El hombre de familia, no deja toda la carga de la atención y educación de sus hijos a su mujer, sino que, además de trabajar más y mejor para obtener los medios necesarios para su familia, apoya con su presencia en la vida familiar y no se siente el jefe de todos.
Llamamos relaciones humanas a ese vínculo que existe entre dos personas de cualquier tipo: la paternidad, la filiación, la fraternidad, la amistad, el noviazgo, y por supuesto, el matrimonio.
Sin importar el tipo de familia en el que hemos crecido, todos hemos llegado a la vida por la unión de un hombre y una mujer, sea ésta del tipo de sea. Por lo tanto, todos tenemos una madre y un padre biológico, así hayamos sido concebidos por inseminación artificial.
Legisladoras mexicanas llevan a la pantalla grande una historia que pone de manifiesto la falta de políticas en apoyo a la mujer embarazada.
En la maternidad se encuentran una serie de valores incomparables que, a su vez, forjan el carácter de la mujer. Cito el que me parecen más importante: la capacidad de sufrir incomodidades por un bien ajeno.