Anunciación.- Con el objetivo de generar conciencia mundial sobre los trastornos bipolares y eliminar el estigma social asociado al padecimiento, el pasado 30 de marzo se conmemoró por primera vez el Día Mundial del Trastorno Bipolar, enfermedad que según la Organización Mundial de la Salud (2004), es una de las seis causas principales de años vividos con discapacidad.
El doctor Manuel Sánchez de Carmona, presidente mundial de la Sociedad Internacional de Trastorno Bipolar (ISBD, por sus siglas en Inglés), comentó que: “De acuerdo con la Encuesta Nacional de Psiquiatría de 2003, se estima que el TB tipo I afecta a 1.6 por ciento de la población mundial, perjudicando a hombres y mujeres de igual forma”. Asimismo, el especialista en psiquiatría alertó que: “El 70 por ciento de los pacientes con TB son mal diagnosticados debido a una errónea clasificación del padecimiento o por falta de identificación de la condición clínica”.
El Consejo de Salubridad General, define al TB como “un trastorno afectivo caracterizado por la presencia de episodios reiterados (al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma tal que la alteración en ocasiones consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento en la vitalidad y del nivel de actividad (manías), y en otras en una disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad (depresión)”.
Según el presidente de la ISBD, en México se estima que alrededor de 3 millones de personas podrían sufrir este trastorno a lo largo de su vida y que si no se trata puede repercutir considerablemente tanto en la esfera familiar y social como en la laboral.
El también miembro de la Asociación Psiquiátrica Mexicana declaró que “el TB afecta especialmente en los últimos años de la adolescencia o en los primeros de la edad adulta, manifestando síntomas como fluctuaciones del estado de ánimo, que se alternan con episodios maniacos y depresivos, euforia, subidas de autoestima poco realistas y disminución de las horas de sueño, comportamientos de un alto riesgo como abuso de alcohol, drogas, conducción temeraria y promiscuidad sexual”.