A partir de su ingreso a CONFE; Eder ha tenido avances significativos

3 diciembre, 2018

Por: Pedro Jacobo López Del Campo

Eder, de cinco años de edad, es un niño con discapacidad intelectual. Su mamá platicó que ha habido un avance significativo desde que ingresó a las terapias, aproximadamente desde hace tres años y medio. La ansiedad le ha disminuido y logra enfocarse en sus actividades con mayor facilidad. Él es uno los niños beneficiados por Confederación Mexicana de Organizaciones en favor de la Persona con Discapacidad Intelectual AC), CONFE asociación que apoya a las personas con discapacidad intelectual desde hace 39 años para mejorar su calidad de vida tanto de ellos, de su familia y entorno próximo.

Rebeca, terapeuta en CONFE, me informó que Eder ha mostrado un avance significativo a partir de los ejercicios de estimulación temprana que lleva trabajando desde que él ingresó como beneficiario. Dentro de una habitación especial de estimulación temprana, Rebeca contó la razón de ser de cada uno de los objetos dentro del cuarto, que van desde una cama de agua hasta una pequeña alberca de pelotas de plástico. A la par, Eder asiste a una escuela convencional, para lo cual Rebeca comenta que la primera meta es lograr la inclusión del niño dentro del sistema educativo, por lo que los ejercicios lo ayudan a desarrollar mejores capacidades de aprendizaje.

Eder, atento al ojo de la cámara, sonreía y caminaba por la habitación, perseguido por aquella cómoda cama de agua y luces de fibra óptica donde, además, se encontraba un espejo que lo reflejaba a él y a las luces en una esquina. El trabajo con él y con otras personas con discapacidad intelectual cobra mayor importancia cuando, en un estudio de INEGI en el 2010, se registraron 448 mil 873 personas dentro del territorio mexicano.[1] Una cifra enorme si consideramos las pocas instituciones dentro de México preocupadas por atender este tipo de discapacidad.

Karen Vázquez fue mi guía dentro de las instalaciones de CONFE. Ella trabaja ahí desde hace un año y medio pero fue voluntaria durante cinco años antes de ingresar al Centro de información y difusión. Por los pasillos los trabajadores me saludaban y por todas partes reinaba un ambiente de amabilidad, dinamismo y respeto. La disposición de todos dentro de la institución es innegable y peculiar. Dentro de CONFE, las actividades para apoyar a sus beneficiarios van desde las asesorías y capacitación de las familias sobre la discapacidad intelectual, hasta la canalización de sus usuarios a otras instituciones e inserción laboral a través de su departamento de Trabajo Social y muchas otras más. De hecho, es sorprendente la cantidad de actividades que benefician a las personas con esta discapacidad y no sólo eso, sino la calidad con la que se ofrecen a los usuarios.

Cabe resaltar el tema de la canalización e inserción laboral, pues han logrado construir un abanico de empresas con las cuales se encuentran vinculadas. Una de las actividades principales, en cuanto a capacitación laboral, es la panadería. Me permitieron entrar con mi cámara y libreta, no sin antes haberme colocado una cofía y cubrebocas. Ahí mismo los jóvenes son capacitados para elaborar cualquier producto relacionado con la repostería. En aquel instante se encontraban elaborando galletas de garabato, muy deliciosas por cierto. Esas galletas recién horneadas serían enviadas al centro de recepción de productos de Sanborns, una de sus principales compradores de galletas, desde la cual se distribuiría a sus distintas sucursales dentro de la ciudad de México. Otras instituciones, me platicó Cecilia, encargada de la panadería ese momento, a las que distribuyen sus productos son la Federación Mexicana de Futbol y Cuervos Santa Fe.

Cecilia explicó que cada uno de los jóvenes que ahí trabajan habían sido asignados para una parte de la elaboración del pan, ya que algunos lograban, con mayor facilidad, hacer ciertas actividades, como moldear la masa, hacer el decorado, hacerse cargo del horno, etc. Pero no todos son jóvenes dentro de CONFE, de hecho, quien se encontraba a cargo del enorme horno era Jorge, un señor de aproximadamente 40 años, que, meses atrás, había sufrido un accidente automovilístico, que le ocasionó una repercusión cerebral.

Caminando por las instalaciones me topé con un cultivo hidropónico, del cual cada usuario interesado en esta actividad, se encarga de cuidar el crecimiento. El cultivo principal es la lechuga pero también laboral el tomate cherry, pimiento morrón, entre otros. Otra de las actividades de CONFE es la pugna por leyes constitucionales que beneficien a las personas con discapacidad, en general. Además, desarrollan investigaciones para la publicación de información relevante para la plena comprensión de la discapacidad, tanto de sus beneficiarios como de la sociedad.

Personas con discapacidad intelectual, como Eder y Jorge, resultan ampliamente beneficiadas por instituciones como CONFE, que, preocupados por apoyarlos, se han dado a la gran tarea durante casi cuatro décadas, de ayudarlos a través de sus diversas capacitaciones, actividades, investigaciones y publicaciones. La labor humilde y activa de personas como Rebeca, Karen o Cecilia para impulsar a la institución a apoyar a sus beneficiarios es invaluable. Súmate como ellas a apoyar a CONFE ya sea con alguna ayuda económica o en especie.

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