nunciación.- Después de cinco días de jornadas arduas y fructíferas, el Papa Francisco se despide de México. El pueblo mexicano entre vítores y aplausos recibió al Santo Pontífice en la ceremonia oficial de despedida, en el aeropuerto de la Cd. Juárez. Algunos de los gritos cantaban “Jesús”, “Papa Francisco queremos bendición”, “Francisco hermano ya eres mexicano”.
Entre las personas asistentes a la despedida se encontraban Miguel Ángel Osorio Chong, el embajador de México en el Vaticano y el resto del cuerpo diplomático de México. Además de los obispos, cardenales, organizadores y coordinadores de la visita por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Al aeropuerto el Papa Francisco entró en compañía del presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera de Peña. Al comenzar a caminar hacia el avión algunos niños corrieron a abrazarlo y a tomarse fotos con él. Un pequeño llevaba una pancarta en la que se leía “Su santidad los mexicanos rezamos por usted, rece por nosotros”. Algunos de los asistentes llenos de euforia burlaron la guardia y abrazaron al Papa.
El acto protocolario comenzó con la tradicional entonación del Himno Nacional de México y el Himno Nacional de la Santa Sede.
Las despedidas oficiales comenzaron con los miembros del sequito papal, después continuaron los miembros del gabinete de México. El presidente Enrique Peña Nieto y su esposa acompañaron al Papa Francisco al pie de las escaleras del avión.
Y comenzaron a hondear las banderas de la luz y de la esperanza. Como último acto se tocaron las golondrinas con los que el Papa Francisco subió las escaleras del avión que lo llevará de regreso al vaticano.
Los mexicanos recordaremos por siempre la visita del Papa Francisco a México, nos quedamos con las hermosas palabras que dedicó a los diferentes sectores de la sociedad. Mensajes que debemos aprender a ser vida, no se deben de quedar en el aire.
Despedimos al Papa Francisco con la promesa de “echarle ganas” y continuar hacia un futuro en el que se vivan los valores, nos dejemos de lujos, el amor es la base de la vida, la misericordia en la base de la salud social, los jóvenes son el futuro y el cuidado de la casa en común.
Se va el misionero de la misericordia y la paz, en sus manos que este la luz de la esperanza que deja en México.
Como último acto protocolario se le entregó un libro a cargo del Lic. Javier González Mocken, presidente municipal de Ciudad Juárez.