
Ayuda y Solidaridad hace posibles los sueños de las quinceañeras
En la Parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en la colonia Roma en la CDMX, el Sacerdote Gonzalo ofició una misa de acción de gracias para Nicole, Paula, Analía y Fernanda quienes estaban cumpliendo sus 15 años. Ellas son beneficiarias de Ayuda y Solidaridad IAP, institución que atiende a niñas en situación de vulnerabilidad que por maltrato, abuso sexual y abandono están en riesgo de vivir en la calle.
Al término de la celebración eucarística, familiares, amigos, padrinos, patronato, directivos y compañeras, esperaban con ansia la llegada de las quinceañeras quienes fueron recibidas con aplausos, porras, gritos y un gran ambiente, ya que el patio de la institución se convirtió en un gran salón de fiestas, adornados con globos y todo lo alusivo a una fiesta de 15 años.
Nicole, Paula, Analía y Fernanda no pudieron evitar las lágrimas por el festejo, ya que Ayuda y Solidaridad IAP se esmeró por hacer de ese día algo espectacular para ellas, quienes todos los días se les brinda la oportunidad de una vida mejor, educación, alimentación, vestido, salud integral y un sinfín de cosas que hace que ellas sean unas mujeres de bien.
Para su directora general, Leticia Becerril Palacios, estar al frente de una organización que alberga a 50 niñas y jóvenes es un reto enorme, pero que, gracias al apoyo de los aliados, donativos y a cada persona integrante de la casa hogar, es como ha sido posible llegar a un número tan importante.
Combinando su modelo integral de atención y el cuidado que se le da a cada niña y joven, es como Ayuda y Solidaridad les ha brindado una segunda oportunidad a estas niñas para que encuentren en la casa hogar una familia que las respete, y que se sientan seguras, teniendo la confianza de contar con un espacio que nunca les va dar la espalda.
En esa gran fiesta las quinceañeras le dieron vuelo a la hilacha, bailaron su vals, gritaron, cantaron, pero sobretodo, sonrieron y se sintieron cobijadas, apapachadas y amadas.
Así es como Nicole, Paula, Analía y Fernanda definen su vida en este lugar en donde el amor, la solidaridad y la resiliencia son valores que se inculcan en cada una de las actividades y de sus habitantes.