Anunciación.- Esta tarde después de oficiar misa, Papa Francisco se despidió en Ciudad Juárez del pueblo mexicano, para retornar a Roma, afirmó que México siempre es una sorpresa y que su vista pastoral fue una fiesta de familia.
El esfuerzo de muchos hombre y mujeres hacen posible que esta sociedad mexicana no se quede a obscuras y confesó que “tuve ganas de llorar tanta esperanza en un pueblo tan sufrido”.
Es el momento de dar gracias al señor por haberme permitido visitar este país. Agradezco a todos el interés por esta visita y los que han colaborado en ella.
Muchos hombres y mujeres a lo largo de la calle levantaban a sus hijos, me los mostraban: son el futuro de México, cuidémoslos, amémoslos, son los profetas del mañana.
El recibido el cariño de todos los mexicanos: gracias por abrirme las puertas de este país. México no se entiende sin la Virgen de Guadalupe, gracias por esta cálida hospitalidad.