Anunciación.- Red Familia organizó la conferencia ““Investigación sobre la familia: Family Structure Studies” impartida por Mark Regnerus, profesor de Sociología en la Universidad de Texas.
Mark Regnerus, publicó un estudio titulado “¿Qué tan diferente son los hijos de relaciones del mismo sexo?”, se hizo una muestra de 15,058, jóvenes adultos estadounidenses entre 18 y 30 años, quienes habían crecido en diferentes tipos de familia, como madres solteras, padres del mismo sexo, entre otras.
Una de las variantes que Mark Regnerus, hizo fue comparar a los adultos jóvenes de padres del mismo sexo y adultos jóvenes provenientes de familias heterosexuales. Sus descubrimientos son muy relevantes para medir la estabilidad emocional de esos jóvenes.
El número de jóvenes que sus padres tuvieron relaciones del mismo sexo fueron 248, en la mayoría de los casos estas relaciones eran después de una relación heterosexual fallida. El estudio reveló que en el caso de las madres con relaciones del mismo sexo, que el 57% de los niños vivieron con ellas por un periodo de 4 meses; el 23% vivieron por un periodo de 3 años y solo 2 dijeron que vivieron con su madre durante 18 años. En el caso de los padres que tuvieron relaciones del mismo sexo; 42% vivieron con su padre durante la relación y el 24% solo vivió con él por un periodo de 4 meses o menor.
Estos jóvenes tienen un contexto familiar muy complejo, ya que la gran mayoría nacieron en un ambiente familiar y en algún punto esa familia se separó. Debido a estos cambios tan complejos y las relaciones del mismo sexo ya sea de padre o madre, estos jóvenes desarrollaron algunas diferencias significativas en relación con las personas que crecieron con sus padres biológicos. La ingesta de alcohol, drogas y tabaco es mayor de los jóvenes que vivieron procesos familiares complejos; el número de parejas que tiene también es mayor en estos jóvenes, y no solo del mismo sexo sino también heterosexuales.
Uno de los datos más crudos es que los jóvenes que vivieron padres gay o lesbianas, han sido abusados por algún adulto se incrementa en estas situaciones. Además en este grupo de jóvenes de jóvenes es recurrente que estén en terapia psicológica y algunos han pensado en el suicidio. Incluso se tienen datos de que la diabetes, asma y cambios de humor se ven afectados es estos jóvenes, al ser mayor el número de personas con estos padecimientos.
Como conclusiones, lo mejor para un niño es vivir con sus padres biológicos durante los primeros 18 años de su vida. Las relaciones de los padres mientras más largar son mejor, aun cuando se sabe que vivir una relación larga con la misma persona es un trabajo del tiempo completo, en el que se debe de integrar el amor, respeto y tolerancia para poder logarlo.
“El estándar de oro es que el niño viva con sus padres biológicos, hasta ser adulto”
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Sitio de Mark Regnerus
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