Anunciación.- Las fiestas navideñas han pasado, pero aun queda un festejo antes de cerrar la época: el Día de Reyes, un día esperado por chicos y grandes que se saborea con el frío, la compañía y las buenas sorpresas.
La tradición bíblica nace en el Evangelio de San Mateo, cuando relata la visita que unos magos hacen al recién nacido Niño Jesús. En el evangelio se menciona que son unos magos de Oriente, sin embargo no se hacen mayores descripciones físicas, de origen o personalidad de estos personajes aunque se les relaciona con estudiosos del cielo estelar, pues en esa época se les llamaba “magos” a los astrónomos. Estos tres hombres sabios decidieron seguir el camino de una estrella que presagiaba la llegada de un nuevo rey en la ciudad de Belem.
Estos Magos llevaban regalos para el niño Jesús, por lo que con el paso de los años, se asignó un nombre y características a cada uno de los tres.
Al primer rey, Melchor, se le describe como un anciano con barbas blancas y él ofreció oro al niño Jesús, en representación de su naturaleza de rey. Gaspar fue el segundo, descrito como un joven moreno, presentó su regalo de incienso, como símbolo de la divinidad de Jesús. El tercer rey, nombrado Baltazar era de raza negra y obsequió al nuevo rey la Mirra, que es representación del sufrimiento y de muerte futura, como parte de su paso por la tierra y de su vida como mortal.
Las intenciones buenas de los Magos no eran compartidos por todos, tal como lo cuenta el relato, pues Herodes el Grande supo de este viaje para adorar al nuevo rey y les pidió a los tres Magos que regresaran por el mismo camino para darle indicaciones sobre el lugar donde se encontraba el Niño Jesús. Posteriormente, un ángel se apareció a los magos para hacerles la advertencia sobre las intenciones de Herodes, por lo que decidieron no volver por el mismo camino.
La tradición del Día de reyes se origina en la representación de los regalos recibidos por el Niño Jesús de los Tres Magos, los niños de hoy reciben regalos para recordar este acontecimiento de buena voluntad y respeto.
Los niños elaboran una carta con la petición de sus regalos que la colocan ya sea en sus zapatos, en el árbol, el nacimiento o es atada a un globo para soltarla antes del 5 de enero y que la carta llegue a los “Santos Reyes” como con conocidos en México. Por la noche del 5 de enero, los niños esperan impacientes la mañana, cuando al despertar, puedan encontrar las sorpresas de juguetes y otros regalos al pie del árbol de Navidad.
El día de reyes no estaría completo sin la tradicional Rosca de Reyes, que es un pan con forma de elipse y adornado con frutas secas que se comparte con familia y amigos para acompañar con un chocolate caliente y espumoso. Una de las sorpresas que esconde la rosca es una pequeña figura de plástico que simboliza al niño Jesús. En caso que alguno de los comensales encuentre en su pedazo la figura, será el designado como el “padrino” o “madrina” del Niño Jesús el Día de la Candelaria, el 2 de Febrero, aportando los tamales y el atole para los invitados.
La Rosca de Reyes, por su parte, también cuenta con una larga tradición que hasta nuestros días continúa, a pesar del tiempo y los cambios que ha sufrido.
Su origen no tiene que ver específicamente con la navidad, pues se puede rastrear hasta las Saturnales Romanas, que eran fiestas de la antigua Roma dedicadas a celebrar al Dios Saturno, para celebrar los días más largos después del solsticio de invierno. Era en estas fiestas que se elaboraban unos panes redondos hechos con higos, dátiles y miel, que se repartían a todos por igual.
Poco tiempo después, se empezó a acostumbrar introducir un haba en el pan, el que la encontrase, era nombrado rey de reyes por ese día. La forma simboliza la corona real y las frutas son las joyas de la corona, y la sorpresa (la figura del Niño, en el caso de México) es para la buena fortuna. Este último elemento, se dice que representa cuando el niño tuvo que ser escondido para no ser encontrado por Herodes.
En nuestro país, esta práctica se remonta a la época en que los frailes de diferentes órdenes religiosas vinieron a evangelizar a los indígenas y sustituir los festejos dedicados a las divinidades prehispánicas por las cristianas.
La usanza señala que quien encuentra el “muñeco” deberá organizar una fiesta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, y deberá ofrecer a sus invitados tamales y atole, o si se es más generoso, pozole, mole, entre otros alimentos mexicanos.
En México la tradición fue traída en el siglo XVI desde España, y es costumbre en muchos sitios del país merendar la Rosca de Reyes con chocolate, además de adornarlo con miel y frutos del desierto, como dátiles o higos.
Lo más importante de esta tradición, es que es una fecha especial para compartir y cerrar con broche de oro la época, además que ayuda a transmitir y preservar las bellas tradiciones de México.