Anunciación.- En el marco de la Jornada italiana de Diálogo entre judíos y cristianos, el pasado 17 de enero, el papa Francisco realizó una visita a la Sinagoga de Roma, en la que fue recibido por el rabino principal de la ciudad, Riccardo Di Segni, líderes de la comunidad judía local, encabezada por Ruth Dureghello representantes israelíes, entre ellos el vocero del Parlamento, Yuli Edelstein y el ministro de Servicios Religiosos, David Azoulay.
En su discurso –ante más de mil asistentes – el Papa destacó los avances de las últimas décadas en el diálogo judío-católico, especialmente desde la Declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II, asegurando que éste “marcó la vía dando paso a un “sí” al redescubrimiento de las raíces judías del cristianismo y sobre todo a un “no” a cualquier forma de antisemitismo y condena de cualquier injuria, discriminación y persecución”.
En este contexto hizo un firme llamado a condenar y rechazar cualquier forma de antisemitismo así como a comprometerse por la paz y la justicia, recordando que “la violencia del hombre sobre el hombre está en contradicción con cada religión digna de este nombre y en especial con las grandes religiones monoteístas”.
Asimismo, hizo votos para que el diálogo teológico judío-católico siga avanzando con “discernimiento y perseverancia”.
Posteriormente habló del Holocausto y pidió que el pasado sirva de lección para el presente y el futuro, destacando que “la Shoah nos enseña que es necesaria siempre la máxima vigilancia para poder intervenir tempestivamente en defensa de la dignidad humana y de la paz” y, afirmó que los sufrimientos, angustias y lágrimas de las víctimas y de los sobrevivientes del exterminio nazi “no deben no serán nunca olvidados”.
Por último, agradeció la “comprensión recíproca, la mutua confianza y la amistad con el pueblo judío, al que –como lo hiciera en su momento el papa Juan Pablo II – se refirió como “nuestros queridos hermanos mayores” y se despidió con un saludos de paz en hebreo: “Shalom Alechem”.
Con esta visita, el papa Francisco se convierte en el tercer pontífice que visita la sinagoga de Roma -luego de Juan Pablo II en 1986 y Benedicto XVI en 2010.