entendida y por el otro, el deseo de controlarlo todo. El abandono nunca es sano pero la vigilancia puede volverse exagerada. Y así, la Exhortación encuentra un punto prudente para dar orientaciones: el Amor para el proceso de maduración de los hijos, hacia y en el matrimonio. “Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas”. Y cómo se forma la conciencia, es el punto clave para comprender este documento y su intención: el discernimiento y acompañamiento. El discernimiento es un punto central en los Ejercicios Ignacianos para descubrir la voluntad de Dios para con cada persona. Y la Exhortación propone esta ayuda para la madurez personal y no para formar autómatas, sino personas maduras en amistad con Cristo. Sólo ahí donde ha madurado el discernimiento personal, madura también el discernimiento pastoral, del que habla el octavo capítulo, de gran interés para la opinión pública eclesial, pero también para los medios de comunicación. Les aconsejo leer el cuatro y el quinto capítulos, para profundizar en el amor conyugal y familiar. Nada motiva más que la experiencia positiva del amor, esto despierta una gran alegría. Papa Francisco habla con gran vivacidad del amor.
El cardenal Christoph Schönborn destacó el capítulo que habla de la pasión del amor o amor apasionado, las emociones y sentimientos, pero también de los puntos sobre las heridas del amor, y la necesidad de experimentar la misericordia de Dios gracias a un acompañamiento pastoral ante situaciones complejas. Papa Francisco nos ofrece en esta Exhortación caminos para dar pasos adelante, acompañar, consolar, discernir e integrar.
Sobre divorciados y vueltos a casar, el papa acoge las consideraciones de los padres sinodales. Y dice que ellos no deben sentirse excluidos. El Número 300 de Amoris Laetitia encara varios asuntos con una importante aclaración y camino a seguir: “sólo cabe un nuevo aliento a una responsable discernimiento personal y pastoral de casos particulares y de cómo puede y debe ser este discernimiento”. El Papa, dijo, no puede desprenderse del amor del Evangelio, y hace referencia a dos errores: rigorismo que como piedras se lanzan a otras personas, y omisión al hablar del amor del matrimonio. Papa Francisco en el Congreso de la Familia dijo que no existen recetas generales para casos particulares. Papa Francisco decía que por amor hay que discernir las situaciones. Y en esta Exhortación, para Francisco presenta 13 situaciones diversas, para no cerrar el camino de la gracia y el crecimiento, por querer ver todo en blanco y en negro.
Habla de la realidad de México y cita a san Agustín, ama y haz lo que quieras. Dios es Amor y el Amor es de Dios. Nada es tan exigente como el Amor, el Amor no se puede comprar y el Papa Francisco nos invita a un camino no fácil, pero está lleno de alegría. Muchas gracias a Papa Francisco por este documento magnífico.
El matrimonio integrado por Francesco Miano, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Estudios de Roma Tor Vergata y Giuseppina De Simone in Miano, profesora de Filosofía en la Facultad Teológica de Italia Meridional de Nápolescelebraron que la Exhortación Amorir Laetitia reconoce la belleza de la familia, que son imperfectas y frágiles,pero son maravillosas, porque en la vida diaria se apoyan en el amor de Dios. Es la experiencia de la apertura del corazón, de la mirada que se ensancha y nos permite descubrir el tesoro que tenemos en las manos. Es como si el papa dijera, hay que pararnos un ratito, todo lo que hacemos durante la vida diaria, para escuchar nuestra propia vida así como es y todo lo que nuestra vida interior nos dice y mueve el corazón, para vislumbrar y darnos cuenta que el señor está presente y hace que nuestro corazón sea una tierra sagrada. Las Palabras de papa Francisco es resultado de la escucha, nos habla en un lenguaje entendible para todos, sobre la realidad de todas las familias y que nos permite crecer. Hay que leer este documento de forma lenta: es la gramática de las relaciones de amor que la Iglesia no impone desde arriba, sino que aprende de las familias mismas.
El matrimonio insistió en la alegría del amor, en el matrimonio, entre los hermanos y destacó las propuestas de Papa Francisco para la convivencia: la ternura, la escucha, actitudes, sentimientos, diálogo, y riqueza interior de cada uno que sea compartida. Las emociones y la sensibilidad hacia el otro, entendido como un don de Dios. Y la alegría del amor no tiene miedo a la vida porque cuenta con el Amor, la riqueza de la intimidad alrededor de un proyecto en común.
En las palabras del Papa, se reconoce la fuerza del instinto del amor que nos une y provoca el crecimiento de cada uno y de ambos como esposos, pero también de los hijos, de la mujer como importante en la sociedad y del padre en la familia. La familia no debe considerarse como un círculo que debe protegerse de la sociedad, sino que busca actuar de forma solidaria en el entorno favoreciendo la cultura el encuentro. La Exhortación habla de la familia de origen, de los padres, los suegros, y las formas de relación entre todos, la experiencia de ser hijos, de ser hermanos, la atención a los ancianos. Y destacaron el capítulo 7 que habla de la educación de los hijos.