La era de los chocolates y las choco-crónicas

23 diciembre, 2020
Pedro Jacobo López del Campo

Una voz delgada, suave y ligeramente ronca acentúa la larga barba blanca que cae hasta su pecho, las finas gafas, las despobladas cejas y el traje rojo abombado que marcan un perfecto juego con su tez clara. El gorro rojo es el perfecto acompañante de su pompón blanco que cae por un lado y, aunque sus renos andan sueltos libremente por ahí, se escuchan a la distancia con sus ladridos coquerianos. 

Habla desde el Polo de la Roma Norte, en la calle de Durango. Los brillos de los más de quince mil focos, las 950 esferas, los veinte rollos de escarcha y las poco más de cien imágenes navideñas, adornan su hogar, que es al mismo tiempo su oficina de trabajo. Pasea en el interior y en la calle con su distintivo traje rojo, repartiendo chocolates, pero, sobre todo, contagiando de alegría a las personas que se encuentran ante la majestuosa casa de Santa Claus. Es Navidad y el invierno, los colores, las luces y los vecinos, lo saben. 

Quien se encuentra debajo del traje, Fernando Velázquez, recibe la video llamada con un estrepitoso ¡Jo-Jo-Jo! Su casa, en diciembre, le da vida a Santa Claus y a las fiestas de la época. Colorea su oficina de Contaduría, un espacio bastante amplio, para recibir la Navidad. Se volvió una costumbre, agregando nuevos elementos para darle una magnífica vida al espacio que tanta gente a la redonda le reconoce con alegría. 

Una cascada de luces se transforma en un pasadizo maravilloso en la acera y se convierte en un sitio en el que cientos de personas se toman fotografías o graban videos para sus redes sociales. El señor Fernando escucha contento en el interior de su cálido hogar. Acostumbra a regalar chocolates. De hecho, es una tradición que data de 1992, cuando solía trabajar en un periódico mexicano en la Ciudad de México. Lo obsequiaba como incentivo a trabajadores. Aquellos años descubrió la magia detrás del chocolate: enciende las vidas de quienes lo reciben. 

Desde entonces ha repartido miles y miles de chocolates a cientos de amigos, vecinos y desconocidos. Diariamente sale de casa con una bolsa de esos suculentos y dulces postres. Tanto ha sido así que incluso en los taxis lo comienzan a reconocer. “Sabía que hoy me iba a tocar mi chocolate”, le mencionan los conductores. Don Fernando comenta que salir sin ese contenedor de chocolates es incluso peor que salir sin su cartera. 

Lina Machuca, una vecina de la cuadra, comentó con alegría el sentido de comunidad que logra propiciar Don Fernando. “Tengo tres perros que paseo a menudo. Cada vez que salía esperaba encontrarme con él para tener algo dulce en mi día”, informó para nuestro portal informativo Somos Hermanos. “Las vecinas y vecinos lo reconocen con mucho gusto. En años anteriores ha organizado posadas, fiestas y eventos muy amenos con la comunidad y ha logrado fortalecer el sentido de unión entre las personas”, recordó con mucho gusto. 

La costumbre de vestirse de Santa comenzó hace dos años y la de decorar su casa viene desde mucho tiempo atrás. Le gusta estar cerca de la gente, le encanta repartir alegrías a través de su traje, sus chocolates y los regalos que obsequia a los niños y niñas en esta época de Navidad. También escribe las famosas “choco-crónicas”. Semanalmente envía unos relatos fantásticos a las personas que deciden inscribirse en su buzón de WhatsApp. Actualmente le escribe a poco más de 230 personas que siempre reciben encantadas sus historias. 

Tiene un par de sorpresas en esta época navideña. Especialmente este año en el que ha decidido enviar videos personalizados a un montón de personas en su WhatsApp. La situación de pandemia por el covid-19 le ha imposibilitado realizar actividades, invitar a las personas a ver el interior de su casa-oficina y organizar fiestas y oraciones para las fiestas decembrinas. Quiere seguir repartiendo alegría y chocolates; seguir compartiendo momentos de calidez con su familia, amigos, vecinos y desconocidos.

Envía un mensaje caluroso a todas y todos sus lectores y bien conocidos y desconocidos que han recibido un chocolate de su parte. La Navidad representa para él la oportunidad de compartir unas experiencias increíbles, es su celebración favorita del año. 

Desea que todas y todos pasemos una muy feliz Navidad, llena de diversión y salud. Don Fernando comparte un ¡Jo-Jo-Jo! Amistoso con todas y todos. También le deseamos una feliz navidad desde nuestro periódico, llena de amor, cariño y muchos deliciosos chocolates.

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