Anunciación.- Con el objetivo de ofrecer elementos de información y análisis desde las disciplinas de la antropología filosófica, psicología, las estadísticas, la ética social cristiana y de políticas públicas, sobre el sentido del matrimonio y la familia ante la ideología de género. La Universidad Pontificia de México (UPM) realizó el Foro “Matrimonio y familia, ante la ideología de género”.

La segunda mitad del Foro, reunió las exposiciones de la diputada Cecilia Romero, con el tema “Avances de la ideología de género en políticas públicas de México”, posteriormente tocó el turno a la doctora Claudia Tarasco, con el tema “Desarrollo de la identidad sexual y posibles causas de la atracción al mismo sexo desde la psicología”, culminando el evento, el padre Umberto Mauro Marsich, quien abordó el tema “Instancias de teología moral a partir de la exhortación apostólica Amoris Laetitia“.

 

La diputada Cecilia Romero, apuntó que “los tratados internacionales consagran a la familia como célula natural y fundamental de la sociedad y tanto el gobierno, como estado tienen el deber de defenderla”.

 

Asimismo, la funcionaria dijo que el concepto de familia tiene que ver y mucho con el término de responsabilidad social. “Se trata de respetar los derechos humanos de todos y exigencia de respeto a las instituciones que la civilización ha tenido en su historia”.

 

En su turno, Claudia Tarasco comentó que la identidad sexual es el proceso natural evolutivo, mediante el cual una persona asume su auto imagen, auto concepto y autoestima, con base en la incorporación de su ser conforme a su sexualidad innata. “Este proceso de identificación se da desde la 1ª infancia (2-3 años) en el cual el niño no solo imita las acciones de otra personas, sino que realmente adquiere muchas de sus características personales”.

“La sexualidad humana es una dimensión fundamental de la persona que no se elige, viene dada por la naturaleza. Lo natural es que exista una armonía entre todos los niveles de la personalidad que quedan definidos por el sexo: el genético, el gonádico, el morfológico, el psicológico, el espiritual y el social. Logrando así, una identidad sana y sólida que redundará en una personalidad con un yo fuerte, buena autoestima y habilidades interpersonales y de resolución de problemas. Sin embargo, este proceso natural, se ha visto modificado por la promoción de la ideología de género, provocando mucha confusión a niños y jóvenes, con consecuencias de frustración, desadaptación y malestar a nivel personal, familiar y social”.

 

La ponente recalcó en el Auditorio de la UPM “la primer premisa sobre la que se ancla todo este proyecto social mundial de la ideología de género es que “el sexo biológico no nos determina como hombres o mujeres. Es independiente de nuestra identidad de género”, pero esto es falso, genéticamente existen dos sexos XX y XY, así de claro y contundente”.

“Al romperse la familia, los patrones de identidad que conformaban naturalmente los padres para los hijos, quedan fracturados y debilitados. Los hijos ya no tienen el ejemplo del amor complementario entre hombre y mujer”.

 

Para cerrar el segundo bloque de exposiciones y con ello el Foro, padre Umberto Mauro Marsich, habló sobre las instancias morales de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” en el contexto de la perspectiva e ideología.

 

Al referirse sobre la encíclica que escribió el Papa Francisco, el padre Marsich refirió que Amoris Laetitia no consiste en excluir, sino, más bien, en insertar e integrar a cada persona, matrimonio y familia, en el tejido vivo y cálido de la comunidad cristiana. Para ello, no ha sido necesario cambiar la ‘doctrina moral’ de la iglesia que, siendo ‘verdad bíblica’ es inmutable. 

“En el documento escrito por Francisco, sobresale la belleza del matrimonio sacramental propio de los bautizados. Una definición que no encaja naturalmente con la nueva ola de la ideología de género que inexplicablemente anula la diferencia biológica entre el hombre y la mujer considerándola de poca importancia, más bien, la interpreta como producto de la cultura y más auténtico sería que cada persona siguiera su preferencia sexual desde la infancia, según esta teoría los vínculos afectivos entre parejas del mismo sexo serían suficientes para alcanzar la unión”, mencionó Marsich.

 

“Bien sabemos que el amor y el matrimonio no son inventos eclesiales, sino un regalo de Dios quien todo lo ha creado en Cristo”.

“Papa Francisco señala en Amoris Laetitia que el matrimonio es un don que hay que cuidar, así, como él nos lo ha donado: heterosexual, estable, indisoluble, fiel y abierto a la vida. Jesús, en efecto, lo que hizo fue llevar el matrimonio y la familia a su forma original. Francisco propone, luego, la preciosidad del sacramento del matrimonio cuestionando, incluso, a aquellos que lo quieren reducir a una convención social, a un rito vacío o a mero signo externo de un compromiso disoluble. Nos recuerda que el don reciproco constitutivo del matrimonio sacramental arraiga en la gracia del bautismo, que establece la alianza fundamental de toda persona con Cristo en la Iglesia”.