Guadalupe Esquivias.
ANUNCIACIÓN.- En su discurso a las familias en el estadio Víctor Manuel Reyna, Francisco resaltó que la forma de combatir la precariedad y aislamiento, es por medio de legislaciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y para que cada persona pueda desarrollarse por medio del estudio y un trabajo digno, además que, las leyes y el compromiso personal son un buen binomio para romper la espiral de la precariedad.
Habló del debilitamiento de la familia y de las instituciones que están en contra de ella, que se cree que ya pasó de moda y que no tiene espacio en la sociedad y que cada vez más se propicia un modelo de aislamiento. “Vivir en familia no siempre es fácil, muchas veces es doloroso y fatigoso, pero creo que se puede aplicar a la familia lo que más de una vez he referido a la Iglesia: prefiero una familia herida, que intenta todos los días conjugar el amor, a una sociedad enferma por el encierro y la comodidad del miedo a amar”.
El Papa Francisco hizo referencia al matrimonio de 50 años de Aniceto y Vicenta que con tienen el rostro arrugado por las luchas de todos los días, se siguen queriendo: “cuando les pregunté quien tuvo más paciencia me contestaron, que los dos. Hay que tener paciencia y amor; hay que saber perdonarse, y que vuele un plato de vez en cuando,  el único consejo es que no se termine el día sin hacer la paz, si termina el día en guerra amanecerán en guerra fría y es peligrosa en la familia”.
La expresión “Echarle ganas”, hecha por Manuel, adolescente con distrofia muscular de 14 años, fue una de las expresiones que le gustó al 
 Papa, porque dijo que es lo que el Espíritu Santo, siempre quiere hacer en medio de nosotros para construir una vida que tenga sabor a hogar, a familia.
Recordó que el Padre Dios le echa ganas a nuestra vida, porque
  su nombre es amor, su nombre es donación, y entrega.
El Papa emocionado, dijo que la desesperanza y desanimo en los adolescentes muchas veces nace porque se sienten solos, porque no tienen con quien hablar. Y se remontó al comentario de Beatriz, madre soltera, que expresó que, la lucha siempre ha sido difícil por la precariedad y la soledad. Ante este comentario el Papa señaló que la precariedad, la escasez, el no tener muchas veces lo mínimo nos puede desesperar y puede ser una angustia fuerte, ya que no se sabe
  cómo salir adelante y más cuando tenemos hijos a cargo.
“La precariedad no sólo amenaza el estómago, sino que puede amenazar el alma, nos puede desmotivar, sacar fuerza y tentar con caminos  o alternativas de aparente solución, pero que al final no solucionan nada”.
Finalmente El Papa Francisco durante su encuentro con familias chiapanecas agradeció a la tierra chiapaneca porque tiene sabor a familia, a hogar; “gracias a Dios por su presencia, por sus testimonios y por sus “mesas” que nos han compartido el pan que los alimenta y el sudor frente a las dificultades cotidianas”.
Cuantos hijos tienen no tenemos porque me gusta salir de vacaciones lujos y confort y los hijos se olvidan y cuando quieres tener un hijo y ya se te paso la hora. Tostro cansado por la entrega a familia con rostros maquillados que no saben de la compasión.