Anunciación.- El 27 de octubre de 1986 nació la Jornada Ecuménica Mundial de Oración por la Paz. Donde el Papa Juan Pablo II, invitó a reunirse por primera vez a jefes y representantes de las iglesias cristianas y comunidades eclesiales y de las diversas religiones de todo el mundo, con el objetivo de rezar por la paz en el planeta, teniendo como sede Asís, Italia.

En el marco del 30º aniversario del Encuentro Interreligioso por la Paz entre los Pueblos, bajo el lema “Sed de Paz. Religiones y culturas en diálogo” el día de hoy el Papa Francisco viajó a Asís para participar en este evento organizado por la Comunidad de San Egidio junto a la diócesis de Asís y a la familia franciscana.

Este mismo día finalizará este encuentro que busca promover la paz a través de la oración, el diálogo y la amistad.

En el marco de esta celebración Papa Francisco reflexionó sobre las palabras de Jesús: “Tengo sed” (Jn 19,28). E invitó a contemplar el “misterio del Dios Altísimo, que por misericordia, se hizo pobre entre los pobres”.

Haciendo hincapié en que Jesús tiene sed de darnos su amor y de recibir nuestro amor, s.s. señaló que parece que también hoy el Señor nos quiere decir esas palabras que expresan el sufrimiento divino ante el hombre ingrato, que abandona su amor. Tras evocar a San Francisco de Asís y a Santa Teresa de Calcuta, puso de relieve que “la sed del Señor se calma con nuestro amor compasivo”.

Antes de partir a Asís, Francisco, ofició una misa donde explicó el espíritu con el que estaba a punto de partir a su destino: “No existe un dios de la guerra. La guerra, la inhumanidad de una bomba que explota causando muertos y heridos, cortando las rutas a la ayuda humanitaria que no puede llegar a los niños, ancianos y enfermos es sólo obra del maligno que quiere matar a todos. Por esta razón es necesario que los fieles de todas las religiones recen e incluso lloren juntos por la paz, con la convicción de que Dios es el Dios de la paz”, dijo Francisco.

Alrededor de las 17:00 horas los participantes en la Jornada se reunirán en la Plaza de San Francisco donde tendrá lugar el acto de clausura. Después de las palabras del arzobispo Domenico Sorrentino, se escucharán los mensajes de un testigo de guerra, del Patriarca Bartolome I, de sendos representantes del Islam y del Judaismo, de un patriarca budista de Japón y del fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, Andrea Riccardi. El Papa Francisco pronunciará un discurso al final del cual se leerá un llamamiento por la paz que se entregará los niños de diversas naciones allí presentes y se guardará silencio por las víctimas de la guerra. Por último, los representantes religiosos firmarán el llamamiento, se encenderán dos candelabros y todos se intercambiarán la paz. Acabada la ceremonia, a las 19.00, el Papa regresará en helicóptero a Roma.